Abre
tu
mente
y
descubrirás
era
uno
de
los
hits
de
la
cantante
Merche,
allá
por
el
año
2004.
Y
vaya
si
hemos
abierto
la
mente,
al
menos
gastronómicamente,
desde
2004.
Dos
décadas,
que
se
dice
pronto,
y
un
pequeño
pico
a
costa
de
este
2025
que
acaba
de
empezar.
Decimos
de
esta
apertura
de
miras
o,
como
dirían
los
modernos,
ser
open
minded,
hacia
otras
gastronomías
y
formas
de
entender
la
cocina
y
la
cultura
culinaria
de
otros
países,
que
cada
vez
con
más
fuerza
van
enraizando
en
nuestro
país.
Si
hace
20
años
nos
preguntasen
qué
era
un
okonomiyaki
se
nos
habría
quedado
la
mente
en
blanco.
Si
nos
hubieran
preguntado
cuáles
son
los
ingredientes
principales
del
guacamole,
puede
que
también.
O
si
nos
hubiesen
interrogado
por
la
mejor
forma
de
saber
cuándo
un
aguacate
está
maduro.
O
sobre
cuándo
añadir
la
leche
de
tigre
a
un
ceviche.
En
20
años,
a
merced
de
cada
corriente
migratoria,
España
se
ha
llenado
de
nuevos
ingredientes
y
de
técnicas
de
cocina
que
tiempo
atrás
habrían
parecido
impensables.
Tanto
como
para,
incluso,
que
a
veces
haya
alternativas
que
no
conocemos
y
que,
sin
embargo,
dan
un
magnífico
resultado
en
cocina.
Sustituir
el
perejil
por
cilantro
es
un
ejemplo.
También
el
reemplazar,
en
ocasiones,
el
clásico
pimentón
por
especias
como
el
gochujang
o
el
chile
chipotle.
E,
incluso,
que
para
nuestras
salsas
y
cremas
recurramos
a
la
leche
de
coco
en
sustitución
de
la
nata.
Elementos
que
pueden,
aunque
al
principio
no
los
conozcamos,
dar
nuevos
matices
a
nuestra
cocina
sin
apenas
esfuerzo.
Y
eso
es,
precisamente,
lo
que
hoy
os
recomendamos
con
un
puré
que
le
va
de
maravilla
a
pescados
y
mariscos.
¿Un
puré
para
pescados
y
mariscos?
¿Os
habéis
vuelto
locos?
Si
esa
es
vuestra
duda,
os
la
resolvemos
pronto:
sí
y
no.
Usar
elementos
con
almidón
lleva
siendo
una
constante
en
cualquier
guarnición
que
se
precie
de
la
cocina
española.
Las
patatas,
al
fin
y
al
cabo,
o
los
boniatos,
no
dejan
de
ser
tubérculos
repletos
de
almidón
que,
por
ejemplo,
cocinamos
asados,
fritos
o
en
puré
para
acompañar
pescado
al
horno.
Sin
embargo,
si
crees
que
usar
puré
de
patatas
es
patrimonio
exclusivo
de
las
carnes
como
el
pollo,
el
cerdo
o
la
ternera,
debes
darle
una
oportunidad
a
este
puré
de
plátano
macho.
Sí,
has
leído
bien:
plátano
macho.
Muy
común
en
la
cocina
caribeña
y
centroamericana,
el
plátano
macho
se
suele
utilizar
para
los
clásicos
patacones,
cocinándose
frito.
Pero
también
se
puede
asar
y,
como
el
caso
de
hoy,
cocer
y
convertir
en
puré.
Al
contrario
que
pasa
con
el
plátano
dulce,
tal
y
como
lo
conocemos,
el
plátano
macho
tiene
un
sabor
bastante
más
neutro,
por
lo
que
admite
muy
bien
otros
complementos
y
nos
permite
redondear
una
guarnición
sin
esfuerzo.
Lo
único
que
hay
que
hacer,
como
haríamos
con
un
puré
de
patatas,
es
picar
tres
plátanos
macho
maduros
y
saltearlos
ligeramente
con
un
poco
de
jengibre
rallado,
sal
y
pimienta
en
una
sartén
amplia.
Después,
agregamos
medio
vaso
de
agua
y
dejamos
que
cueza
a
fuego
medio,
con
la
olla
tapada,
hasta
que
se
haya
quedado
blando.
Dependerá
de
lo
maduro
que
estuviera,
pero
en
unos
10
minutos
debería
estar
listo.
Vamos
probando
de
punto.
Igual
que
con
la
patata.
Cuando
notemos
que
está
tierno,
llevamos
a
fuego
bajo
e
incorporamos
a
hilo
un
brick
de
200ml
de
nata
líquida
para
cocinar.
También
podéis
usar
leche
evaporada
o
leche
de
coco,
aunque
esta
última
da
bastante
sabor.
En
ese
momento,
además,
vamos
convirtiendo
en
puré
nuestro
plátano,
machacándolo
con
el
típico
pisapatatas.
Al
final,
rectificamos
de
sal
y
estará
listo
para
acompañar
a
pescados
fritos,
al
horno
o
a
la
plancha,
pero
también
como
guarnición
para
mariscos
a
la
plancha
como
calamares,
chipirones
o
langostinos.
En
DAP
|
Frijoles
negros
En
DAP
|
Recetas
con
plátano