Acudir
al
mercado
de
smartphones
Android
buscando
un
todopoderoso
smartphone
a
precio
reducido
no
es
tan
sencillo
como
en
el
pasado.
Modelos
como
los
Nexus
4,
Nexus
5,
OnePlus
One
o
POCO
F1,
por
poner
algunos
ejemplos,
son
historia.
Sin
embargo,
al
contrario
de
lo
que
podríamos
pensar,
ahora
son
mejores
opciones
que
antaño,
a
pesar
de
la
tendencia
alcista
en
los
precios.
2024
lo
demostró,
y
en
este
2025
se
volverá
a
reconfirmar.
Hay
y
habrá
Androids
muy
apetecibles
para
todo
aquel
que
busque
rendimiento
y
poco
más.
Eso
sí,
pagará
más
que
hace
una
década,
y
déjame
decirte
que
está
totalmente
justificado.
Aún
con
este
pensamiento,
también
debo
ser
honesto:
se
echan
en
falta
como
alternativas.
Los
móviles
chollo
en
relación
potencia-precio
no
se
han
ido
del
todo,
ahora
son
diferentes

Imagen
de
Kote
Puerto
para
Xataka
Tomo
como
referencia
a
dos
móviles
que
tuve
y
que
disfruté
como
lo
que
más:
estuve
en
esa
cola
infinita
y
sufrí
el
posterior
retraso
en
los
pedidos
del
Nexus
4.
Y
un
par
de
años
después,
con
el
Pocophone
F1
volvía
a
sentir
algo
parecido:
tener
el
mejor
procesador
del
momento
sin
pagar
las
cantidades
de
los
premium
era
posible.
Misión:
menos
de
300
euros.
Algo
que
tenían
en
común
estos
móviles
baratos
era
su
precio
de
salida.
Menos
el
Nexus
5,
los
otros
tres
mencionados
no
superaban
la
psicológica
barrera
de
los
300
euros.
Por
el
camino,
se
alejaban
de
la
gama
alta
en
otras
prestaciones,
más
notable
la
diferencia
en
apartados
como
la
fotografía
o
el
diseño
externo.

¿Para
qué
queremos
un
móvil
de
metal
o
cuero?
El
policarbonato
del
POCO
F1
no
estaba
nada
mal.
Imagen
de
Anna
Martí
para
Xataka
Años
después,
esta «categoría»
se
dio
por
perdida:
los
precios
ascendieron
sin
que
tuviésemos
un
sustituto
en
ninguna
de
las
firmas.
Ni
el
Nexus
5,
ni
el
OnePlus
2
consiguieron
replicar
el
precio.
La
razón
era
evidente:
una
pequeña
subida
para
tener
un
producto
algo
más
redondo.
La
firma
que
recogió
el
testigo
del
OnePlus
original
Poco
a
poco
se
terminaron
de
diluir,
con
una
excepción
que
en
2018
nos
devolvió
un
halo
de
esperanza:
el
POCO
F1.
Que
por
cierto,
rescaté
hace
menos
de
dos
años
para
probar
su
rendimiento.
Este
teléfono,
proveniente
de
una
joven
submarca
de
Xiaomi,
supo
entrar
en
esa
categoría.
Y
por
la
puerta
grande.
Años
después,
como
ya
comentaba
al
inicio,
seguimos
con
opciones
que
nos
dan
acceso
a
una
potencia
superior
a
la
media
pero
con
precios
más
contenidos.
Aunque
claro,
no
tan
contenido
como
en
aquel
entonces:
el
POCO
F3
recuperó
la
esencia
del
original,
a
un
precio
de
349
euros
(casi
400
euros
por
la
variante
más
recomendable)
que
ya
era
bastante
superior.
La
subida
de
precio
en
pos
de
mejores
características
en
el
resto
de
apartados
hizo
al
POCO
X3
Pro
brillar
con
fuerza
propia:
sin
tener
el
mejor
SoC,
era
muy
potente
y
barato,
por
lo
que
muchos
lo
recordarán
con
cariño.
Ese
movimiento
cambió
la
categoría
para
siempre.
Gama
media «premium»
a
un
precio
asumible.
Los
procesadores
de
gama
alta
se
han
sustituido
paulatinamente
en
estas
gamas
por
chips
que
están
un
peldaño
por
debajo.
Esto
ha
hecho
que
los
chips
más
deseados,
exijan
pasar
por
la
tendencia
del
sector:
pagar
800
(como
mínimo)
y
más
de
1.000
euros.

