Hubo un tiempo donde el fútbol femenino en San Francisco y Frontera brilló en su máximo esplendor. Fue en la década del 80 en la Liga Amateur femenina que reunía entre 12 y 14 equipos juveniles y cientos de mujeres que llenaban las canchas en los fines de semana.
Fueron pioneras en tiempos difíciles donde los prejuicios eran muchos, pero también eran muchas las ganas de jugar, de divertirse y de compartir vivencias a través del fútbol.
Al igual que en la recordada Liga Amateur masculina, las barriadas y la presencia de las familias en las canchas era una constante. En ese marco, las jugadoras de Juventud Unida Los Tinchos recuerdan con nostalgia sus épocas doradas en la competencia. Una época que definen como “los mejores años” entre 1983 y 1989.
Buen fútbol
“Fuimos campeonas, ganamos todo”, recordó con nostalgia Patricia Juárez. “No jugábamos con botines, no teníamos las mejores pelotas y las canchas no eran como ahora, pero teníamos una comisión de padres que hacían lo imposible para que tengamos todo: zapatillas, medias, pantalones, camiseta y hasta conjunto de entrenamiento. Hacíamos ventas de pastelitos y era todo muy familiar, había mucha empatía con todas porque estábamos todos los equipos juntos afuera de la cancha sin división de hinchadas, era muy lindo”, agregó.
Las fechas se disputaban en una sola sede y en un día, es decir, que la jornada arrancaba por la mañana y terminaba en horas de la noche. “Era pasarla bien, divertirse y conocer gente. Era impresionante la cantidad de gente que había en las canchas. Familias enteras en Frontera, en el predio de Maristas, en La Milka; había asadores y cada equipo se juntaba en un sector para hacer el asado”, indicó Juárez.
La final en el cine. También recuerdan que una de las finales se disputó en Frontera. Esa final también contó con un gran público presente. “Esa, creo, fue la única final que se filmó y fue una de las veces que más gente hubo. La pasaron durante un año en los intervalos del cine. Fuimos como 50 veces al cine para vernos”, recordaron entre risas.
“La ilusión más linda era que llegue el fin de semana para jugar. Si me portaba mal no me dejaban ir, era lo peor que me podían hacer. Me moría si no iba”, agregó Patricia Ludueña.
El equipo femenino de Los Tinchos era conducido por René Lobos, un DT que no se tomaba a la ligera la participación en el torneo. “Teníamos un buen entrenamiento, tres veces a la semana, pretemporadas y jugábamos un buen fútbol. En esa época éramos clásico con La Florida y Sáenz Peña, éramos los tres equipos que mejor estábamos preparados”, señaló Lilian Vittore.
Adelantadas
El fútbol femenino viene creciendo en los últimos años, no solo en nuestra ciudad. Y aunque para muchos es algo reciente, hay que resaltar la iniciativa de muchas mujeres sanfrancisqueñas hace casi cuatro décadas. Lamentablemente, la liga no se mantuvo. “Después se fue diluyendo, se fue perdiendo y veo que ahora es furor de nuevo. En ese momento fuimos un poco las precursoras y éramos muchas, imagínate que en Los Tinchos armábamos dos equipos cuando íbamos a la zona a jugar relámpagos”, dijo Juárez. “Lo curioso es que muchas veces llegábamos los dos equipos a la final”, relató Ludueña.
Al Boero no fue nadie. Otra de las anécdotas más recordadas es la final con La Florida en 1986 y las protagonistas de aquel partido juran que le hicieron mucha sombra nada menos que a Sportivo Belgrano, que jugaba ese día a la misma hora. “Fue en la cancha del ex Centro de Educación Física, había miles de personas. Era el mismo día que jugaba Sportivo y a la cancha de ellos fue muy poca gente. Desde ahí, Sportivo pidió que no coincidiéramos en los horarios”, aseguró Vittore. “Fue muy groso lo que vivimos”, agregaron.
Patricia Juárez, una de las goleadoras del equipo.
Un gran grupo
30 años después el grupo de Los Tinchos femenino sigue vigente. Son amigas de la adolescencia que nunca perdieron contacto y que continúan reuniéndose con mucha frecuencia. “No era solo futbol, era mucho más que eso”, contaron.
“Hemos conformado un grupo humano muy hermoso que hasta el día de hoy nos reunimos”, indicó Ludueña. “Porque en aquella época hacíamos todo juntas, íbamos a Bomberos a bailar, incluso junto al equipo masculino de Los Tinchos nos seguíamos mutuamente en las canchas”, señaló Juárez.
Actualmente el grupo se reúne, al menos, una vez al mes. Recuerdan vivencias y comparten momentos. “El asado lo hago yo, después siempre un partidito armamos”, dijo entre risas Vittore.
¿Por qué se perdió? No hay una sola causa en particular, al igual que la liga amateur masculina. Las generaciones que les siguieron fueron perdiendo el interés, las propias jugadoras contaron que con los años fueron formando sus familias y se alejaron del deporte que aman. |
Recuerdos
Lilian Vittore aún conserva un cuaderno lleno de recuerdos con fotos y recortes de la época.