Con la evolución que ha sufrido Android son muchos los aspectos relacionados con el sistema que también han ido evolucionando, como la interfaz, los servicios integrados o la seguridad. Y por el camino se fueron cayendo otras posibilidades debido a a la propia evolución de Android, como el acceso ROOT o de administrador. No es que haya dejado de ser útil en los móviles actuales, sí mucho más complejo de obtener, con mayor riesgo de perder la garantía y bastante más superfluo.
Lo que antes podíamos hacer solo con ROOT poco a poco se fue liberando para todos los usuarios, como la opción de modificar la apariencia con temas, cambiar el aspecto de los botones de navegación o la manera en la que se ve la barra de estado, por ejemplo. Ahora bien, en los móviles antiguos aún sigue siendo muy ventajoso obtener el acceso ROOT: no se pierde la garantía (no deberían tener) y resulta posible modificar el sistema para así adecuarlo a un estilo más moderno.
Dado que tengo un Samsung Galaxy S5 anclado en Android 6.01 me dije: ¿por qué no rootearlo para así disponer de un dispositivo con la opción de modificarlo al 100 %? Y me dispuse a encontrar las ventajas de hacerlo, estas son las cinco razones que he encontrado.
Para probar las futuras novedades de WhatsApp
Dado que la aplicación de mensajería supone un foco de actualidad importante para mi trabajo, el disponer de acceso ROOT me abre la puerta a probar las futuras novedades antes de que aparezcan en la versión beta de WhatsApp. Por ejemplo, el modo oscuro: es muy sencillo acceder a él teniendo ROOT.
Para forzar el modo oscuro
Una de las claves en lo que a interfaces actuales se refiere es el modo oscuro, una opción que se ha vuelto tendencia durante los últimos meses. Si bien un fondo negro no es precisamente nuevo en el software tecnológico, sí lo es la manera en la que se aprovechan los colores oscuros en los móviles: basta con echarle un vistazo a apps como Instagram, Google Play Store o Twitter.
No es que haga falta ROOT para activar el modo oscuro en las apps más habituales ya que una aplicación como Dark Mode ya hace muy bien el trabajo y sin necesidad de rootear el teléfono. Ahora bien, no sirve para aplicaciones como Gmail, por ejemplo, tampoco para Google Assistant. Y con ROOT puede modificarse por completo la interfaz de cualquier aplicación.
Para quitar el ‘bloatware’
Esta sigue siendo una de las grandes ventajas de tener acceso ROOT o de administración: es la llave que abre la puerta a la eliminación de cualquier app, sea cual sea. Porque, ¿cuánto ‘bloatware’ trae de serie la mayoría de teléfonos actuales? Mucho. Pues imagina el que podía traer antes.
Siguiendo con el Samsung Galaxy S5, he podido eliminar muchas de las aplicaciones superfluas de Samsung gracias a Titanium Backup, un dinosaurio que llevaba años sin abrir en un móvil. Así que limpieza al canto: menos apps consumiendo en segundo plano y mucho menos gasto de batería, también de datos móviles.
Hacer copias de seguridad completas
Una vez te adentras en la modificación profunda del teléfono siempre hay alguna vez que este se bloquea por algún error o mala instalación de software. Y, dado que reinstalar el software del teléfono, y descargar todas las aplicaciones desde Google Play, es un proceso que puede durar horas, nada como realizar copias de seguridad completas para así restaurar el teléfono en caso de que se estropee. O copiar las aplicaciones junto con sus datos utilizando Titanium Backup, por ejemplo: de esta manera pueden restaurarse al momento justo en el que todo funciona correctamente.
Acceder a Xposed Framework
Xposed es un conjunto de herramientas en constante evolución que permiten modificar casi cualquier opción de un Android sin poner en riesgo el teléfono ya que los módulos no modifican directamente el sistema. Aunque eso sí, para utilizar Xposed Framework, y todos sus módulos compatibles, resulta imprescindible el acceso ROOT.
Con Xposed Framework resulta posible aplicar el modo oscuro a un montón de aplicaciones, se pueden cambiar los ajustes de dichas apps y hasta jugar a Google Stadia en casi cualquier móvil que cumpla dos requisitos: ROOT y Xposed. Imagina las posibilidades.
Extra: instalar una versión más reciente de Android
No es imprescindible el ROOT para cambiarle la ROM a un smartphone, pero, ya que instalé un recovery personalizado para rootear el teléfono (aproveché un CF-Root de Chainfire), puedo aprovechar para actualizarlo gracias a cualquiera de las ROMs cocinadas disponibles y más recientes que la versión de Android instalada. Mi elección sería una de LineageOS, por ejemplo: de esta manera le doy más vida al teléfono sin perder por ello las capacidades del software reciente.
