Las apps de los bancos españoles empiezan a tomar medidas contra las llamadas fraudulentas. El primero ha sido ING

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Las
llamadas
fraudulentas
en
España
han
llegado
a
un
punto
crítico

que
está
obligando
a
actuar
a
todos
los
implicados:
desde
el
gobierno
hasta
las
entidades
bancarias
y
tecnológicas.
El
caso
de
ING
puede
marcar
(al
menos
en
España)
un
antes
y
un
después,
siempre
y
cuando
no
permanezca
como
una
mera
excepción

En
España,
las
llamadas
fraudulentas
se
han
convertido
en
una
plaga
que
amenaza
tanto
a
ciudadanos
como
a
instituciones.

Las
estafas
telefónicas
en
España
adoptan
múltiples
formas
:
desde
falsos
reclutadores
que
se
hacen
pasar
por
empresas
como
Indeed
para
ofrecer
trabajos
inexistentes,
hasta
llamadas
comerciales
persistentes
que
rozan
lo
abusivo.

Lo
que
antes
era
una
molestia
ocasional
se
ha
transformado
en
una
sofisticada
red
de
estafas
telefónicas
que
no
sólo
ha
motivado
a
que
el
Gobierno
legisle,
sino
que
ya
está
obligando
a
que
incluso
a
los
bancos
tomen
medidas
inéditas:

ING
Direct
ha
sido
el
primero
en
dar
un
paso
al
frente
.

Así,
ING
ha
lanzado
una
funcionalidad
en
su
app
bajo
el
nombre
«¿Quién
me
llama?»
,
destinada
exclusivamente
a
sus
clientes:
el
sistema
permite
reconocer
automáticamente
el
número
de
teléfono
con
el
que
estamos
hablando,
y
la
app
coteja
si
pertenece
o
no
a
un
agente
oficial
del
banco.

En
caso
afirmativo,
el
número
se
puede
guardar
como
contacto
de
confianza.
Si
no
lo
es,
nos
sugiere
denunciarlo
como
intento
de
fraude.

En
Reino
Unido,
el
banco
digital
Monzo
ya
había
implementado
hace
un
tiempo
un
sistema
similar:
cuando
se
abría
la
app,
esta
le
notifica
inmediatamente
si
la
llamada
no
es
oficial:

«No
te
estamos
llamando.
Si
alguien
dice
que
lo
hace
en
nombre
de
Monzo,
cuelga
ahora».

De
este
modo,

se
reduce
drásticamente
el
riesgo
de
que
un
cliente
realice
una
transacción
bajo
presión
o
engaño
.
Este
tipo
de
integración
proactiva
entre
canales
de
comunicación
y
la
app
bancaria
aún
está
ausente
en
la
mayoría
de
los
bancos
españoles.

Las
tecnológicas
también
hacen
su
parte

Las
grandes
compañías
tecnológicas
no
se
han
quedado
atrás.
Google
ha

reforzado
recientemente
su
aplicación
de ‘Teléfono’
en
Android

con
algoritmos
de
IA
capaces
de
detectar
y
bloquear
llamadas
y
mensajes
sospechosos
de
forma
automática.
Esta
función
antifraude
se
ha
vuelto
una
herramienta
vital
en
la
defensa
del
usuario.

Por
su
parte,
Apple
anunció
ayer
mismo
que
ha
introducido
en
iOS
26
una
medida
más
agresiva:

todas
las
llamadas
de
números
desconocidos
pueden
filtrarse
automáticamente
,
obligando
al
emisor
a
identificarse
antes
de
permitir
la
comunicación.
Aunque
se
trata
de
un
enfoque
radical
—y
puede
bloquear
también
llamadas
legítimas—,
subraya
la
gravedad
del
problema.

Más
allá
de
las
llamadas

Las
llamadas
no
son
el
único
canal
que
utilizan
los
estafadores.
Los

SMS
fraudulentos

siguen
siendo
uno
de
los
métodos
más
comunes
para
robar
datos
personales
o
bancarios.
A
pesar
de
que
algunas
apps,
como
la
de
Google,
filtran
mensajes
sospechosos,
el
sistema
no
es
infalible.

Ayudaría
mucho
el
hecho
de
que
los
estafadores
no
pudieran

suplantar
los
códigos
alfanuméricos
de
bancos
y
administracione
s,
pero
los
cambios
normativos
en
ese
sentido
todavía
tardarán
más
de
un
año
en
entrar
el
vigor.

¿Estamos
realmente
protegidos?

Con
la
nueva
regulación
que
entró
en
vigor
el
pasado
sábado,

las
llamadas
comerciales
deben
realizarse
desde
números
con
prefijos
900
y
800
,
prohibiéndose
los
rangos
600
y
700.

El
objetivo
es
facilitar
al
ciudadano
la
identificación
de
llamadas
legítimas,
aunque
esto
dista
mucho
de
ser
una
solución
definitiva.
Los
delincuentes
aún
pueden
recurrir
a
métodos
como
el ‘SIM
Swapping

o
el
uso
de
tarjetas
SIM
desechables
para
saltarse
estos
controles.

Aunque
las
medidas
del
Gobierno
y
las
iniciativas
del
sector
bancario
y
tecnológico
son
bienvenidas,
no
son
suficientes
por

solas.
La
realidad
es
que

los
estafadores
siempre
encontrarán
resquicios
legales
y
técnicos
para
operar
.

Aunque
algunos
usuarios
desconfían
por
defecto
y
saben
cómo
actuar
—colgar,
abrir
la
app
oficial,
contactar
directamente—,
no
todos
tienen
los
conocimientos
o
la
sangre
fría
necesarios
en
momentos
de
incertidumbre.

Por
eso,
la
primera
línea
de
defensa
sigue
siendo
el

sentido
común
del
usuario
.
Por
ello,
resulta
esencial:

  • Verificar
    el
    número
    que
    llama
    o
    envía
    mensajes.
  • No
    compartir
    datos
    confidenciales
    por
    teléfono.
  • Desconfiar
    de
    cualquier
    comunicación
    urgente
    o
    que
    solicite
    acciones
    inmediatas.

Imagen
|
Marcos
Merino
mediante
IA

En
Genbeta
|

Nos
preocupaba
y
ha
acabado
pasando:
el
98%
de
los
usuarios
sigue
recibiendo
spam
telefónico
un
año
después
de
su
prohibición