Con el avance de la tecnología, nuestros móviles se mantienen operativos durante un periodo más largo de tiempo (con permiso de las baterías, que podemos cuidarlas mejor), y es normal que no sintamos la necesidad de cambiar de terminal cada dos o tres años. Sin embargo, seguir utilizándolos implica algunos riesgos.
Ya conocemos qué son los parches de seguridad, así como cuáles son las actualizaciones indispensables. No obstante, cuando un terminal queda fuera de soporte para el fabricante, nos debemos conformar con la última versión que haya recibido nuestro móvil. Vamos a ver, pues, qué debemos hacer con un móvil que no recibe actualizaciones.
Si tu móvil no se actualiza corres ciertos riesgos
Que un móvil quede fuera de soporte no lo hace inútil. Pero sí es más propenso a infectarse con malware o virus. El principal culpable es el parche de seguridad, que Google va actualizando para tapar los posibles agujeros de entrada a código malicioso que pueda alterar tu dispositivo e incluso invadir tu privacidad.
Nuestro móvil no está indefenso, no, pero puede que haya alguna vulnerabilidad que se haya subsanado mediante un parche. En este caso, estaríamos totalmente expuestos si seguimos utilizando un móvil que no se actualiza. Más grave se vuelve la situación si el modelo dejó de recibir soporte hace mucho tiempo.
Cuidado aquí con usar teléfonos con versiones de Android muy antiguas, como Android 8 o Android 9, que juntas están presentes en más de un 20% del total de móviles Android.
Además, aunque no es muy normal, algunas aplicaciones dejan de funcionar en versiones antiguas del sistema operativo de Google cuando se actualizan. Esto lo habrás notado a las primeras de cambio en cuanto hayas recibido el aviso. Así que es un problema más que podemos tener si estamos desactualizados.
Extrema la precaución al usarlo sin parches de seguridad
Lo más importante para seguir usando tu Android sin soporte es extremar las precauciones. Si ya de por sí, instalar aplicaciones de orígenes desconocidos conlleva un riesgo, que en ocasiones queremos correr, hacerlo en un móvil que no se actualiza maximiza este problema.
En estos teléfonos fuera de soporte es totalmente recomendable limitar la instalación de aplicaciones a Google Play Store, que tiene una mayor confiabilidad e incorpora algunos servicios como Google Play Protect, que nos protege de aplicaciones maliciosas.
Aparte de ser más cuidadosos al instalar apps, también debemos serlo navegando por la web. Cuidado con los archivos que se descargan automáticamente al pulsar en un banner de publicidad, así como a abrir documentos que nos envíen por alguna aplicación de mensajería. El malware puede venir por cualquier frente abierto, así que debemos cerrar nuestras puertas a ficheros extraños.
Comprueba de antemano el origen del archivo, sea aplicación o no, pero lo idea es ceñirse a los métodos oficiales. Otra táctica es no usar aplicaciones que contengan información sensible en nuestro móvil antiguo, por ejemplo las del banco. Estas tienen nuestros datos personales y otros igualmente (o más) importantes, como la tarjeta de crédito en el caso de las apps bancarias.
Soluciones para seguir utilizándolo… o darle una nueva vida
Aunque tu móvil no tenga más actualizaciones oficiales, siempre hay ciertas maneras de sortear este problema. Lo más directo que podemos hacer es instalar una ROM personalizada, un método para usuarios avanzados pero que no tiene mayor dificultad una vez hayamos estudiado el proceso.
Podríamos hablar de las mil y una ventajas que proporcionan las ROMs Android, pero, sin duda, la mayor es su capacidad para mantener actualizados teléfonos que están fuera del soporte oficial del fabricante. De esta manera, evitaríamos problemas graves de seguridad, porque estos firmware mantienen el parche de seguridad actualizado a la última.
Un segundo intento pasaría por actualizar el móvil a través de Google Play Store. Google, consciente de la dejadez de los fabricantes a la hora de actualizar, ha separado ciertas partes del sistema y las actualiza desde su tienda oficial. Suelen estar enfocadas en arreglos y correcciones, pero pueden aportarnos en ocasiones algo más de seguridad.
Antes de comprar un nuevo móvil, asegúrate de que el fabricante promete (y cumple) varios años de actualizaciones. A ser posible, al menos tres.
Como última opción, no podemos dejar de considerar un cambio de móvil. Y eso no conllevaría tirarlo a la basura, sino reutilizarlo para darle una nueva misión. Sobre esto tenemos infinidad de ideas como pueden ser usarlo como libro electrónico, como altavoz o pantalla de Google Home, para sustituir a una webcam o simplemente como reproductor de música.
Ya sólo quedaría el dilema de qué móvil escoger, pero te aconsejamos hacer especial énfasis en un fabricante que actualice sus modelos de manera constante y durante el mayor periodo de tiempo posible. Las actualizaciones, o más bien la falta de estas, perjudican a nuestros teléfonos. No se vuelven inservibles, pero son más inseguros y podemos ser infectados con más facilidad.