Hay
diferentes
tipos
de
yoga
que
podemos
realizar,
todos
ellos
enfocados
en
diferentes
áreas
de
nuestro
organismo
pero
con
el
objetivo
último
de
beneficiar
la
salud.
Independientemente
de
si
se
trata
de
yin
yoga
o
de
yoga
restaurativo
te
mostramos
cinco
posturas
que
puedes
poner
en
práctica.
Diferencias
entre
yin
yoga
y
yoga
restaurativo
Aunque
el
yin
yoga
y
el
yoga
restaurativo
se
utilizan
para
denominar
una
misma
disciplina,
la
realidad
es
que
son
semejantes
pero
diferentes.
El
yin
yoga
se
centra
en
liberar
la
tensión
física
y
está
destinado
a
trabajar
los
tejidos
conectivos
de
nuestro
cuerpo
en
lugar
de
los
músculos.
En
ambos
casos
las
posturas
son
más
bien
pasivas
pero
en
el
yin
yoga
se
requiere
algo
más
de
esfuerzo
y
de
tensión
para
producir
un
estiramiento
que
provoque
que
los
músculos
se
relajen.
Influye
considerablemente
la
flexibilidad
de
nuestro
organismo
y
se
desarrolla
de
forma
muy
lenta
y
concentrándose
en
las
articulaciones
y
los
tejidos.
Por
su
parte,
el
yoga
restaurativo
tiene
un
gran
componente
espiritual
ya
que
no
sólo
se
destina
a
restaurar
y
descansar
el
cuerpo
físico,
sino
también
la
mente.
En
gran
medida,
el
yoga
restaurativo
se
destina
a
crear
un
espacio
de
tranquilidad
liberar
tensiones,
reducir
el
estrés,
la
ansiedad
y
también,
recuperar
el
cuerpo
a
nivel
físico,
mental
y
emocional.
En
este
caso
también,
las
posturas
son
más
bien
pasivas
y
consisten
en
sostener
por
determinado
tiempo
una
posición
concreta
que,
como
en
todo
los
casos
derivan
del
yoga
tradicional
pero
que
pueden
presentar
diferentes
nombres.
Cinco
posturas
que
puedes
realizar
como
yin
yoga
o
yoga
restaurativo
El
yin
yoga
y
el
yoga
restaurativo
comparten
muchas
posturas
y
cualidades,
sin
embargo
en
todos
los
casos
las
posturas
derivan
del
yoga
tradicional.
Por
lo
tanto,
a
continuación
te
mostramos
cinco
posiciones
con
su
nombre
tradicional
y
sus
versiones
yin
y
restaurativa:
Postura
de
la
paloma
Esta
posición
en
el
yin
yoga
se
denomina
cisne
durmiente
y
en
el
yoga
restaurativo
postura
de
paloma
con
apoyo.
Para
realizarla
debemos
colocarnos
en
cuadrupedia
y
adelantar
la
rodilla
izquierda
flexionada
para
colocar
el
tobillo
izquierdo
cerca
de
la
muñeca
contraria.
La
pierna
contraria
se
extenderá
detrás
de
nuestro
cuerpo,
con
las
caderas
y
la
pelvis
mirando
hacia
el
frente
de
la
colchoneta,
para
después
flexionar
la
rodilla
derecha,
despegar
manos
del
suelo
y
enderezar
el
tronco.
Culminaremos
la
postura
sujetando
con
ambas
manos
(por
detrás
de
la
cabeza)
el
pie
derecho
e
inclinando
la
cabeza
hacia
atrás.
En
el
yin
yoga
el
torso
no
se
endereza
sino
que
lentamente
nos
inclinamos
hacia
adelante
con
la
parte
superior
del
cuerpo,
manteniendo
las
manos
justo
debajo
de
nuestra
cabeza
con
los
codos
flexionados.
Podemos
utilizar
una
colchoneta
o
almohadón
para
apoyar
nuestros
antebrazos
y
manos,
al
igual
que
en
el
yoga
restaurativo
donde
el
soporte
puede
quedar
debajo
del
pecho.
Postura
de
ángulo
abierto
Esta
postura
se
denomina
la
en
yin
yoga
postura
de
libélula
o
a
horcajadas
mientras
que
en
el
yoga
restaurativo
se
denomina
upavistha
konasana
o
doblamiento
hacia
adelante,
sentado
con
las
piernas
anchas.
Para
ejecutarlo
debemos
sentarnos
con
las
piernas
estiradas
frente
a
nosotros
y
luego
deslizar
las
piernas
hacia
los
lados
del
cuerpo
de
manera
de
separarlas
a
una
distancia
relativamente
cómoda.
En
yin
yoga
colocaremos
las
manos
o
los
antebrazos
sobre
la
colchoneta
frente
a
nosotros,
separados
a
la
misma
distancia
que
los
hombros
y
nos
inclinamos
hacia
adelante
desde
las
caderas,
lo
suficiente
como
para
sentir
un
estiramiento
en
la
parte
interna
de
muslos,
en
las
caderas
y
en
la
parte
inferior
de
la
espalda.
