Bandalos Chinos – “Se viene un disco más lúdico y ecléctico”

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Este agosto se cumplirán dos años desde el lanzamiento de BACH, el último disco de Bandalos Chinos que, en sus propias palabras, “tanto nos ha dado”, y los ha llevado a tocar en toda Argentina, México y ganar su primer Premio Gardel el pasado mayo del 2019.

Ahora, el grupo oriundo de Beccar ya se prepara para lo que esperamos todes sea un segundo salto con un nuevo disco. Muestra de ello son “Mi manera de ser” y “AYNMG”, dos singles lanzados en simultáneo que anticipan un álbum que nos llegará en octubre. Conversamos con Nicolás Rodríguez del Pozo (más conocido como “el Lobo”) bajista de la banda al respecto del proceso de grabación, nuevamente en los estudios Sonic Ranch, y sobre los tres singles que nos esperan antes de ver este nuevo disco.

¿Cómo fue el viaje? ¿Fueron solos?

Llegamos el 26 de diciembre a Sonic Ranch y nos quedamos un mes. Fuimos los seis músicos y Adán (Jorodowsky) como productor. Igual que cuando grabamos BACH. El estudio es un placer porque cada uno tiene su cuarto personal. Tony (Rancich) es como que te invita a su casa y la verdad que es un lujo porque tenés un espacio propio para hacer la tuya si estás quemado. Facilita mucho la parte humana, que es intensa.

¿Cómo fue el proceso de grabación de este nuevo álbum?

Le dedicamos un día a cada canción para las bases, y después otro día entero para guitarras, coros, percusiones. En muchas ocasiones, la voz de referencia quedó como definitiva. Goyito grababa todo como si fuera definitivo y estuvo buenísimo.

En general, la canción estaba muy ‘de fogón’, estaba la armonía, melodía, estructura, pero no es que estaba producida. Arrancábamos a las 10 de la mañana y empezábamos a ver referencias y demás. La idea era que fluya ahí, con referencias pero siempre siendo Bandalos Chinos, con esa impronta propia. Todas las mañanas se armaba la canción con cuatro o cinco músicos en vivo. Estuvo bueno porque siempre las primeras tomas son las que quedan más frescas. Por ahí sí hubo después un laburo más de edición, de agarrar los mejores fragmentos de cada toma, pero sí, salió super espontáneo y con esa frescura que está buena.

Grabamos casi todo a cinta, con una Studer original hermosa, y era loco porque grabamos todo en vivo y Jerry Ordoñez, que es el ingeniero de Sonic Ranch, armó todo un aparato que lo digitaliza. En el mismo momento tenías ya todo en el Pro Tools.

¿Tuvieron una busqueda musical distinta? ¿Buscaron diferenciar de BACH?

Un poco era la idea, mismo en este single. Si bien el proceso fue muy similar, la idea es un disco más lúdico y ecléctico. Nos propusimos darle a cada canción un mundo y poder llevarlo a cabo, jugar en ese ambiente que se genera. En “Mi manera de ser” queda muy bien retratado con esa cosa de rock de estadio, la guitarra al mango, sumar al “público”. Exploramos y fuimos por opciones, no tanto como en BACH que eran canciones más homogéneas.

Cuando grabamos “AYNMG” también buscamos su mundo. La línea de bajo no es tan clásica, porque la idea era que permaneciera acústica. Lo grabamos todo hiper minimalistas, me acuerdo estar apenas acariciando el bajo. De hecho el otro día Goyo subió al Instagram un video de cuando se grabó, y si lo escuchás está cantando mínimo. Estaba todo delicado y el resultado fue esa canción delicada.

En “Mi manera de ser” fuimos al estudio de al lado en Sonic Ranch y empezamos a traer a toda la gente que había y metimos 15, 16 personas, aplaudiendo y gritando para que pareciera que había mucha gente. Fue muy divertido y creo que se nota lo lúdico.

BACH fue un disco super seco, con sonidos más muffleados, ¿en este disco la búsqueda va más por “Mi manera de ser”?

