Joseph Antoun, experto en longevidad: «Las dietas basadas en animales conducen a una vida útil más corta»

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En
los
últimos
años,
el
discurso
sobre
la
longevidad
ha
cambiado
radicalmente:
ha
evolucionado
desde
la
perspectiva
de
apostar

por
el
rejuvenecimiento
en
la
apariencia
,
a
la
enfocarse
en
la
salud
desde
dentro,
y
uno
de
los
expertos
más
influyentes
en
este
campo,

el
Dr.


Joseph
Antoun
,
afirma
que «las
dietas
basadas
en
animales
conducen
a
una
vida
útil
más
corta»,
por
lo
que,
conforme
envejecemos,
lo
recomendable
es

cambiar
la
fuente
de
proteínas

que
ingerimos.

El
médico
especializado
en
longevidad
y

CEO
de
la
empresa
L-Nutra
,
en
distintas
entrevistas
y
conferencias,
ha
afirmado
de
manera
categórica
que «Las
proteínas
animales
son
esenciales
para
desarrollar
músculo
en
la
juventud

y,
sobre
todo,
en
la
vejez
,
ya
que
la
pérdida
muscular
suele
acelerarse
después
de
los
60″.

En
este
sentido,
uno
de
los
principales
protagonistas
del
desarrollo
muscular
que
va
acorde
con
la
edad,

es
la
hormona
IGF-1

que
es
conocida
por
sus
propiedades
anabólicas,
lo
que
significa
que
promueve
la
síntesis
de
proteínas,
un
proceso
fundamental

para
la
reparación

y
el
crecimiento
de
las
fibras
musculares
después
del
ejercicio.

Además,
la
IGF-1
también
tiene
efectos
anticatabólicos,
es
decir,
ayuda
a
prevenir
la
descomposición
de
las
proteínas
musculares,
lo
que
crea
un
balance
neto
positivo

que
favorece
la
hipertrofia
muscular

(aumento
del
tamaño
del
músculo)
y
para
la
reparación
del
tejido
dañado.

A
pesar
de
ser
clave
en
el
desarrollo
muscular,
su
presencia
en
niveles
elevados
ha
sido
relacionada
con

un
envejecimiento
más
rápido
,
inflamación
crónica
y
mayor
riesgo
de
enfermedades

como
el
cáncer
o
la
diabetes
tipo
2
.

En
palabras
del
Dr.
Antoun, «muchas
personas
quieren
mantenerse
musculosas
todo
el
tiempo,
pero

están
acelerando
su
edad
biológica

al
mantener
el
cuerpo
en
modo
de
crecimiento
constante».

La
solución:
cambiar
la
fuente
de
proteínas

Según
Antoun
y
otros
investigadores
en
longevidad
como
el

Dr.
Valter
Longo
,
el
enfoque
óptimo
no
es
eliminar
completamente
las
proteínas
animales,
sino
ajustar
su
consumo
dependiendo
de
la
edad:
antes
de
los
30
años,
el
cuerpo
está
en
pleno
desarrollo,
y
se
recomienda
una
dieta
balanceada

que
incluya
proteínas
animales
y
vegetales
.

Sin
embargo,
ambos
expertos
afirman
que,
entre
los
30
y
65
años,

el
enfoque
debe
cambiar
drásticamente
,
sugiriendo
minimizar
las
proteínas
animales
y
favorecer
fuentes
vegetales
como
legumbres,
tofu,
tempeh,
nueces
y
semillas.
Esta
etapa
es
clave
para
prevenir
enfermedades
crónicas
y
evitar
el
envejecimiento
acelerado.

A
diferencia
de
las
proteínas
animales,
las
vegetales
suelen
venir
acompañadas
de
fibra,
antioxidantes
y

compuestos
antiinflamatorios
.
Además,
tienen
un
efecto
menor
sobre
el
IGF-1,
lo
que
favorece
la

autofagia
celular
:
el
proceso
mediante
el
cual
el
cuerpo

limpia
y
recicla
sus
células
dañadas
.

Estudios
han
mostrado
que
dietas
basadas
en
plantas
reducen
significativamente
el
riesgo
de
enfermedades
cardiovasculares

y
ciertos
tipos
de
cáncer
,
además
de
mejorar
la
sensibilidad
a
la
insulina
y
la
salud
intestinal.

Después
de
los
65
años,
el
consumo
de
proteínas
animales

vuelve
a
ser
recomendable
,
sobre
todo
para
evitar
la
sarcopenia
(pérdida
de
masa
muscular
)
y
mantener
la
funcionalidad
física.
Aquí,

pescados
grasos
y
carnes
magras


pueden
ser
aliados
importantes

para
mantener
la
salud.

La
postura
del
Dr.
Joseph
Antoun
puede
parecer
radical
a
primera
vista,
pero
tiene
una
lógica
respaldada
por
estudios
científicos:
no
se
trata
de
eliminar
completamente
las
proteínas
animales,
sino
de

usarlas
estratégicamente
según
la
etapa
de
la
vida

para
marcar
una
diferencia
significativa
en
salud
metabólica,
longevidad
y
bienestar
general.

Fotos
de

Dr.
Joseph
Antoun

En
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al
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muscular:
un
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El
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