Ante un verano cada vez más cálido y extremo en España, muchos turistas ya están mirando hacia otro lado: los países escandinavos

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Stephen
Brown
tiene
38
años,
es
ingeniero
de
software,
reside
en
Londres
y
durante
sus
vacaciones
de
verano
ya
no
se
saca

selfies

en
bañador
y
camiseta
con
las
soleadas
costas
del
Mediterráneo
como
telón
de
fondo.
Durante
los
meses
de
más
calor
viaja
al
norte,
a
los
Highlands
de
Escocia,
donde
encuentra
temperaturas
más
benigna
que
en
el
sur
de
Europa.
De
hecho
su
plan
para
este
año
comentaba
Brown

hace
poco
a

The
Guardian

pasa
por
disfrutar
del

lago
Lomond

y
pasar
una
semana
recorriendo
senderos
y
ríos
en
Noruega.
Nada
de

olas
de
calor
.
Ni
sequías.
Ni
noches
achicharrantes
con
el
aire
acondicionado
al
máximo.

El
suyo
no
es
un
caso
único.
Al
contrario.
La
historia
de
Brown
es
solo
un
relato
más
que
pone
nombre,
cara
y
detalles
a
una
tendencia
cada
vez
más
evidente:
la
de
los
turistas
cansados
de
las
olas
de
calor
que
empiezan
a
mirar
hacia
el
norte.


Replanteándose
las
vacaciones
.
No
todo
son
testimonios,
ni
relatos
como
los
de
Brown.
El
fenómeno
de
los
turistas
cansados
del
calor
sofocante
que
miran
con
un
interés
creciente
hacia
nuevos
destinos
en
latitudes
más
septentrionales
es
ya
lo
suficientemente
claro
como
para
captar
la
atención
de
los
investigadores.

Hace
unos
días

The
Guardian

divulgaba
las
conclusiones
de
una
encuesta
de
la

European
Travel
Commission

(ETC)
que
deja
varias
cifras
reveladoras.
La
primera
es
que
una
amplia
mayoría
de
viajeros
europeos,
cerca
del
76%,
están
adaptando
sus
hábitos
por
la
crisis
climática.
El
motivo:
las
condiciones
extremas
son
ya
un
factor
importante
tanto
para
los
turistas
como
los
profesionales
del
sector.

e


Bochorno
no,
gracias
.
El
ETC
va
más
allá.
Su
encuesta
revela
que
un
número
sensible
de
turistas
rehúye
los
destinos
en
los
que
se
arriesga
a
sufrir
temperaturas
sofocantes.
Para
ser
precisos,

el
33,7%
de
los
europeos

afirma
evitar
lugares
en
los
que
pueden
producirse
fenómenos
meteorológicos
extremos
y
el
17,3%
descarta
las
regiones
que
resultan
demasiado
cálidas.
Algo
más
del
16%
reconoce
además
que
lo
que
prefiere
durante
sus
días
de
descanso
es
una
meteorología
estable.


Cuestión
de
dónde…
y
cuándo
.
El
clima
extremo
no
solo
está
llevando
a
los
turistas
a
replantearse
a
dónde
viajan.
También
influye
en
cuándo
lo
hacen.
Al
fin
y
al
cabo
la
meteorología
que
se
puede
encontrar
un
británico
amante
de
la
Costa
del
Sol
no
es
la
misma
a
finales
de
mayo
o
septiembre
que
en
plena
canícula
de
agosto.

El
estudio
de
ETC
muestra
que
casi
diez
de
cada
diez
encuestados,
un
8,5%,
asegura
estar
variando
los
meses
en
los
que
viaja.
En
una
línea
muy
similar,
los
datos
recabados
por
la
asociación
de
operadores
turísticos
de
Reino
Unido
(ABTA)
sugieren
que
los
meses
de «temporada
media»,
como
octubre,
mayo
o
junio,
son
ya
los
más
populares
entre
los
británicos
que
deciden
desplazarse
al
extranjero.

Con
todo,


The
Guardian

aclara

que
hablamos
de
una
tendencia
incipiente,
un
inicio
de
cambio.
Tras
entrevistar
a
alemanes,
británicos,
franceses,
holandeses,
italianos,
belgas,
suizos,
españoles,
polacos
y
austriacos
el
ETC
concluye
que
en
general
los
meses
centrales
del
verano,
julio
y
agosto,
se
mantienen
como
los
más
populares
para
viajar
de
mayo
a
octubre.
Y
no
solo
eso.
Italia,
España,
Francia
y
Grecia,
destinos
mediterráneos,
siguen
siendo
los
grandes
receptores
de
turistas,
algo
que
corroboran

las
cifras
récord

que
está
obteniendo
este
año
España.


