Aunque lleva algún tiempo entre nosotros, el coworking continúa consolidándose como el espacio de trabajo preferido por muchos profesionales, especialmente entre aquellos que no tienen un espacio de trabajo fijo, pero también por muchas empresas que buscan espacios más baratos para que sus empleados puedan trabajar.
No en vano, según el informe ‘European Flexible Office Spotlight‘ elaborado por Savills Aguirre Newman y Workthere, la contratación de espacios de coworking aumentó un 20% el último año, acaparando casi el 10% (en concreto, el 9,9%) de la absorción de oficinas en 2018.
Son las principales capitales de Europa las que ven un mayor incremento de la demanda de estos espacios, ya que cuentan con mercados maduros en esta modalidad de trabajo, además de ser ciudades dinámicas y adaptadas a este tipo de espacios.
En este sentido, algunas ciudades como Dublín, Estocolmo o Varsovia y otras ciudades secundarias en mercados maduros tales como Hamburgo, Fráncfort o Birmingham están experimentando una fuerte demanda en este tipo de espacios de oficinas flexibles.
En el caso de España, las dos grandes ciudades siguen siendo las más dinámicas en lo que a búsqueda de espacios de coworking se refiere. Barcelona y Madrid se situaron en los puestos 12 y 13 del ranking, respectivamente, de demanda de este tipo de espacio de trabajo.