Ander Herrera con Olé: «Ustedes en Argentina no se dan cuenta de la dimensión mundial que tiene Boca»

«Ustedes
en
Argentina
no
se
dan
cuenta
de
la
dimensión
mundial
que
tiene

Boca«,
dice

Ander
Herrera,
casi
como
un
reto
a


Olé
y
al
resto
de
los
argentinos,
serio
y
con
voz
firme.
Es
el
español
que
desde
hace
años
soñaba
con
dejar
Europa
y
cruzar
el
Atlántico
para
jugar
en
Boca.
No
se
trataba
de
jugar
en
Sudamérica,
tampoco
en
Argentina.
Era
Boca.
Y
para
vivir
momentos
como
este
en

el

Mundial
de
Clubes
en
Estados
Unidos.

Las
palabras
de
Herrera
desbordan
de
olor
a
Bostero,
como
dijo
alguna
vez

Carlos
Bianchi
después
de
ganar
todo
con
el
Xeneize,
pero
la
diferencia
es
que
salen
de
boca
de
alguien
que
observó
todo
a
la
distancia,
con
extrañamiento,
y
justamente
por
esa
lejanía
lo
supo
procesar
con
mucha
claridad.

«Boca
es
un
club
admirado,
algo
que
en
el
mundo
se
considera
como
único,
y
es
tal
cual.
Yo
tengo
mucho
respeto
por
todos
los
hinchas
y
todos
los
clubes
argentinos,
pero
no
hay
nada
como
Boca.
Cuando
salís
de
Argentina
te
das
cuenta
que
el
fútbol
argentino
y
Boca
están
unidos
constantemente.

El
primer
club
que
le
viene
a
un
hincha,
a
un
amigo
o
a
un
compañero
español
es
Boca,
me
siento
afortunado
de
disfrutar
de
este
maravilloso
club»,
explica
Herrera
en
una
entrevista
con

Olé.

Su
fanatismo
viene
de
chico
gracias
a
su
padre
Pedro,
que
después
de
cerrar
su
carrera
como
futbolista
se
dedicó
a
la
dirección
deportiva
y
muy
seguido
viajaba
a
la
Argentina.

El
joven
Ander
recibió
allí
su
primera
camiseta
de
Boca
y
fue
un
amor
a
primera
vista.
A
tal
punto
que
le
pedía
a
su
papá
que
lo
llamara
por
teléfono
para
hacerle
escuchar
a
la
hinchada.

Hoy,
el
mediocampista
dice
tener
entre
diez
y
doce
camisetas,
entre
ellas

una
réplica «trucha»
marca
Olan
del
Boca
de

Diego
Maradona
en
1995
con
el
diez
en
la
espalda,
que
compró
en
una
visita
a


la
Bombonera
que
hizo
hace
algunos
años
como
hincha.

Y
hoy
cumple
su
sueño.
En
Boca
y
también
en
el
Mundial
de
Clubes,
en
donde
ya
se
perfila
como
una
de
las
fijas
de
Russo
en
el
mediocampo
para
el
debut
con
Benfica.

El
español,
que
se
recuperó
de
un
desgarro
y
está
al
100%,
hasta
ahora
fue
el
5
de
Miguelo
en
las
prácticas
de
fútbol
en
Estados
Unidos
y
es
un
casi
un
hecho
que
será
titular
en
el
estreno
ante
los
portugueses.

-¿Tus
amigos
y
ex
compañeros
te
preguntan
por
Boca?
¿Qué
es
lo
primero
que
quieren
saber?

-Lo
primero
es
la
Bombonera,
es
algo
único.
Se
crea
un
ambiente
que
es
difícil
de
experimentar.
Algunos
amigos
han
venido
a
visitarme
en
este
tiempo
y
todos
me
comentan
la
sensación
de
estar
en
la
Bombonera
cuando
la
gente
canta.

Los
colores
de
Boca,
ese
azul
y
amarillo,
son
únicos
y
de
fiesta.
Muchos
futbolistas
también
somos
futboleros
y
vivir
lo
que
es
la
Bombonera
se
lo
recomiendo
a
cualquier
persona
que
ame
este
deporte.

-¿Te
aprendiste
algún
cantito?

-Bueno,
tuve
la
posibilidad
de
venir
a
la
Bombonera
un
tiempo
atrás.
Yo
siempre
he
sido
un
admirador
de
los
recibimiento
de
la
Bombonera
al
equipo
en
los
momentos
importantes.