En
yoga
restaurativo
se
coloca
un
almohadón
o
almohadas
apiladas
frente
a
nuestro
cuerpo
para
que
pueda
descansar
la
parte
superior
del
cuerpo
(pecho
apoyado)
sobre
ellos.
Postura
de
la
esfinge
Esta
postura
se
denomina
en
el
yin
yoga
postura
de
la
esfinge
también,
y
suele
realizarse
con
una
mayor
intensidad
para
estirar
aún
más
la
columna
y
la
espalda,
mientras
que
en
el
yoga
restaurativo
se
denomina
postura
de
la
esfinge
asistida
ya
que
incorpora
almohadones
o
una
colchoneta
enrollada.
El
movimiento
consiste
en
tumbarnos
boca
abajo
con
los
pies
separados
del
ancho
de
las
caderas
o
un
poco
más,
y
colocar
los
antebrazos
debajo
y
adelante
del
pecho,
deslizando
los
codos
ligeramente
por
delante
de
los
hombros.
Las
palmas
de
las
manos
deben
quedar
sobre
el
suelo
o
la
esterilla,
y
levantamos
un
poco
el
pecho.
En
yin
yoga
se
mira
ligeramente
hacia
adelante
y
hacia
abajo
o
se
relaja
el
cuello
con
pequeños
movimientos,
pudiendo
intensificar
la
postura
situando
las
manos
un
poco
más
hacia
adelante
y
separándolas
más
allá
del
ancho
de
los
hombros.
También
es
posible
presionar
las
palmas
de
las
manos
para
estirar
los
brazos
y
levantar
el
pecho
aún
más
alto
en
la
variante
yin
yoga.
En
el
yoga
restaurativo
se
coloca
en
almohadón
frente
al
pecho
donde
colocaremos
la
parte
superior
del
cuerpo
y
descansaremos.
En
este
caso
no
se
debe
sentir
tensión
en
los
hombros
ni
en
la
zona
lumbar.
Postura
del
ángulo
atado
reclinado
Esta
postura
en
el
yin
yoga
se
denomina
mariposa
reclinada
y
en
el
yoga
restaurativo
supta
baddha
konasana.
Para
realizarla
debemos
colocarnos
sentadas
con
las
piernas
extendidas
y
el
tronco
erguido.
Comenzamos
flexionando
las
rodillas
y
uniendo
ambas
plantas
de
los
pies
justo
delante
de
las
caderas,
para
después
tumbarnos
completamente,
poco
a
poco,
hasta
relajar
el
torso
en
el
suelo,
dejando
los
brazos
estirados
a
los
lados
del
cuerpo.
En
el
yin
yoga
podemos
acentuar
el
estiramiento
colocando
peso
encima
de
las
rodillas,
de
manera
de
incentivar
la
apertura
de
las
caderas.
Por
su
parte,
en
el
yoga
restaurativo
pretendemos
facilitar
la
postura
y
relajarnos
más,
pudiendo
para
ello
colocar
cojines
debajo
de
las
rodillas
y
del
torso,
para
evitar
la
tensión
al
adoptar
la
posición.
Postura
del
niño
Esta
postura
recibe
el
mismo
nombre
tanto
en
el
yin
yoga
como
en
el
yoga
tradicional
y
el
yoga
restaurativo.
Para
realizarla
debemos
colocarnos
de
rodillas,
las
mismas
separadas
más
allá
del
ancho
de
las
caderas
y
los
dedos
pulgares
de
los
pies
tocándose.
Descenderemos
las
caderas
hacia
atrás
para
dejar
descansar
los
glúteos
sobre
los
talones
y
extender
los
brazos
hacia
adelante
mientras
bajamos
todo
el
torso
para
estirar
la
columna.
En
el
yin
yoga
podemos
colocar
un
almohadón
o
una
manta
enrollada
entre
los
talones
y
los
glúteos
si
no
logramos
que
los
glúteos
toquen
nuestros
talones,
y
es
recomendable
estirar
más
los
hombros
y
apoyar
los
antebrazos
sobre
bloques.
En
el
yoga
restaurativo
colocaremos
un
almohadón
o
almohadas
apiladas
para
apoyar
la
cabeza,
relajando
el
cuello
mediante
lentos
movimientos
hacia
un
lado
y
al
otro;
y
también
podemos
colocar
un
almohadón
entre
los
talones
y
los
glúteos.
Estas
son
cinco
posturas
de
yin
yoga
o
yoga
restaurativo
que
podemos
realizar
de
cualquier
forma
para
beneficiar
a
la
salud,
e
incrementar
la
movilidad,
así
como
relajarnos
fácilmente.
Imagen
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Shashi
Chaturvedula
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Vitónica
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Siete
posturas
de
yoga
ideales
para
relajarnos
En
Vitónica
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aeróbico
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anaeróbico:
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