Estos últimos días hemos visto como títulos muy esperados como ‘Top Gun: Maverick’, ‘Obi-Wan Kenobi’ y ‘Stranger Things 4’ rompían récords al mismo tiempo. Grandes motivos de celebración para Paramount, Disney+ y Netflix, pero lo cierto es que la credibilidad de esos tres grandes éxitos no es la misma.
Una cuestión de datos
Por un lado tenemos a la película protagonizada por Tom Cruise, cuyo triunfo es indiscutible, ya que se mide según los ingresos conseguidos por la misma en taquilla. Ahí se pueden poner algunos peros como la inflación para poder en tela de juicio ese récord de mejor fin de semana largo del Memorial Day en Estados Unidos, pero se basa en datos perfectamente medidos y que no se pueden manipular. Bueno, hay casos puntuales como las trampas para conseguir subvenciones que se dieron en España, pero ‘Top Gun: Maverick’, que ya es la película de Tom Cruise más taquillera de la historia en Estados Unidos, juega en una liga totalmente distinta y ajena a eso.
La cosa se complica más cuando hablamos de un éxito dentro del mundo del streaming, ya que las plataformas suelen ser muy reacias a la hora de aportar datos que avalen esos grandísimos éxitos que dicen tener cada poco tiempo.
En el caso de Netflix y ‘Stranger Things 4’ no nos queda otra que creernos los datos que aporta la propia plataforma a través de la web Top 10, donde además se mide solamente en millones de horas reproducidas y de una selección limitada de títulos. Con todas sus imperfecciones –antes era peor con su política de contar dos minutos como un visionado completo-, al menos aportan algo para poder defenderlo, pero claro, siempre queda la duda de hasta qué punto es eso creíble y, sobre todo, cuántos espectadores acabaron dejando de ver el título en concreto y cuántos vieron todos los episodios.
Eso sí, el caso de ‘Obi-Wan Kenobi’ es más sangrante, porque simplemente tenemos que creernos un tuit de Disney+ diciendo que había logrado el mejor estreno de una serie de Netflix, tomando para ello como referencia el número de horas vistas durante el fin de semana de su estreno. Vamos, lo mismo que Netflix pero sin aportar ningún tipo de dato concreto que lo justifique. Y así es imposible hacer cualquier tipo de cuantificación, incluso con todos los peros que tiene esa forma de medir el éxito.
Lo que queda así es una sensación creciente de éxito artificial cuando es algo que se podía evitar perfectamente. Si los datos son tan espectaculares, no debería haber ningún problema en compartirlos, pero la idea que queda es que los datos de taquilla se comparten porque no queda otra y que la transparencia es lo que menos importa. Y así los récords lo son menos.