No
voy
a
cantarlo
frente
a
cámara
porque
necesito
la
atmósfera,
pero
obviamente
que
algo
que
experimente
como
único
es
la
salida
al
campo
con
el
“Boca,
mi
buen
amigo”.
Es
único,
es
inevitable
cuando
sales
a
la
cancha
mirar
esas
gradas,
ese
templo
que
es
la
Bombonera.

A
diferencia
de
la
mayoría
de
los
futbolistas
de
Boca,

Ander
eligió
quedarse
en
la
Ciudad
de
Buenos
Aires
en
vez
de
ubicarse
cerca
de
Boca
Predio,
en
la
zona
de
Ezeiza. «Me
ofrecieron
vivir
en
un
country
pero
no
es
mi
estilo»,
contó.
En
cambio,
ya
recorrió
los
barrios
de
Palermo,
Recoleta
y
calles
que
le
recuerdan
mucho
a
Madrid.
Y
desde
su
departamento
en
Puerto
Madero,
se
da
un
lujo
bostero:
«Desde
mi
casa
se
puede
ver
la
Bombonera
y
hay
muchos
días
que
me
acerco
a
la
ventana
para
verlo».

Ahora,
lejos
de
su
casa
y
lejos
de
la
Bombonera,

Herrera
está
enfocado
como
todo
Boca
en
el
Mundial
de
Clubes.
El
debut
clave
ante
Benfica
y
luego
Bayern
Munich,
el
16
y
20
de
junio,
ambos
en
el
estadio
Hard
Rock
de
Miami.
Para
llegar
con
chances
al
cierre
del
Grupo
C
ante
Auckland
City
en
el
Geodis
Park
de
Nashville.

-¿Creés
que
esa
mirada
que
hay
de
Boca
en
Europa
se
va
a
trasladar
a
los
rivales
del
Mundial
de
Clubes?

-Yo
he
encarado
cada
partido
de
mi
carrera
con
el
máximo
respeto
hacia
el
rival.
En
el
fútbol
todo
puede
pasar.
Sin
ir
más
lejos,

me
tocó
debutar
en
el
fútbol
argentino
contra
Argentino
de
Monte
Maíz
y
encaré
el
partido
como
si
estuviera
jugando
contra
el
Bayern
Munich.
Creo
que
cualquier
compañero
de
profesión
merece
ese
respeto.
Pienso
que
cualquier
jugador
del
Bayern,
del
Benfica,
del
Real
Madrid,
del
PSG,
del
Atlético
Madrid
y
de
todos
los
equipos
van
a
tener
respeto
para
con
Boca.
Somos
todos
futbolistas.

Cuando
miren
el
estadio
y
lo
vean
lleno
de
hinchas
de
Boca, se
van
a
dar
cuenta
de
lo
grande
que
es
este
club.

-Seguro
tenés
presente
lo
que
fue
Tokio
cuando
Boca
jugó
contra
el
Real
Madrid
en
el
2000
o
Río
de
Janeiro
en
la
final
ante
Fluminense
en
2023,
¿cómo
imaginás
estos
partidos
en
Miami?

-Totalmente.
Era
pequeño,
pero

recuerdo
la
final
en
Japón
contra
el
Real
Madrid.
La
he
visto
y
he
visto
resúmenes.
Recuerdo
que
fui
al
colegio
con
el
walkman
para
escucharla.
Lógicamente
que
también
vi
la
decepción
contra
Fluminense.
Hay
que
poner
en
valor
que
más
allá
de
no
haber
ganado
la
Copa
Libertadores
durante
los
últimos
años,
Boca
ha
estado
cerca
y
también
tiene
su
dificultad.
La
hinchada
de
Boca
siempre
supera
las
expectativas.
Yo
tenía
una
expectativa
sobre
La
Bombonera,
la
superaron.
Tenía
una
expectativa
por
mi
debut
en
cancha
de
Colón,
se
superaron.
Tenía
una
expectativa
por
cómo
la
gente
me
trataría
en
la
calle,
se
superaron.

Nos
podemos
imaginar
lo
que
puede
ser
la
gente
en
el
Mundial
de
Clubes,
pero
estoy
seguros
que
los
hinchas
van
a
superar
cualquier
expectativa.