Melanie Antón: los ojos detrás de los videoclips de trap

Melanie Antón Defeleppis es directora de arte y diseñadora de imagen y sonido, carrera que estudió en la Universidad de Buenos Aires. Pero Antón no es una directora más, sino que a sus 27 años, ha filmado a grandes músicos de la escena urbana local e internacional como Duki, Cazzu, Rauw Alejandro, Tini, C. Tangana, Khea, Chita, L-Gante, por solo mencionar algunos.

Melanie no solo realiza el arte de videos musicales, sino también de publicidades, trabajó en películas, en shows en vivo -como los recientes de Tini en el Hipódromo de Palermo- o en el lanzamiento de discos, com el de Emilia, “Tú crees en mí”.

En conversación con Télam, reflexionó sobre el detrás de escena de los rodajes de videoclips y cómo es ser parte de la escena urbana desde otro lugar. A la charla se sumó Agustín Jáuregui, su socio y pareja, con quien trabaja desde el 2018. Juntos fundaron DAJAUS, servicio de diseño y realización de escenografías, dirección creativa y de arte para videoclips y publicidades. Además, trabajan en películas nacionales e internacionales como por ejemplo “La piedad”, película española dirigida por Eduardo Casanova, filmada en septiembre de 2021 y con fecha de estreno este 1 de julio.

Melanie dirige videos musicales con un arte y una estética particular que la caracteriza no solo en el ámbito profesional sino personal, ya que cada vez que elige su vestimenta para el día y a día lo hace con mucho estilo, con colores fuertes o pasteles que combinan y definen su personalidad. Se anima a teñirse el pelo de diferentes colores y a decorar con un estilo propio el hogar que comparte con Agustín. En definitiva, no solo trabaja en arte sino que es una artista en sí misma.

“Siempre me interesó el arte. Las plásticas, talleres de pintura, de dibujo, me interesaba la moda en general. Cuando encontré la carrera de imagen y sonido me encantó porque reunía muchas cuestiones que me interesaban. No fue por vocación al cine sino que fui más del palo de ser curiosa de todo un poco. Siempre recomiendo la carrera porque te ayuda a aprender sobre los roles de los actores dentro de la industria del cine. Más allá del rol específico que tengas en una producción audiovisual, es clave entender y saber sobre todas las áreas”, relató Melanie.

“Mi primera producción grande fue un videoclip de la banda Marama, muy de moda entonces. Cuando vi a toda la gente trabajando, en equipo, ¡Era Hollywood para mí! Le puse todo de mí, le metí corazón, tomé objetos de mi casa, de mi abuela, le afané cosas a mis amigas. Resolví un montón de cuestiones y la chica que me había contactado para ese rodaje quedó chocha y fue ahí cuando me di cuenta que quería trabajar de esto”, recordó Antón con una sonrisa.

DAJAUS, desde 2018 junto a Agustín Jáuregui

“Fue mucho tiempo de remarla, laburar ad honorem y estudiar en la facultad. Una vez que terminé de estudiar y me junté con Agus (Jáuregui) empezó todo a crecer”, explicó la directora de arte.

“Hubo un momento en el que me di cuenta de que para los videos se podía armar un universo de la nada o ubicarlo en una época. Conocí a Agus que estaba trabajando haciendo muebles y entendí que quería ofrecer la posibilidad de armar un set de cero. Agus hacía laburo de carpintería, pintaba, etc. Y le pregunté ‘¿Por qué no trabajamos juntos? ¿Por qué no ofrecemos un diferencial?’”. Y se empezó a gestar lo que hoy es DAJAUS. 

Además de vivir y trabajar juntos, tienen un depósito en una antigua casona en el barrio porteño de Villa Ortúzar, en donde guardan escenografía de sus videoclips, un material que, pintándolo y adaptándolo, se usa en nuevos proyectos. 

“Nos complementamos muy bien. Yo quizás soy más paciente y ella más intensa y proactiva, y de esa manera quedamos equilibrados”, comentó Agustín sobre cómo es trabajar con su novia y colega. 

Hay varios pasos y tareas que realizar antes de filmar un video musical, muchos de los cuales no siempre son tenidos en cuenta para quienes no están en el mundo de las producciones audiovisuales.

Melanie y Agustín (Fotos Florencia Downes)

“Ver el lugar vacío y a las horas o al día siguiente ver una escenogrfía es hermoso. Uno mira una publicidad y cree que todo estaba ahí y no sabe que a veces hubo 20 días de pensar, cranear y armar todo. Levantar un cuarto entero requiere de una reunión con el director, hacer propuestas, elegir paletas de colores, situarlo en tiempo y espacio, tomar referencias… Después aprobar o no un presupuesto y ver qué se puede hacer con eso. Armar equipo, hablar con proveedores y una red de preproducción”, explicó la directora argentina.

Sus experiencias en el extranjero

“Trabajando en Madrid el año pasado me di cuenta de que hay cosas que son mejores allá y hay otras que son mejores en Argentina. Es un privilegio poder conocer y estar con artistas de otros países”, dijo agradecida.

Es evidente que la creatividad le brota por los poros y que es una apasionada de su trabajo, debido a que requiere de mucho esfuerzo físico y mental, tener inteligencia emocional y contar con herramientas interpersonales para llevar el arte de un video adelante. 

