Netflix ha lanzado varias películas que coquetean con el terror durante las últimas semanas de cara al próximo Halloween. Ya os hemos hablado de títulos como ‘Nadie saldrá vivo de aquí’ o ‘Fauces de la noche’, pero la plataforma de streaming se ha reservado para esta semana dos cintas llamadas a ser muy vistas durante los próximos días, ‘Nadie duerme en el bosque esta noche – Parte 2’ e ‘Hiptótico’.
Por mi parte, me decanté por dar primero una oportunidad a ‘Hipnótico’ al estar protagonizado por Kate Siegel, actriz fetiche y esposa de Mike Flanagan a la que hace bien poco pudimos ver en la excelente miniserie ‘Misa de medianoche’. Ojalá pudiera deciros que estaba a ese nivel o que al menos se trata de una buena película, pero lo cierto es que estamos ante un thriller con un interés de lo más limitado.
Directa y monótona
‘Hipnótico’ cuenta la historia de una mujer que no pasa su mujer momento y decide pedir ayuda a hipnoterapeuta. No tardará en arrepentirse de haber tomado esa decisión, ya que el personaje interpretado por Jason O’Mara oculta aviesas intenciones. A partir de ahí las típicas idas y venidas con el villano de la función siendo más inteligente que el resto y deleitándose más de la cuenta en su posición de superioridad.
Siendo justos, con eso se podría sacar adelante un thriller angustioso que fuese acrecentando la sensación de amenaza a la que ha de hacer frente la protagonista, pero en ‘Hipnótico’ prima la ley del mínimo esfuerzo. El guion de Richard D’Ovidio -’13 fantasmas’- es demasiado directo, no dando la más mínima oportunidad a crear cualquier sensación de misterio o de ir preparando al espectador.
Dicho esto, una película se puede andar sin rodeos y al menos contar con cierta atmósfera que nos meta de lleno en la historia, pero aquí el trabajo de puesta en escena del dúo formado por Matt Angel y Suzanne Coote, que ya en su momento estuvieron detrás de la lamentable ‘Puertas abiertas’, carece de cualquier tipo de inventiva. Es como si quisieran hacer un thriller en la línea de algunas obras retorcidas de los 90 pero quitándoles toda la mala leche y esforzándose lo mínimo en seducir al espectador. Si acaso hay algún detalle anticipatorio y resultón en la oficina del hipnoterapeuta, pero poco más.
Es cierto que técnicamente cuentan con mejores medios, pero un trabajo de dirección así es más propio de algún telefilm de suspense de sobremesa no especialmente inspirado. Hasta otro título reciente de Netflix no muy logrado como ‘Mudanza mortal’ ofrecía más en este aspecto.
La aportación de Siegel y poco más
De hecho, todo eso también aplica a la propia historia, donde los lugares comunes y algunos giros difíciles cuestionables también parecen más propias de una película escrita con plantilla para ayudar a rellenar el enorme catálogo de Netflix. Afortunadamente, no todo es tan poco estimulante, ya que Siegel soporta con cierta solvencia el peso dramático del relato, impidiendo así que uno desconecte por completo ante lo que sucede en pantalla.
No es que sea una interpretación deslumbrante, pero al menos se nota que disfruta dando vida a las diferentes encarnaciones del personaje, tanto cuando goza de una mayor libertad como cuando está sometida contra su voluntad. Seguro que hubiese lucido mejor con un guion más trabajado, pero al menos es un motivo para que uno no sienta que ha perdido el tiempo con ‘Hipnótico’.
Peor parados salen sus compañeros de reparto, desde un Dulé Hill un tanto monótono en un persona del que tampoco es que se pueda sacar mucho más, hasta un O’Mara, la voz de Batman en varios largometrajes animados, que tiene algo más de presencia, pero le toca jugar con un personaje tan mal dibujado por D’Ovidio que no hay salvación posible.
En resumidas cuentas
‘Hipnótico’ ha acabado siendo mero relleno para el catálogo de Netflix. Hay unas cuantas películas originales de la plataforma peores, pero eso no es suficiente para destacar una cinta en la que más allá de lo que pueda ofrecer Siegel, hay muy poco que rascar.