Comenzamos limpiando el solomillo de cerdo, retirando las grasas que tenga en los lados, el cordón y dejamos solamente la parte más rica, el cilindro central que cortamos en medallones. Es importante que los medallones tengan aproximadamente el mismo grosor que las gambas para que se puedan cocinar bien en la parrilla.
Pelamos las gambas, retiramos las cabezas y patas y retiramos el intestino con un palillo o unas pinzas. Limpiamos bien los champiñones con un paño húmedo, cortamos la parte más dura de la base y los partimos por la mitad. Ponemos a calentar la parrilla al fuego mientras ensartamos las brochetas.
Si queremos hacer las brochetas en plan aperitivo, pondremos un trozo de solomillo, una gamba y un trozo de champiñón en brochetas pequeñas. Si queremos servirlo como plato principal calculando dos brochetas por persona, pondremos solomillo-gamba-champiñón-solomillo-gamba como veis en las imágenes. Si usáis como yo brochetas de madera desechables, recordad mojarlas antes de usarlas para que aguanten mejor el calor de la parrilla.
Preparamos un adobo mezclando 3 cucharadas de salsa teriyaki con una cucharada de miel y lo usamos para barnizar las brochetas cada vez que les demos la vuelta. Con aproximadamente dos minutos por cada lado será suficiente para llevarlas a la mesa. El sabor irá impregnando la carne y las gambas potenciando mucho su sabor.
Para servirlas, hacemos una cama con una mezcla de lechugas variadas, espinacas y rúcula, y sobre ella colocamos las brochetas, rematadas con un tomate cherry maduro en la punta.