Como hacer salmorejo sin pan, receta sin gluten y apta para dietas de control de peso

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Como ya hemos mencionado en la introducción, usamos tomates carnosos y con poco contenido de agua, que vamos a escurrir. Los lavamos y secamos bien. Cortamos en octavos y espolvoreamos con media cucharadita de sal. Removemos bien.

Colocamos los tomates troceados sobre un colador amplio y este sobre un cuenco. Dejamos escurrir durante 10-15 minutos o hasta que pierda el agua que contiene. Presionamos de vez en cuando para ayudar a que suelten sus jugos (que podemos guardar para otra elaboración), al tiempo que removemos.

Introducimos en el vaso de una batidora o robot junto con el diente de ajo pelado (si nos gusta suave podemos usar medio), una cucharadita de vinagre (en caso de usarlo) y medio huevo cocido. Reservamos la otra mitad para el momento de servir.

Trituramos hasta integrar todos los ingredientes. Añadimos el aceite de oliva virgen extra, dejando que caiga en hilo poco a poco, y trituramos al mismo tiempo a máxima potencia durante tres o cuatro minutos, para emulsionar el salmorejo.

Probamos el punto y corregimos al gusto. Si añadimos más ajo necesitaremos triturar de nuevo a máxima potencia. Si solo hemos añadido sal y/o vinagre, basta con mezclar. Dejamos que tome cuerpo en la nevera durante dos horas y servimos con la otra mitad de huevo cocido picado.

Paso A Paso Salmorejo Sin Pan

Paso A Paso Salmorejo Sin Pan

Con qué acompañar el salmorejo sin pan

Servimos el salmorejo sin pan bien frío, recién sacado de la nevera. Notaremos cómo ha espesado con el reposo, así que lo vertemos en cuencos y lo comemos con cuchara. Picamos un poco de huevo duro con que acompañar, así como un poco de jamón.