Resulta irónico cuando preparas una producción que tiene de premisa central una pandemia global que arrasa con parte de la población, y antes de poderla estrenar se desata una pandemia de verdad. Es casi una sentencia de muerte, ya que mucha gente, de manera entendible, no va a querer someterse a ver algo que le recuerda demasiado a la tragedia que le está rodeando.
Pero en el arte siempre importa más el enfoque, no sólo lo que se cuenta. Por eso es tan valiosa una miniserie como la que hoy comentamos, que incluso teniendo una pandemia como elemento que desata la trama, la orienta desde una perspectiva muy fresca y consigue ofrecer muchas cosas interesantes alrededor de ella. Hablamos de ‘Anna‘, una distópica obra italiana que podemos ver a través de Disney+.
La tenue luz que se cuela entre la oscuridad
Cada uno de los seis episodios de la serie de Niccolò Ammaniti comienzan con una aclaración: «La pandemia de COVID-19 llegó seis meses después del inicio del rodaje», esperando establecer que cualquier reflejo con la realidad es pura coincidencia… O meramente un ejemplo de cómo la ficción puede amplificar algunos aspectos de la naturaleza humana, y que esta misma puede verse exagerada hasta llegar a ese punto.
En este caso no tenemos un virus como la COVID-19, sino una particular enfermedad que sólo afecta a los adultos de todo el mundo. Por eso, una vez dejamos a un lado los momentos de introducción previos a la debacle global, vemos que todos los personajes que encontramos son niños y adolescentes, incluyendo la protagonista Anna (Giulia Dragotto), que intenta protegerse a ella y a su hermano pequeño.
Suena a algo difícil de vender, especialmente cuando empiezas a ver a adultos toser, pero su enfoque del post-apocalipsis resulta muy estimable y hasta singular en varios aspectos. Ammaniti adapta su propia novela, una fantasía juvenil para ayudar a otros niños a afrontar el miedo y las incertidumbres tras la marcha de los adultos.
‘Anna’: tierno retrato juvenil del fin del mundo
Podemos encontrar detalles propios de ‘El señor de las moscas’, además de una exploración a esas juventudes que sobreviven en los márgenes que recuerda a ‘Bestias del sur salvaje‘. Ese enfoque tierno -que no excesivamente adulterado- de la última es un referente claro para hacer digerible todos los aspectos oscuros de este mundo.
Incluso tratándose de una modesta serie siciliana, ‘Anna’ muestra una interesante ambición a la hora de construir universo y dar forma al mundo interno de sus personajes jóvenes. En sus seis episodios vemos interesantes giros y multitud de detalles para ir plasmando la nueva jerarquía y los claroscuros de la realidad en la que viven. Y conquista, porque los puntos emocionales están bien manejados, dando una serie hermosa sobre una temática que puede ser muy dura. Vamos, un pequeño triunfo.