Hay una suerte de nueva carrera en la ficción adolescente y, a juzgar por lo visto, HBO y HBO Max parecen haber tomado la delantera con sus intentos de realizar un retrato realista de la llamada generación Z. El último en subirse a esta nueva ola de ficciones adolescentes es ‘Genera+ion‘, que aterriza con sus primeros episodios en HBO España.
Una de las cosas más curiosas de la serie es que está cocreada por un padre y una hija, Daniel y Zelda Barnz en el guion. Además, el otro padre, Ben está como productor. Y esta hija escribe muy cerca (empezó el proyecto con 17 años) de la edad de los protagonistas. Así, en la que una da esa experiencia —y de hecho hay un personaje en la serie similar a ella— y la perspectiva de cómo hablan, escriben y piensan los sujetos, el padre le da la veteranía a la hora de plasmarlo en el libreto.
La generación Z según la generación Z
Con una primera temporada de 16 episodios, los cuales se estrenan en dos tandas de ocho, es difícil decir en qué consiste ‘Genera+ion’ sin caer en generalidades —grupo de adolescentes y sus movidas, sobre todo exploración de lo sexual—, no solo por lo vago de la premisa sino porque estamos ante un sólido reparto bastante coral.
A pesar de su coralidad, la historia está contada sobre todo bajo el punto de vista de Chester (Justice Smith), un queer extrovertido —muy diva ella—, Nathan (Uly Schlensinger), su hermana Naomi (Chloe East), hijos de familia bien; Haley Sanchez como Greta, latinx en el armario. También nos encontramos a Nathanya Alexander, Chase Sui Wonders y Lukita Maxwell completando el joven reparto.
Hay una cosa muy interesante en cómo las sucesivas generaciones de jóvenes van (íbamos) marcando la perspectiva sobre multitud de temas hasta hace nada tabú y su normalización. Por ejemplo, pese a la clara existencia de la homofobia, no es lo mismo salir del armario hace veinte años que ahora. Hemos asumido de forma natural cuestiones que, si bien antes eran escandalosas ahora no es nada del otro jueves.
Aquí se ve bastante bien en la reacción de los padres ante lo que está pasando con sus hijos. No tanto por querer ejercer como inquisitores ante conductas «no tradicionales», por así decirlo, sino de frustrarse al no entender unos códigos —la megaconectividad, el amplio espectro de emociones por lo que se mueven— que avanzan a tal velocidad que les cuesta siquiere alcanzar a verlos. Aquí el personaje de Martha Plimpton es un claro ejemplo de ello.
Una mirada no exenta de humor
Sus episodios de media hora son de lo más agradecido, engarzando una ficción bastante enérgica que mezcla comedia con drama. Algo que se ve desde la primera escena, con una de las jóvenes rompiendo aguas en el baño de minusválidos de un centro comercial. Un enérgico prólogo que nos irá acompañando al menos durante los cuatro episodios que he podido ver.
Además, nos encontramos con un buen manejo del humor con una mirada de cierto cinismo ante los inevitables tropos del género. Recuerda en este sentido al mejor Ryan Murphy de ‘Glee‘ en cómo entiende el universo absurdo que se forma en un instituto, con sus clubes, sus orientadores e incluso algo tan desgraciadamente cotidiano como los encierros por tiroteo.
El guion es, a todas luces, bastante sólido. Creo que encuentra enseguida el tono que quiere y su naturalidad es impresionante. No pierde el tiempo en recordarnos que los personajes están en una edad confusa y prefiere mostrar directamente en vez de irse por las ramas.
Eso sí, por lo general se nota la inexperiencia tanto en el guion como en la dirección. Más en lo segundo que en lo primero, como si con poner un «filtro instagram» bastase para hacer algo sofisticado. Sin embargo, el excelente nivel del reparto, tanto jóvenes como adultos, suple de sobra las carencias que podemos encontrarnos en los apartados técnicos.
Producida por HBO Max, llama también la atención que esta serie podría haber encajado perfectamente en HBO por su ambición y su espíritu de serie de autor. Claro, ahí sí que la comparación con ‘Euphoria‘ sería demasiado inevitable... y, pese a sus claras virtudes, ‘Genera+ion’ no saldría demasiado bien parada. Aunque sea por poco.