“Está bueno ver cómo trabajan en otros países para inspirarse, sacar ideas. Tengo un trabajo cero monótono y siempre estoy haciendo algo nuevo. Pero uno se empieza a estancar porque hay cuestiones que vas repitiendo de alguna manera, como fórmulas que funcionan. Y laburar con otra gente y más de otros países te pone en contacto con desafíos y lógicas nuevas”, explicó Antón.

El primer video musical de trap en el que trabajó fue en «Kawasaki», de Homer El Mero Mero, luego de haber hecho el arte para artistas del mundo del pop y el reggaeton como Marama, Rombai, El Villano, El Original, Hernán y la Champions Liga, entre otros.

A partir de este video, en el que hicieron un gran trabajo y con poco presupuesto, empezaron a aparecer propuestas: «Teníamos poco ‘presu’ y con dos mangos con cincuenta, dos boludeces del Barrio Chino quedó súper». 

Después vino “YSY A, Cazzu, Khea, Duki, Nicki (Nicole) y ahí empezó todo. Cada video te mete en una estética distinta y todas las experiencias suman. Estábamos en el afán de decir que sí a todo, para poder hacer videos de artistas de diferentes géneros musicales”, recordó Melanie.

Todo comenzó a levantar vuelo una vez que empezaron a trabajar con la productora Anestesia Audiovisual, a quienes denominaron como “los mejores lejos en videoclips de trap. Era y es ¡WOW! laburar para ellos, fue un paso importante”.

El primer video de Anestesia en el que Melanie y Agustín realizaron la dirección de arte fue uno de YSY A. Les dijeron «el artista quiere toda la habitación dorada. Piso, paredes, silla, techo, todo dorado». La canción se llamaba “Todo de oro”.

“A partir de ahí, Anestesia nos empezó a llamar para videos con los número uno. Con Biza, Duki, Nicki Nicole. Se empezó a despegar una cosa con todo el mundo del trap: Trueno, Neo Pistea, Bhavi”.

Hoy siguen trabajando para esa productora y este 2022 realizaron, entre muchos otros, la dirección de arte para “Entre nosotros remix”, de Tiago PZK, María Becerra, Nicki Nicole y LIT Killah. Este video musical ganó un premio en la categoría Mejor video y Gotti (Tiago PZK) recibió el premio en nombre del resto de sus colegas, en la ceremonia que tuvo lugar en Miami, Estados Unidos. Melanie compartió el video del momento de la premiación en su instagram.

¿Por qué es importante la dirección de arte?

“Es clave el rol del director del arte para definir la estética de un video. En cuanto a los artistas urbanos, tienen un target y estilos parecidos y se revaloriza el puesto del director de arte porque es la persona que va a lograr que ese video llegue a otro plano en lo estético y que no sea uno más de trap. Que los artistas tengan un público parecido hace que suba la vara de lo audiovisual, mezclar recursos para no caer en lo mismo que hacen todos”, relató sobre los desafíos de su labor.

A principios de este año, Melanie dio una clase online para una universidad de Madrid: “Hablamos de que está buenísimo trabajar con artistas mainstream, que están ‘pegados’ por los grandes presupuestos y que vean tu laburo un montón de personas, como por ejemplo con Tini (Stoessel). Pero también está piola laburar con los que están recién arrancando porque son un lienzo en blanco y puedo proponerles mucho al no tener una identidad marcada”.

“Cazzu, por ejemplo, se asocia con lo rojo, lo negro, lo dark. Y con artistas independientes, los medios y los recursos, es lo que más les cuesta como me pasó con Mechi en su video «Solita» que armé la producción con Sol”, recordó la directora de arte.

Precisamente, con su amiga Sol tiene la productora Bebas TV (@Bebas.TV) con el objetivo de sumar más mujeres a los equipos y no quedar siempre bajo el nombre de hombres o de otras productoras. Fue Sol quien introdujo a Melanie y a Agustín en Anestesia. Con respecto al video “Solita”, Antón explicó que en ese momento Mechi todavia no era una artista consolidada y pudieron tener más libertad en la creación de la estética.

-Melanie, ¿creés que la narrativa de los videos cambió en los últimos años?

–Hoy hay una mirada más feminista. Los videos que yo hacía en 2015, 2016 eran los de “El Villano”, “El Original” y eran un «culo». Y no me refiero a que eran malos o feos sino que literalmente todo lo que se veía eran culos. Mujeres desnudas mostrando sus cuerpos, hombres, joyas, plata, la mujer como objeto o complemento del hombre. Hoy eso existe pero en menor medida. En aquel momento no había muchas mujeres reconocidas a nivel mundial por su música. Tini la estaba pegando como Violeta; Cazzu no era famosa; Nicki (Nicole) no estaba; María (Becerra) tampoco; Lali (Espósito) no tenía una impronta como artista musical. Ahora se puede hacer un listado de artistas urbanas argentinas y podemos mencionar diez nombres y eso se refleja en los videoclips. Antes era «hombre artista  y mujer complemento». Cazzu en «The Bounce» reinvindica a la mujer o incluso la pone en el lugar del hombre, a modo inversión de roles. Rosalía, en sus videos, ha estado rodeada de chabones. No significa que no siga habiendo artistas que siguen eligiendo ir por un camino machista, porque los hay, pero son menos.