El
POCO
F5
montaba
un
Snapdragon
7,
pero
los
materiales
y
sus
cámaras
nada
tienen
que
ver
con
los
que
equipó
el
POCO
F1
original.
Imagen:
Alejandro
Alcolea
para
Xataka
Toca
tener
un
poco
de
conformidad.
Si
lo
miramos
en
perspectiva,
no
está
tan
mal.
El
último
exponente
de
la «nueva»
categoría
es
el
POCO
X7
Pro:
369
euros
muy
bien
aprovechados.
Eso
sí,
parece
que
fabricar
uno
por
este
precio
con
un
Snapdragon
de
potencia
similar
al
MediaTek
(Dimensity
8400
Ultra),
es
imposible.
Excepciones,
caras
pero
honrosas.
Si
buscamos
lo
más
de
lo
más,
es
decir,
un
SoC
de
Qualcomm,
hay
que
pagar
dos
o
tres
veces
más
que
en
aquellos
buenos
tiempos.
Sin
embargo,
en
ocasiones
hay
oportunidades
difíciles
de
dejar
pasar:
pongo
el
ejemplo
del
reciente
Realme
GT7
Pro.
No
por
su
precio
de
salida
-que
ya
es
algo
más
bajo
que
sus
competidores
directos-
sino
porque
las
ofertas
le
están
poniendo
mejor
cara.
Los
POCO
F
siguen
flirteando.
Dependiendo
de
la
generación,
los
POCO
más
potentes
de
cada
año,
los
de
la
familia ‘F’,
se
acercan
más
o
menos
al
concepto
del
que
hemos
hablado.
El
POCO
F5
de
hace
un
par
de
años,
rebajó
las
pretensiones
de
su
procesador
para
ofrecer
un
precio
más
atractivo;
el
último,
el
POCO
F6,
apostó
por
más
potencia
con
el
consiguiente
incremento
de
precio.
Aunque
se
siguen
echando
de
menos
¿Quién
no
se
lanzaría
a
por
un
Android
con
el
Elite
de
Qualcomm
que
costara
400
euros?
Lo
compraría
con
los
ojos
cerrados,
aunque
tuviese
que
renunciar
a
las
cámaras,
e
incluso
a
los
materiales
de
su
trasera.
Y
sé
que
un
nicho
de
usuarios
también
lo
haría:
los
que
buscan
un
smartphone
gaming
barato.

No
serían
los
únicos:
el
atractivo
de
un
teléfono
potente
y
barato
seduce
a
cualquiera.
En
este
sentido
pienso
que,
aunque
redujeran
los
sensores
fotográficos
a
la
unidad,
la
trasera
fuera
de
plástico,
y
su
pantalla
no
fuera
la
más
rápida
ni
con
mayor
resolución,
tendría
mucho
que
ofrecer.
Tener
el
chip
más
potente
no
solo
asegura
gráficos
de
alta
calidad
en
juegos
sino
que
también
proporciona
un
rendimiento
sostenido
después
de
los
años.
La
prueba
de
esto
es
el
repetido
POCO
F1.
De
vez
en
cuando
lo
cargo
(su
batería
está
bajo
mínimos)
y
me
sigo
sorprendiendo
por
el
buen
rendimiento
que
devuelve
en
la
actualidad.
Y,
puestos
a
pedir
para
ese
teléfono
imaginario:
nada
mal
le
sentaría
una
política
longeva
de
actualizaciones.
Un
Snapdragon
8
Elite
por
menos
de
400
euros
no
es
más
que
un
sueño
imposible
en
la
actualidad
Sea
como
sea,
a
pesar
de
la
justificada
subida
de
precio
y
la
desdibujada
categoría
de «teléfono
top
en
potencia,
bajo
en
precio»,
se
siguen
echando
en
falta.
Ojalá
algún
día
regresen
de
la
misma
manera,
porque
sí,
siguen
existiendo.
Pero
a
qué
precio.
Imagen
de
portada
|
Composición
con
imágenes
de
Kote
Puerto
y
Anna
Martí
para
Xataka
En
Xataka
Android
|
He
probado
Mistral,
el
ChatGPT
europeo.
Ya
tengo
claro
por
qué
vamos
por
detrás
en
la
batalla
de
la
IA
En
Xataka
Android
|
Gemini
2.0
Pro
es
lo
que
necesitaba
para
dejar
atrás
a
ChatGPT
y
DeepSeek.
El
salto
dado
por
Google
es
enorme