Era uno de los programas más esperados del año y, por lo menos en cuanto a audiencia, no ha defraudado. 27.2% de cuota y 3.662.000 espectadores de espectadores hacen de ‘Mask Singer‘ el programa del momento. La primera entrega arrasó (diez puntos más que ‘Superlópez‘ en su competencia directa) y, además, se mostró como una fantástica opción para divertir a toda la familia.
Basada en el formato internacional ‘Masked Singer’, Arturo Valls presenta un programa cuya premisa es sencilla: doce famosos disfrazados compiten por no ser descubiertos y llevarse el premio. Hay actuaciones musicales, pistas y elucubraciones por parte de los investigadores (Javier Calvo, Javier Ambrossi, Malú y José Mota en esta edición).
Tenía bastante ganas de ver este programa. Tanto por sus precedentes internacionales como porque podría ser un gran relevo para la cada vez más agotada ‘Tu cara me suena‘. Famoseo, diversión y música ¿se puede pedir más?
Una gala ágil pero con una edición mediocre
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Con unos noventa minutos de duración (83, según el vídeo de Atresplayer), se nos prometía una gala agradecidamente «corta». Sobre todo si comparamos con que programas como estos están pensados para acabar no antes de la 1 de la madrugada quedándonos escasos.
Tras una larga explicación de la dinámica, incluyendo las medidas de seguridad para mantener el anonimato —algo que, la verdad, no sé hasta qué punto es necesario— Arturo Valls dio comienzo a un primer programa en el que se notaba un poco los nervios del comienzo.
Lo primero que llama la atención es que la edición es un poco torpe, sobre todo en estos primeros minutos de programa, caracterizada por cortes bruscos que, sobre todo, se notaban en la pista de audio (pero también en la de vídeo). La realización se antojaba un tanto rara, poco certera.
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Sin embargo poco a poco se cogía ritmo. Los contrincantes (en esta ocasión seis) iban pasando con su presentación, pista, las elucubraciones constantes del jurado que a veces eran redundantes con lo que el personaje en cuestión estaba diciendo.
El nivel musical era bastante decente. Salvo un par de excepciones (León y Unicornio en este caso) los concursantes tienen buena voz y sus actuaciones, dentro de lo que cabe —recordemos que están empotrados en disfraces aparatosos— son potables y festivas.
¿Famosos?
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Quizás la mayor decepción de esta gala inaugural sea precisamente la desvelación del famoso detrás de la máscara. No voy a desvelarlo aunque seguro que si os interesa el programa ya lo sabéis porque los spoilers vuelan pero nos prometieron famosos de primer nivel y bueno, no sé. Técnicamente la persona eliminada no es tan famosa.
No sé si este será el nivel promedio de conocidos, espero que no, porque entonces en vez de apuntar tan alto como los investigadores, voy a tener que rebajar un poco y leer un poco las revistas de corazón para saber qué se cuece.
Independientemente de mi decepción en este sentido, creo que ‘Mask Singer’ logra que nos impliquemos en el juego. Lo cual es todo un acierto y, si lo vemos en familia o con amigos, nos pica entre nosotros intentando averiguar los rostros debajo de las máscaras.
De momento vamos a tener ‘Mask Singer’ para rato ya que en enero se retomarán las grabaciones para una segunda edición. De momento, esta primera entrega ha sido fantásica, bastante festiva y alegre… lo cual nos viene de perlas ahora mismo.