15/10/2024
06:35hs.
Franco
Colapinto
se
convirtió
en
uno
de
los
deportistas
albicelestes
más
importantes
de
este
siglo.
Por
su
crecimiento
desde
abajo,
con
victorias,
títulos
y
promociones
de
categorías,
se
metió
en
los
planes
de
los
jefes
de
los
equipos
más
importantes
de
la
Fórmula
1.
Y
a
base
de
carisma
y
velocidad,
tanto
dentro
como
fuera
del
paddock,
se
insertó
en
el
corazón
de
los
miles
de
argentinos
que
ahora
madrugan
para
seguir
al
#43
de
Williams.
Las
bromas
con
los
periodistas
en
las
ruedas
de
prensa,
las
palabrotas
en
el
team
radio,
sus
publicaciones
en
Instagram
y
tuits
humorísticos
(y
baiteos)
en
las
redes
sociales
permitieron
que
aquellos
que
no
son
del
palo
conozcan
a
un
personaje
que
copó
las
tapas
de
los
diarios
de
la
noche
a
la
mañana.
Pero
la
revolución
del
pilarense
en
el
Gran
Circo
se
empezó
a
gestar
años
atrás…
Mientras
Colapinto
se
subía
a
los
kartings
y
ascendía
en
la
pirámide
de
los
monoplazas,
iba
cosechando
compañeros
y
rivales.
Algunos
le
ganaron,
y
otros
lo
siguieron
de
cerca.
A
la
distancia,
varios
de
ellos
le
contaron
a
Olé
cómo
era
el
pilarense
antes
de
ser
el
novato
sensación
de
la
F1.

Colapinto
en
Monza,
donde
hizo
su
debut
en
la
Fórmula
1.
Carrara,
Moggia
y
Olmedo:
pilotos,
rivales
y
admiradores
de
Colapinto
«Todo
le
chupaba
un
huevo»,
comentó
Giorgio
Carrara,
quien
compitió
con
Franco
en
la
Fórmula
4
Española
en
2019
-ese
año
Colapa
salió
campeón-
y
en
competencias
de
kartings.
Él
fue
uno
de
los
pocos
argentinos
que
pasaron
por
la
categoría
ibérica
en
los
últimos
años,
y
dio
detalles
de
su
relación
con
un «Franquito»
que
no
sentía
la
obligación
de
rendir
como
sí
algunos
de
sus
jóvenes
colegas:
«Cuando
vas
a
correr
sentís
presión
de
que
las
cosas
salgan
bien,
y
yo
creo
que
él…
¿cómo
decirlo
sin
que
suene
vulgar?
Bueno,
le
chupaba
un
huevo,
o
al
menos
eso
se
veía
de
afuera».
Aquello
que
se
vio
en
el
GP
de
Singapur,
en
donde
Colapinto
se
ganó
las
miradas
de
todos
por
haber
adelantado
a
varios
autos
en
la
primera
curva,
ya
se
daba
en
las
categorías
formativas.
Al
propio
Carrara
le
tocó
sufrirlo:
«Largó
atrás
mío,
apareció
al
costado
y
pensé ‘la
puta,
¿cómo
hiciste?’
¡Y
era
un
rookie!».

Carrara
corrió
con
Colapinto
en
la
F4
española.
Sus
buenas
actuaciones
en
cada
auto
que
le
tocó
manejar
(James
Vowles,
jefe
de
Williams,
lo
elogió
por
su
capacidad
para
exprimir
cualquier
máquina
que
se
le
dé),
también
se
pudieron
ver
en
los
Juegos
Olímpicos
de
la
Juventud
del
2018.
Suena
utópico,
sobre
todo
porque
los
fierros
no
son
parte
del
programa
olímpico,
pero
fue
real:
en
esa
competición
de
kartings,
en
la
que
también
se
coronó,
corrió
contra
un
Guido
Moggia
que
en
la
actualidad
lo
sigue
como
un
fana
más. «Él
siempre
anduvo
bien.
Era
un
chico
más
de
los
que
competían
en
todos
los
campeonatos
de
karting,
pero
siempre
era
de
los
que
andaban
adelante«,
contó
el
piloto
de
23
años.
Sin
embargo,
al
igual
que
en
cualquier
deporte
de
alto
rendimiento,
es
tan
importante
lo
que
pasa
al
competir
como
lo
que
pasa
afuera.
Colapinto
siempre
mantuvo
los
pies
sobre
la
tierra,
y
en
eso
estuvieron
de
acuerdo
tanto
Carrara
como
el
campeón
de
la
Fórmula
Renault. «Hizo
los
pasos
que
tuvo
que
hacer
para
correr
bien
en
Europa«,
aseguró
Moggia,
mientras
que
Giorgio
sostuvo: «Se
manejó
muy
bien
abajo
del
auto,
tuvo
un
grupo
que
lo
hizo
manejarse
bien.
Va
más
allá
del
talento
que
obviamente
tiene
arriba,
porque
también
hay
que
tomar
decisiones
acertadas
abajo.
Es
un
mundo
en
el
que
estás
solo
y
solés
tener
muchos
altibajos».

es
Guido
Moggia,
quien
compitió
con
Colapinto
en
karting.
Otro
que
compartió
pista
con
el
pilarense
fue
Jeremías
Olmedo,
campeón
del
Torneo
Regional
de
2015,
en
el
que
un
Franco
de
12
años
ganó
la
última
carrera
y
lo
nombró.
Hace
pocas
semanas,
el
salteño
también
habló
con
Olé
y
dijo
que
«desapercibido
no
pasaba,
y
en
los
campeonatos
en
los
que
estaba
siempre
peleaba
adelante».
Olmedo,
piloto
de
TC
Pista
que
lucha
por
ascender
al
Turismo
Carretera,
sabe
de
los
esfuerzos
que
hay
que
hacer
para
crecer
en
este
rubro.
Por
eso
es
que,
al
igual
que
algunos
de
sus
colegas,
resaltó
el
trabajo
de
Colapinto: «Hizo
el
camino
que
hay
que
hacer.
De
hecho,
creo
que
hubo
un
año
en
el
que
ni
siquiera
estuvo
en
fórmula
y
se
pensaba
que
se
diluía
ese
anhelo
a
llegar«.
Además,
Jeremías
destacó
que
«siempre
tuvo
esa
personalidad
fría
o
rara,
pero
es
la
que
hoy
tiene.
Juega
con
la
presión
a
favor,
y
eso
lo
sabe
potenciar
arriba
del
auto«.
Esa
frase
podría
explicar
cómo
hizo
Colapinto
para
soportar
las
altísimas
exigencias
del
máximo
nivel
del
deporte
motor.
Sus
conocidos
ya
lo
tenían
asimilado
desde
pibes,
cuando
Franco
también
lo
era
y
ya
hacía
de
las
suyas.
Tanto
arriba
como
abajo
del
coche,
el
corredor
de
21
años
supo
dejar
una
huella
que
espera
agrandarse
con
más
temporadas
en
la
Máxima.
Esa
es
la
ilusión
de
todos,
hasta
de
quienes
fueron
sus
rivales…

Olmedo
le
ganó
un
campeonato
a
Colapinto.
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