Para este plato, usaremos las judías verdes planas más alargadas, que cortaremos longitudinalmente en dos o tres porciones. Las cocemos en abundante agua con sal durante 14-18 minutos aproximadamente hasta que estén cocidas y flexibles. Una vez cocidas, pero dejando que queden con cierta mordida, añadimos la salsa de tomate frito.
Removemos con cuidado de no partir mucho las judías y lo pasamos a una fuente apta para hornear. Rellenamos los huecos con trocitos de chorizo que dejamos en la superficie para que se cocinen con el calor del horno durante el gratinado. Para ello cortamos rodajas de embutido que después partimos en cuatro. Repartimos bien los trozos, introduciendo alguno por los huecos que hayan formado las judías.
Finalmente, cubrimos con una buena capa de queso parmesano rallado y lo gratinamos a 235ºC durante dos o tres minutos para que parezca un plato de pasta italiana recién salido del horno. Servimos procurando que la capa de gratinado se reparta entre los comensales.