Si hay una marca con la que todo el mundo ha soñado en alguna ocasión es Ferrari. Tanto puede hacer soñar que en raras ocasiones, el sueño se impone sobre la cruda realidad. Así, una persona puede perder el contacto con la realidad y alardear de lo que no posee.
Normalmente no va más allá del simple mitómano al que al final nadie hace mucho caso. En otras ocasiones, el sueño se convierte en una estafa millonaria en la que se venden Ferrari Monza SP1 y Monza SP2 que nunca tuvo.
Daniel Lesin es un veinteañero que si bien procedía de una familia acomodada, no se podía permitir la colección de coches que decía poseer. Y menos aún, a sus 24 años, tener un par de Ferrari Monza SP adjudicados por la marca. No uno, no. Dos.
Lesin irrumpió de la nada en la bulliciosa escena de los superdeportivos de Nueva Jersey, en el condado de Bergen, en frente de Manhattan. Nadie le conocía. Pronto se convirtió en un habitual de las reuniones de ‘Cars and Coffee’, de rutas y demás eventos.
Lesin explicaba su aparente estilo de vida aludiendo a que era hijo de un oligarca, que tenía un negocio de relojes que financiaba su afición a los coches y que su padre le había ayudado a vender un software de juegos de apuestas. Básicamente, una retahíla de clichés de vida de niño de papá, explica The Drive en un largo y documentado artículo. Y es que cuándo más grande es la mentira, menos se cuestiona.
Además, siempre aparecía al volante de un superdeportivo. Quién sabe, hasta podía ser verdad lo que explicaba. Pero no lo era. Al menos, así lo cree el FBI que lo detuvo el pasado 2 de julio. Se le acusa de cometer un fraude electrónico de aproximadamente 3 millones de dólares relacionado con la venta de asignaciones de Ferrari Monza SP que, al parecer, nunca tuvo.
A partir de ahí, la historia del falso multimillonario acabó por desvelarse. Lesin no era quien decía ser, obviamente. Sin embargo, fue capaz durante cuatro años antes de su detención de engañar a casi todo el mundo con su lujoso estilo de vida.
Intentar vender dos Ferrari Monza que no tienes es querer que te pillen
Su historia de engaños se le fue de las manos cuando empezó a vender asignaciones de Ferrari Monza SP. Los Ferrari Monza SP1 y SP2 son los dos primeros modelos de la serie Icona de modelos especiales, fabricados en serie limitada y que Ferrari propone a sus clientes más fieles y especiales.
Por ejemplo, entre ellos están el chef Gordon Ramsey y Christiano Ronaldo. No son coches que se puedan encargar en un concesionario oficial de la marca, es la propia Ferrari quien directamente propone el coche al cliente.
Por eso, vender la asignación de un Monza SP antes de siquiera que se haya fabricado el coche puede ser una operación muy rentable para el vendedor y muy codiciada para el comprador. Eso sí, normalmente no es algo que se haga público porque Ferrari puede retirar la asignación y el vendedor se queda sin coche. Además, podría ser la última vez que Ferrari le propone un coche de la serie Icona u otro modelo especial.
Lesin justificaba que tenía dos Ferrari Monza asignados porque su familia llegó a tener 75 Ferrari. Tenía por tanto una excelente relación con los directivos de la fábrica y por eso podía encargar esos modelos especiales.
La realidad es que, según los documentos de la acusación, cometió fraude y falsificó documentos. Así de sencillo. Desde falsas órdenes de compra firmadas y falsos formularios de concesionarios Ferrari hasta órdenes de fabricación falsas en las que se veían las especificaciones de los Ferrari, no había un documento verdadero.
Lesin financió su elevado tren de vida básicamente engañando. A través de una serie de empresas creadas con este fin, Lesin vendió coches que no poseía y pidió préstamos dejando un Ferrari que no poseía como garantía. Así, en total recibió más de tres millones de dólares para vivir una vida de lujo que no era suya.
Pero lo que le acabaría destapando es que se puso a vender dos asignaciones de Ferrari Monza. Una, podría tener un pase, pero dos ya era muy, pero que muy raro. Lo más triste es que, cuentan, en un momento consiguió vender tres Ferrari como intermediario para un compra-venta. Tres ventas legales, reales. Vamos, que podía haber financiado su tren de vida de forma legal.
Y es lo que llevó a ese compra-venta a creer que realmente Lesin le podía vender un Monza SP. El chico sabía vender y tenía contactos, aparentemente. Entre las víctimas de Lesin están el concesionario Pagani de Beverly Hills, los compra-ventas Veltracon, de Florida, y JPCM, de Canadá.
¿Cómo ninguno de ellos se percató antes de que les estaban timando? Por el secretismo que rodea este tipo de transacciones. Si se entera Ferrari que han comprado asignaciones, no les podrían volver a comprar un Ferrari nuevo, el que sea, en mucho tiempo. Y parte de su negocio se basa en conseguir el último super deportivo antes que nadie; sería un revés muy duro para su negocio.
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¿Cómo lo pillaron? Lesin puso en uno de los formularios de los pedidos de los Monza el contacto en Ferrari del famoso youtuber y empresario Rob Ferretti, amigo suyo. Grave error.
Uno de los compra-ventas al que le propuso el Monza le envió un Porsche 918 Spyder valorado en 1,5 millones de dólares a modo de pago. Pero tuvo ciertas dudas y le preguntó a Ferretti si conocía a Dan Lesin y si le podía dar su opinión sobre los documentos que le había dejado Lesin.
Resulta que la persona de contacto en Ferrari que aparecía en los documentos era el comercial del concesionario Ferrari con el que Ferretti suele trabajar. Obviamente, éste no tardó en llamar al comercial en cuestión.
La respuesta del concesionario fue muy clara: «No tiene adjudicado ningún Monza. No pudimos conseguir uno». Vamos, que ese concesionario no vendió nunca ningún Monza a nadie y menos aún a Lesin.
El compra-venta, mosqueado, le envía a Ferretti unos justificantes de transferencia efectuados por Lesin al concesionario Ferrari como pago por el Monza. De nuevo, el concesionario le aseguró a Ferretti que nunca tuvieron ese dinero.
A Lesin, pronto se fueron acumulando denuncias contra él y sus empresas. Ese compra-venta no era el único estafado, ni mucho menos. Y aún queda por ver si la propia Ferrari no le demanda también. En todo caso, eran ya muchas demandas contra él. Y eso llamó la atención del FBI.
Para actuar, el FBI se basó en las transferencias interestatales de dinero muy real hechas a su nombre para comprar coches que no poseía o para pedir préstamos. En cuanto el dinero pasó de un estado a otro, se convirtió en crimen federal.
Lesin sigue a día de hoy bajo custodia federal a la espera de su juicio por cuatro cargos de fraude electrónico, cuyo inicio está previsto para el 26 de septiembre. Lesin se enfrenta a una pena máxima de hasta 20 años de cárcel con una multa de 250.000 dólares, además de lo que ya debe a los compradores que nunca recibieron un Ferrari Monza. El juez decidirá si las sentencias por los cuatro cargos de Lesin se aplican de forma simultánea o consecutiva.