Desde
hace
unas
semanas
mi
oficina
habitual
está
guardada
en
unas
cajas,
lo
que
implica
cambiar
mi
ordenador
de
sobremesa,
pantalla
ultrawide
y
silla
ergonómica
por
el
portátil
y
poco
más.
Una
de
las
cosas
que
más
echaba
de
menos
de
este
setup
mucho
más
liviano
y
minimalista
es
la
pantalla:
tengo
un
MacBook
Pro
M1
de
13
pulgadas
y
aunque
su
panel
es
de
calidad,
se
que
hace
pequeño
para
una
jornada
de
ocho
horas.
Afortunadamente,
tengo
un
Smart
TV
y
un
Chromecast
para
usarlo
como
un
segundo
monitor
auxiliar.
Vaya
por
delante
que
el
Smart
TV
es
un
Samsung
de
gama
de
entrada
y
que
mi
ecosistema
de
trabajo
es
el
de
Apple,
pero
eso
no
es
un
problema
ya
que
el
Chromecast
con
Google
TV
se
entiende
a
las
mil
maravillas.
¿Para
qué
lo
uso?
Para
lanzar
una
pestaña
de
mi
navegador
Chrome
y
también
para
videollamadas
con
Google
Meet.
De
este
modo,
cuando
estoy
en
una
llamada
de
trabajo
puedo
seguir
usando
la
pantalla
de
mi
ordenador
para
otras
tareas
y
en
el
caso
del
navegador,
en
la
tele
puedo
poner
nuestros
documentos
de
Google
de
planificación,
estadísticas,
leer
artículos
y
maquetar
mejor,
entre
otras
cosas.
Con
un
Chromecast
y
un
Smart
TV
me
he
montado
un
segundo
monitor
Usar
el
Chromecast
para
trabajar
no
tiene
mucha
complicación:
una
vez
lo
conectamos
al
HDMI
del
Smart
TV,
dejarlo
en
primer
plano
en
la
TV
y
con
el
dispositivo
configurado
en
la
red,
simplemente
uso
mi
ordenador
con
normalidad.
Por
supuesto
y
como
es
habitual
con
un
Chromecast,
también
es
posible
reproducir
un
vídeo
procedente
del
ordenador
de
YouTube,
Netflix
o
del
almacenamiento
local
e
incluso
mantener
esa
reproducción
en
la
tele
y
seguir
trabajando
con
la
pantalla
del
ordenador
usando
las
combinaciones
de
teclas
Alt
+
Tab
para
PC
o
⌘
+Tab
en
Mac,
pero
yo
lo
que
hago
es
usarlo
para
tener
una
de
mis
pestañas
de
trabajo
en
grande
ocupando
toda
la
pantalla
de
la
TV.
Como
mencionaba
más
arriba,
mis
tareas
se
resumen
en
escribir
artículos
en
un
CMS
online,
buscar
información
en
internet,
usar
la
suite
de
Google
Drive,
algo
de
ChatGPT
para
ideas
y
depurar
textos,
edición
de
fotos
y
poco
más.
La
mayoría
lo
hago
a
través
del
navegador
y
el
que
uso
es
Google
Chrome,
por
lo
que
no
tengo
más
que
tocar
sobre
el
icono
de
los
tres
puntos
de
la
esquina
superior
derecha
y
seguir
la
ruta ‘Guardar
y
compartir‘
> ‘Enviar‘
y
listo,
esa
pestaña
en
cuestión
se
lanzará
a
la
tele.
Si
ya
estoy
viendo
otra
pestaña,
entonces
se
reemplaza
el
contenido
y
si
queremos
dejar
de
transmitir,
toco
sobre ‘Detener
transmisión’
en
la
barra
de
direcciones.
Prácticamente
cada
semana
tengo
alguna
videollamada
de
trabajo
y
aquí
es
donde
también
contar
con
el
Chromecast
y
un
Smart
TV
me
ayudan
enormemente:
si
solo
usase
mi
portátil,
no
podría
hacer
otra
cosa
más
que
atender
a
la
llamada
ya
que
la
pantalla
estaría
ocupada
con
mi
rostro
y
el
de
las
otras
personas
que
asistan,
pero
como
tenemos
las
videoconferencias
con
Google
Meet,
las
lanzo
al
televisor.
Con
una
reunión
abierta,
basta
con
ir
a
la
opción
de ‘Enviar
esta
reunión‘,
que
tiene
el
clásico
icono
de
compartir
al
Chromecast
para
poder
visualizar
la
videollamada
en
la
pantalla
auxiliar
de
la
tele.
Portada
|
Enrique
Pérez
para
Xataka
(Análisis
del
Chromecast
con
Google
TV)
En
Xataka
Android
|
El
Chromecast
sirve
para
mucho
más
de
lo
que
parece:
siete
usos
poco
comunes