Sí, las baterías estaban super chicas. Lo grabamos en una sala de Sonic Ranch que es enorme, entonces le armamos un cuartito aparte a la batería  con paneles y quedó con ese sonido seco. De todos modos, depende de cada canción. “Mi manera de ser” es de las que más tiene como esos aires expansivos y grandilocuentes. En ese sentido es más bien única, no es que hay mucho rock de estadio así ochentoso en el disco, sino que fuimos pasando por varias etapas. Hay canciones que suenan a los ’50, medio balada, después cosas ochentosas pero funkeras, baladas clásicas y cosas más rockeras tipo ese rock británico de los ’70. La verdad que está lleno de sonidos.

¿Les pasó de antes de grabar las canciones escuchar referencias hacia donde apuntar?

Antes de ir a Sonic Ranch no, porque a Adán mismo no le gusta ir tan cargado de antes al estudio. Lo que sí hicimos fue tener algunas reuniones virtuales y vernos a fin del año pasado para repasar un poco. Teníamos un montón de ideas dando vueltas y había que elegir. Tuvimos el proceso de presentar maquetas y cosas grabadas con el celu, buscando la esencia con la canción. La clave está ahí, que la canción esté, porque a veces uno se va en los detalles de producción cuando todavía no tiene la canción. Está bueno tener una canción firme que funcione en el formato que sea y después buscarle una versión.

Sí tuvimos esas charlas de ir buscando tempos y las referencias salen ahí en el momento, no es que bloqueás todo, pero no está puesto el foco ahí. No es “vamos a buscar esto” sino antes de entrar al estudio decirle a Jerry “estamos buscando este sonido, algo por acá”. El tipo es un capo, en media hora te hace sonar lo que sea como te lo imaginaste; y si no te gusta, tiene dos o tres opciones más.

¿”Departamento” entra en esta nueva etapa de Bandalos Chinos o queda con BACH?

Y… se grabó en México, en otro estudio. Yo lo pienso más como una conclusión de la etapa BACH. Es la canción BACH. Surgió ahí y teníamos ganas de grabarla, pero la pondría más ahí. De hecho estuvo la idea de hacer la edición deluxe de BACH sumando “Departamento” de bonus track, pero quedó ahí.

¿Cómo fue el momento de lanzamiento de este single estando distanciados?

Nos quedamos con las ganas de compartirlo con todos, pero bueno, estuvo ahí. Es muy loco sacar música nueva en este contexto. El lanzamiento estaba planeado para antes, y no iba a ser doble, pero el contexto nos llevó a pensarlo y retrasarlo. Viendo que la situación iba para largo decidimos lanzarlo y sumamos “AYNMG”, que creo que compensa para esos días que son medio bajón en la cuarentena. Es esa caricia en la espalda de que “está todo bien”.

Hicimos un evento digital donde nos sumamos a un zoom con todos los que habían preguardado la escucha del single. Les mandamos una invitación y estábamos charlando, nos podían preguntar lo que quisieran, y estuvo muy lindo. Esto fue el jueves a la tarde/noche y les mostramos las canciones y el video, como una especie de avant premiere.

¿”AYNMG” en siglas es por algo en particular?

AYNMG (Así Ya No Me Gusta) es un código interno que tenemos para marcar cuando las cosas se están yendo… Es una forma con cierto humor, pero no menos seriedad, de marcar dónde están los límites sin ser ofensivos ni generar como un ambiente agresivo. Surgió de ahí la expresión, de empezar a cuidarnos entre nosotros y marcar cosas que no estaban buenas. La abreviación después salió de chats y quedó de ahí. Terminó significando una canción, y como hay una tradición en la banda de jugar con los nombres y la palabra, así que quedó en las siglas el nombre.

¿Cuántas canciones se vienen en este nuevo disco? ¿Vamos a ver algunas como singles antes del lanzamiento final?

Son diez canciones, una menos que BACH. No te puedo decir el nombre (risas), pero sí que son diez. La idea es lanzar a grosso modo un single por mes hasta octubre, que es cuando ya tendríamos que tener el disco. Así que en julio se viene un tema nuevo. Estamos contentos con el disco así que estamos con ganas.

Fuente: Indie Club