Turistas
que
no
repiten
.
ETC
y
ABTA
no
son
los
únicos
con
informes
que
reflejan
hasta
qué
punto
el
calor
extremo
puede
animar
a
los
turistas
a
mirar
hacia
destinos
más
septentrionales…
y
con
temperaturas
benignas.
Hace
poco
CaixaBank
Researchs
publicó

un
estudio

en
el
que
aportaba
otro
enfoque
interesante:
a
pesar
de
su
éxito
como
destino
de
sol
y
playa,
si
el
calor
resulta
excesivo
puede
jugar
en
contra
de
España.
¿El
motivo?
Le
pone
más
difícil
fidelizar
a
sus
turistas.

Sus
datos
dejan
poco
margen
para
la
interpretación:
muestran
que
la
propensión
de
un
turista
a
regresar
a
España
cae
del
14%
al
12,1%
cuando
durante
su
estancia
se
encuentra
con
temperaturas
claramente
superiores
a
los
niveles
normales.
Y
hay
casos
en
los
que
el
descenso
es
aún
mayor:
entre
los
estadounidenses
la
inclinación
a
repetir
en
España
pasa

del
8,6
al
5%
,
lo
que
supone
un
desplome
del
42,5%.


Más
allá
de
las
cifras
.
La
tendencia
no
solo
se
refleja
en
cifras
como
las
aportadas
por
CaixaBank
o
ETC.
Medios
como

Sky
News

o


The
New
York
Times

ya
han
sacado
artículos
y
se
han
hecho
eco
de
testimonios
que
muestran
hasta
qué
punto
podría
afectar
el
calor
excesivo
al
atractivo
turístico
de
España.

El
último
en
incidir
en
esa
idea
es


The
Guardian

con
una
amplia
crónica
en
la
que
va
más
allá
de
España.
Además
del
caso
de
Brown
cita
por
ejemplo
el
de
Mathilde
Martin,
que
ha
dejado
de
visitar
el
sur
de
Francia
en
verano
para
optar
por
lugares
más
frescos,
como
Inglaterra.
Los
viajes
australes
los
deja
para
primavera
u
otoño.

Otro
de
sus

entrevistados

es
 Luka
Goyarrola,
oriundo
de
Mallorca
y
que
en
unas
semanas
se
irá
de
viaje
con
su
pareja.
El
destino:
Estocolmo. «Hace
10
años
quizás
no
lo
hubiera
imaginado.
El
verano
aquí
era
estupendo.
Antes
era
fácil
soportar
el
calor:
bastaba
con
meterse
en
el
mar.
Ahora
ni
pienso
en
ir
a
la
playa»,
relata.
En
su
decisión
no
solo
han
pesado
las
olas
de
calor.
Otro
motivo
es
la
saturación
de
la
isla: «Cada
vez
se
convierte
más
en
un
destino
de
élite,
un
parque
temático».


Más
interés
por
los
climas
fríos
.
El
rotativo
londinense

ha
hablado

también
con
una
agencia
especializada
en
destinos
fríos
que
asegura
que
las
consultas
que
reciben
desde
Reino
Unido
e
Irlanda
se
han
duplicado
en
solo
un
año.

Otro
turoperador
ha
registrado
un
40%
más
de
reservas
para
destinos
escandinavos
que
en
2023.
La
misma
compañía
ha
decidido
además
dejar
de
ofertar
viajes
de
senderismo
durante
julio
y
agosto
en
países
del
Mediterráneo,
como
Turquía,
Portugal…
o
España.
Otros
medios,
como

Daily
Mirror
,
se
han
hecho
eco
de

las
críticas

de
turistas
británicos
molestos
por
la
sequía.


¿Debe
preocuparse
España?

Desde
luego
hay
indicadores
que
muestran
que
puede
ser
uno
de
los
destinos
que
se
vean
afectados
por
la
tendencia.
Más
allá
del
informe
de
CaixaBank,
habría
dos
datos
clave.
El
primero
es
que
en
un
escenario
postpandemia
el
sector
turístico
español
está
logrando
una
proyección
nortable,
con

niveles
récords

de
visitantes
y

previsiones

que
sitúan
al
país
como
la
nación
con
más
turistas
en
2040,
por
delante
incluso
de
Francia
o
Estados
Unidos.

El
segundo
es
que
España
no
se
está
librando
de
las
olas
de
calor.
Los
datos
hablan
de
nuevo
con
claridad:
el
de
2023
fue
el
tercer
verano
más
caluroso
desde
que
hay
registros,
solo
superado
por
el
de
2003
y
2022.
Durante
la
estación
se
registraron
cuatro
olas
de
calor
en
la
península
y
Baleares
y
la
propia
AEMET

reconocía

que
el
verano
había
resultado «extremadamente
cálido»
en
buena
parte
del
país.

Imágenes
|

Lark
Ascending
(Flickr)

y

Jorge
Franganillo
(Flickr)

En
Xataka
|
«Mis
ahorros
estaban
ahí»:
las
ciudades
españolas
están
empezando
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regular
y
a
cerrar
sus
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turísticos