La crisis sanitaria provocada por el virus de la COVID-19 ha hecho que durante el último año también hayamos visto afectadas nuestra economía y nuestra salud mental. Los datos señalan un importante aumento de los casos de ansiedad y de depresión en la población mundial. No es de extrañar teniendo en cuenta que, como mínimo, nos hemos tenido que enfrentar de manera global a grandes dosis de incertidumbre.
A los efectos provocados por el propio virus y la situación que genera, se le suma los efectos de las medidas sanitarias para reducir su incidencia. Y es que los repetidos confinamientos y restricciones afectan a nuestro estado de ánimo. La Organización Mundial de la Salud le ha puesto un nombre: se conoce como fatiga pandémica.
Qué es la fatiga pandémica
Según indica la OMS, la fatiga pandémica sería la sensación de cansancio, desmotivación, tristeza, hastió y desazón que muchos de nosotros sentimos estos meses. Concretamente, la Organización Mundial de la Salud estima que un 60% de los europeos la padecería.
El hecho de que las medidas sanitarias impuestas sean parte de la causa de esta fatiga lleva a que también sean, de manera directa, parte de las afectadas cuando la sentimos. Y es que, según advierten, esta desmotivación y cansancio puede llevar a que los mensajes sanitarios tengan menos efecto en nosotros, que dejemos de verles sentidos por no estar funcionando y dejemos de cumplir las restricciones.
Cómo podemos reducir los efectos de la fatiga pandémica
Mantener hábitos saludables
Cuidar nuestra alimentación, evitar o reducir el consumo de tabaco y alcohol, así como movernos más, son hábitos que nos ayudarán a estar sanos, a sentirnos mejor y a estar menos afectados por el cansancio.
Cuidar nuestros hábitos de sueño
De igual manera, la pandemia puede haber afectado a nuestros hábitos de sueño. Intentar mejorarlos, cuidando nuestra higiene del sueño, ayudará a que durante el día notemos menos cansancio y tengamos más energía. Para mejor nuestro sueño podemos llevar a cabo trucos como evitar el uso de aparatos electrónicos 45 minutos antes de irnos a dormir, asegurarnos de tener una buena temperatura, poca luz y pocos ruidos en la habitación. De igual manera podemos ayudarnos de música relajante, leer antes de dormir, reducir o evitar el consumo de bebidas con cafeína o practicar técnicas de relajación.
Reducir el tiempo que pasamos buscando y absorbiendo información sobre la pandemia
Una de las principales recomendaciones realizadas por las diferentes asociaciones de psicólogos ha sido reducir el tiempo que pasamos leyendo, pensando y hablando sobre la pandemia. Así, la American Psychological Association señala la importancia de reducir el tiempo que pasamos buscando o consumiendo información sobre la situación sanitaria. Concretamente, recomienda que nos permitamos una o dos horas al día de búsqueda activa en canales oficiales y evitemos la información el resto del día.
De igual manera, el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid señala la importancia que tiene que la situación sanitaria deje de ser nuestro principal tema de conversación.
Realizar ejercicio físico de manera habitual
La realización regular de ejercicio físico no solo nos ayuda a mantener unos hábitos saludables y a cuidar nuestro cuerpo, sino que también nos permitirá centrarnos en otra cosa que no sea la crisis sanitaria durante un rato al día. A esto se le une que nos ayuda a liberar endorfinas, serotonina y dopamina que mejoran nuestro estado de ánimo, favorecen que nos sintamos bien y aumentan las sensaciones de alegría y felicidad.
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