Si
preguntáramos
dónde
se
encuentra
la
estación
de
trenes
más
grande
del
mundo
por
número
de
andenes,
probablemente
muchos
dirían
que
en
China.
Al
gigante
asiático
le
encantan
las
megaestructuras,
por
lo
que
esta
respuesta
no
sería
para
nada
descabellada.
Sin
embargo,
hasta
ahora
no
ha
conseguido
levantar
este
título.
La
respuesta
correcta
es
Estados
Unidos.
En
la
Ciudad
de
Nueva
York
está
ubicada
la
Grand
Central
Terminal.
Se
trata
de
un
centro
de
transporte
cuya
inmensidad
y
reconocimiento
mundial
no
pasan
desapercibidos.
Estamos
hablando
de
una
estación
de
tren
inaugurada
en
un
lejano
1913
que
se
extiende
por
19
hectáreas
y
que
cuenta
con
44
andenes
y
67
vías.
Grand
Central
Terminal,
un
ícono
de
Nueva
York
No
hay
otra
estación
terminal
en
el
planeta
con
una
cantidad
similar
de
andenes.
La
Grand
Central
Terminal
fue
construida
en
un
momento
de
la
historia
donde
se
creía
que
el
transporte
de
larga
distancia
por
ferrocarril
seguiría
creciendo.
Esto
obligaría
a
dejar
muchos
vehículos
pacientemente
estacionados
hasta
su
próximo
viaje.
La
estación,
de
hecho,
comenzó
a
construirse
en
1903
en
una
zona
poco
desarrollada
de
la
metrópoli
estadounidense.
Esta
decisión
se
tradujo
en
críticas,
pero
los
defensores
del
proyecto
confiaban
en
que
esta
terminal
serviría
como
motor
de
crecimiento
económico.
Y
así
fue,
el
vecindario
comenzó
a
prosperar
una
manera
extraordinaria.
En
lo
que
ahora
conocemos
como
Midtown
Manhattan,
se
erigieron
rascacielos
y
en
la
estación
se
abrió
una
galería
y
una
escuela
de
arte,
un
cine
y
un
museo
de
la
historia
ferroviaria.
En
1930
ya
era
la
estación
de
tren
más
concurrida
de
Estados
Unidos
y
el
epicentro
de
trenes
de
larga
distancia
como
Fast
Mail
y
Water-Level
Limited.

La
fachada
de
Gran
Central
Terminal
vista
desde
la
Calle
42
Pero
no
todo
fue
color
de
rosa
para
la
estación.
El
mundo
del
transporte
evolucionó.
Después
de
batir
récords
anuales
de
pasajeros
a
mediados
de
la
década
de
1940,
comenzó
a
evidenciarse
un
declive.
Los
pasajeros
tenían
varias
alternativas
al
ferrocarril
para
sus
viajes
de
larga
distancia,
como
el
avión
o
el
coche
(también
gracias
a
las
nuevas
carreteras).
El
sector
y
la
compañía
ferroviaria
detrás
de
Grand
Central
Terminal
no
estaban
pasando
su
mejor
momento,
por
lo
que
en
las
décadas
de
1950
y
1960
surgieron
varias
propuestas
para
demoler
la
terminal.
En
1967,
no
obstante,
la
estación
fue
designada
como
hito
de
la
ciudad
por
la
Comisión
de
Preservación
de
Monumentos
Históricos.

En
Grand
Central
Terminal
todos
los
andenes
están
bajo
tierra
y
están
distribuidos
en
dos
niveles
Si
bien
esta
imponente
instalación
consiguió
esquivar
la
amenaza
de
cierre,
incluso
después
de
varias
mejoras
tanto
a
nivel
operativo
como
comercial,
la
falta
de
mantenimiento
hizo
que
la
estructura
padeciera
el
paso
del
tiempo.
Aparecieron
goteras
en
el
techo,
desprendimientos
de
mampostería,
óxido
en
el
acero
estructural
y
más.
Hacia
finales
de
la
década
de
1980
comenzó
la
etapa
de
revitalización.
Metro-North
se
puso
al
frente
de
un
plan
de
mejora
de
435
millones
de
dólares.
Los
trabajos
incluyeron
la
limpieza
del
techo
de
la
explanada
principal,
mejoras
en
vestíbulo
y
reparaciones
estructurales.
En
otras
palabras,
una
puesta
a
punto
integral.

El
reloj
de
cuatro
caras
de
la
cabina
de
información
de
Grand
Central
Terminal
En
la
actualidad,
la
Grand
Central
Terminal
se
encuentra
entre
los
lugares
turísticos
más
visitados
de
la
ciudad
de
Nueva
York.
Además,
el
edificio
estilo
Beaux-Arts
en
su
exterior
y
con
elementos
como
la
cubierta
de
azulejos
del
valenciano
Rafael
Guastavino
destaca
a
nivel
nacional
por
su
belleza
arquitectónica.
La
estación
está
abierta
al
público
todos
los
días
desde
las
05:15
hasta
las
02:00.
Se
trata
de
un
lugar
con
muchos
puntos
destacados.
Entre
ellos
encontramos
el
puesto
de
información
principal,
sobre
el
cual
hay
un
reloj
de
cuatro
caras
decorado
con
la
bellota
de
Vanderbilt
(el
escudo
familiar
del
constructor
original
de
la
estación).

Main
Concourse,
el
vestíbulo
principal
de
Grand
Central
Terminal
Parece
que
los
relojes
son
importantes
en
la
estación
dado
que
en
el
vestíbulo
principal
hay
otro
que
indica
la
hora
del
Este.
En
el
exterior,
además,
se
encuentra
el
reloj
Tiffany
más
grande
del
mundo.
El
techo,
por
su
parte,
tiene
pintado
el
Zodíaco.
Recordemos
que
estamos
frente
a
un
edificio
que
es
mucho
más
que
una
estación
de
tren.
Hay
un
patio
de
comidas
con
una
decena
de
opciones,
aunque
hay
una
que
destaca
sobre
las
demás.
Se
trata
del
Grand
Central
Oyster
Bar
&
Restaurant,
que
es
el
restaurante
más
antiguo
de
la
estación.
Ofrece
hasta
25
tipos
de
pescado,
30
variedades
de
ostras,
vinos
seleccionados
y
más.
Como
podemos
ver,
se
trata
de
un
restaurante
famoso.
También
hay
tiendas
de
ropa
como
Banana
Republic
y
de
tecnología
como
una
tienda
de
Apple.
La
compañía
de
Cupertino
abrió
esta
App
Store
en
diciembre
de
2011.
Se
trata
de
un
espacio
enorme
con
un
montón
de
espacios
en
las
que
probar
todos
los
dispositivos
de
su
catálogo.
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