Confiar
en
los
primeros
resultados
de
Google
para
acceder
rápidamente
a
información
fiable
parece
una
práctica
común.
Sin
embargo,
esta
confianza
puede
ser
aprovechada
por
ciberdelincuentes
recurriendo
a
una
técnica
conocida
como
 ‘SEO
Poisoning’
o ‘envenenamiento
de
búsquedas’.
Dicha
estrategia
permite
que
sitios
maliciosos
se
posicionen
en
los
primeros
lugares
de
los
motores
de
búsqueda,
aumentando
el
riesgo
de
que
los
usuarios
caigan
en
estafas
online
o
que
descarguen
malware
sin
darse
cuenta.
NO
TE
ENGAÑEN!
Los
principales
TIMOS
en
COMPRAS
ONLINE
y
CÓMO
EVITARLOS
¿Qué
es
el
SEO
y
cómo
afecta
a
los
resultados
de
búsqueda?
Los
motores
de
búsqueda
utilizan
algoritmos
complejos
para
clasificar
y
mostrar
los
resultados
más
relevantes
para
cada
consulta.
El
SEO
(siglas
de ‘Search
Engine
Optimization’)
es
un
conjunto
de
técnicas
(por
lo
general,
completamente
legítimas)
utilizadas
para
influir
sobre
esos
algoritmos
y
así
mejorar
la
visibilidad
de
un
sitio
web
en
los
motores
de
búsqueda
como
Google.
Estas
técnicas
incluyen
la
optimización
del
contenido,
la
estructura
del
sitio,
el
uso
de
palabras
clave
relevantes
o
la
creación
de
enlaces
desde
otros
sitios
web.
Sin
embargo,
estos
mismos
mecanismos
pueden
ser
explotados
por
ciberdelincuentes
para
manipular
los
resultados
y
colocar
sitios
fraudulentos
en
posiciones
destacadas.
¿Cómo
funciona
el ‘envenenamiento
de
búsquedas’?
Y
eso
es
precisamente
en
lo
que
consiste
el ‘SEO
Poisoning’:
en
manipular
los
algoritmos
de
los
buscadores
para ‘colar’
webs
maliciosas
entre
los
primeros
resultados.
Para
lograrlo,
los
ciberdelincuentes
recurren
a
uno
o
varios
de
estos
métodos:
- 
 Typosquatting:
 
 Creación
 de
 dominios
 con
 errores
 tipográficos
 similares
 a
 los
 de
 sitios
 de
 confianza
 para
 engañar
 a
 los
 usuarios.
- 
 Uso
 de
 palabras
 clave
 de
 tendencia:
 Analizan
 términos
 de
 búsqueda
 populares
 y
 los
 integran
 en
 sus
 sitios
 para
 atraer
 a
 más
 víctimas.
- 
 Manipulación
 de
 enlaces:
 Crean
 redes
 de
 enlaces
 artificiales
 mediante
 sitios
 comprometidos
 o
 de
 baja
 calidad
 para
 aumentar
 la
 autoridad
 de
 sus
 páginas
 en
 los
 motores
 de
 búsqueda.
- 
 Cloaking
 y
 redirecciones
 engañosas:
 Presentan
 contenido
 legítimo
 a
 los
 rastreadores
 de
 Google,
 pero
 una
 vez
 que
 el
 usuario
 hace
 clic
 en
 el
 enlace,
 lo
 redirigen
 a
 una
 página
 maliciosa
 donde
 puede
 descargar
 malware
 o
 ser
 víctima
 de
 phishing.
- 
 Exploración
 de
 nichos
 vulnerables:
 Se
 enfocan
 en
 consultas
 específicas
 y
 poco
 vigiladas,
 como
 búsquedas
 sobre
 regulaciones,
 descargas
 de
 software,
 eventos
 de
 actualidad
 o
 información
 técnica
 especializada.
Uno
de
los
casos
documentados
recientemente
afectaba
a
una
búsqueda
tan
inesperada
 «¿Son
legales
los
gatos
bengalíes
en
Australia?»:
los
usuarios
eran
remitidos
a
una
web
hackeada,
con
contenido
aparentemente
inofensivo…
que
redirigía
a
un
archivo
ZIP
con
malware
de
robo
de
datos.
Este
ataque
demostró
que
no
solo
las
búsquedas
sobre
temas
financieros
o
de
software
son
peligrosas,
sino
también
aquellas
relacionadas
con
temas
de
interés
regional
o
específico
(es
decir,
para
públicos
muy
restringidos,
pero
también
muy
interesados)
o
regional.
Igualmente,
los ‘envenenadores
de
búsquedas’
intentan,
cada
vez
con
mayor
frecuencia,
aparecer
entre
los
resultados
de
temáticas ‘de
última
hora’.
Además,
las
empresas
y
organismos
gubernamentales
también
son
objetivos
frecuentes,
especialmente
en
ataques
dirigidos
mediante
técnicas
de
spear-phishing,
donde
los
criminales
adaptan
sus
trampas
a
sectores
específicos
para
maximizar
el
impacto.
¿Cómo
protegerse?
Para
evitar
caer
víctima
de
estos
ataques,
es
fundamental
adoptar
hábitos
de
navegación
segura:
- 
 No
 confiar
 ciegamente
 en
 los
 primeros
 resultados
 de
 Google:
 Verificar
 la
 autenticidad
 de
 los
 sitios
 antes
 de
 hacer
 clic
 en
 enlaces.
- 
 Revisar
 la
 URL
 con
 detenimiento:
 Asegurarse
 de
 que
 el
 dominio
 sea
 legítimo
 (tanto
 antes
 como
 después
 de
 hacer
 clic
 en
 el
 mismo)
 y
 de
 que
 no
 contenga
 errores
 ortográficos
 o
 caracteres
 sospechosos.
- 
 Evitar
 descargar
 archivos
 de
 fuentes
 desconocidas:
 No
 abrir
 documentos
 o
 programas
 obtenidos
 de
 foros
 o
 páginas
 sin
 verificar
 su
 procedencia.
- 
 Usar
 herramientas
 de
 seguridad:
 Contar
 con
 software
 antivirus
 actualizado
 y
 habilitar
 protecciones
 contra
 sitios
 web
 maliciosos.
- 
 Comprobar
 enlaces
 sospechosos:
 Utilizar
 herramientas
 de
 verificación
 de
 URL
 antes
 de
 acceder
 a
 páginas
 desconocidas.
- 
 Desconfiar
 de
 anuncios
 o
 enlaces
 patrocinados
 que
 parezcan
 demasiado
 buenos
 para
 ser
 verdad.
Los
motores
de
búsqueda
han
implementado
medidas
para
filtrar
estos
sitios
fraudulentos,
pero
los
ciberdelincuentes
siguen
encontrando
formas
de
burlar
estas
defensas.
Por
ello,
la
mejor
protección
sigue
siendo
la
educación
y
el
sentido
crítico
de
los
usuarios.
Imagen
|
Marcos
Merino
mediante
IA
En
Genbeta
|
Las
búsquedas
en
Google
no
paran
de
empeorar:
el
spam
sigue
aumentando
e
irá
a
peor
con
los
años
 
            








































