¿A partir de qué edad aprenden los niños a guardar secretos?

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Para poder guardar secretos es necesario contar con una marcada discreción que nos permita saber cuándo callar determinada información, y esto no puede suceder si no se tiene la madurez emocional suficiente.

Pero, ¿a partir de qué momento aprendemos a guardar secretos? ¿Cuándo los niños aprender a guardar secretos de verdad?

Seguramente sabrás de alguna anécdota en la que un niño, tu propio hijo o tú mismo cuando eras pequeño, llegasteis a revelar secretos ante los demás que se convirtieron en momentos incómodos, vergonzosos o incluso comprometedores.

Y es que el guardar secretos implica el conocimiento y la comprensión de algunas normas sociales que nos permiten convivir sanamente con los demás, y este tipo de cánones establecidos los vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida, en función de nuestro desarrollo madurativo y cognitivo, de la experiencia y de otros factores.

“Si quieres que tu secreto sea guardado, guárdalo tú mismo.”

-Séneca-

¿Debemos guardar los secretos a los niños?

Factores que influyen: edad, desarrollo madurativo y habilidades sociales

En realidad, no se puede hablar de una edad exacta en la que los niños aprenden a guardar secretos, ya que esto dependerá de factores como:

  • Edad evolutiva
  • Experiencias vividas
  • Educación recibida
  • Desarrollo madurativo e intelectual
  • Habilidades sociales

Sabemos que los niños más pequeños no tienen capacidad para poder guardar secretos aún, y esto se debe a su madurez evolutiva y a que no han adquirido aún las habilidades sociales que les permitan discriminar entre el tipo de información que se debe o no compartir con los demás.

No es hasta, alrededor de los seis años de edad, aproximadamente, cuando los niños comienzan a ser más discretos, así como a ser capaces de guardar cierta información y de no compartirla con algunas personas.

Claro está, y como ya indicábamos, que todo esto puede variar en función del desarrollo madurativo del niño, de su desarrollo intelectual, de la adquisición de las habilidades sociales y de otros factores (también su genética, carácter, etc.).

¿Secretos o privacidad?

¿Hablamos de secretos o del derecho a la privacidad? Para los más pequeños esto puede ser un poco confuso, y por eso es importante que, como padres, les enseñemos a distinguir, eso es a identificar las diferencias que existen entre guardar un secreto o respetar la intimidad (aunque ambos procesos muchas veces vayan juntos).

Pero es preciso enseñarles que hay algunos temas que son privados, y que solo deben ser tratados con gente en particular. Por ejemplo, con la familia, o solo con mamá y papá…; que no se trata de un «secreto», sino de información que deben evitar comunicar a determinadas personas.

De igual manera, es necesario explicarles que en el hogar, con mamá y papá no hay secretos, que sobre todo las cosas importantes deben compartidas para que puedan ser comprendidos y ayudados en caso necesario.

“Siembra en los niños ideas buenas aunque no las entiendan… Los años se encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón.”

-María Montessori-

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No todos los secretos son iguales

Aunque guardar secretos y ser discretos puede ser muy importante a la hora de establecer relaciones sociales, resulta imprescindible enseñarles a nuestros hijos que no deben guardar secretos si se trata de situaciones que representen algún tipo de amenaza hacia ellos.

Entonces, resulta apremiante que a la par de aprender a guardar secretos, los niños aprendan también a diferenciar entre los secretos «buenos» y los «malos» (o los que deben guardarse sí o sí, y los que no). Así, puedes enseñarles que hay secretos de varios tipos, como:

  • Los que son «buenos»: son aquellos que resultan divertidos, como comprarle un obsequio a alguien o planificar una fiesta sorpresa para una persona especial.
  • Los que «no son buenos»: aquí nos encontramos con secretos que no son necesariamente perjudiciales para el niño, pero que ocultan cosas que no están bien, como por ejemplo, ocultar actividades que hicieron o no decir que se han comido algún dulce sin permiso. Lógicamente, dentro de estos secretos habrá grados y subtipos.
  • Los que son peligrosos: aquí están todos los secretos que generan malestar en el niño, bien sea a nivel físico, mental y/o emocional (por ejemplo, cualquier tipo de agresión o abuso, ya sea físico, sexual…). Y es muy importante enseñarles que este tipo de secretos no los deben guardar, y que deben compartirlos inmediatamente con mamá o papá.
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Guardar secretos: aspectos a tener en cuenta

  • Si tu hijo pequeño revela algún secreto no te molestes, recuerda que está aprendiendo nuevas habilidades sociales y que esto puede tomarle algún tiempo.
  • Enseña a tu hijo a que distinga entre información que es privada y los secretos.
  • Explícale los diferentes tipos de secretos que hay y que no todos son adecuados de guardar.
  • Recuérdale siempre que debe contarte lo que suceda con terceros, y más cuando les indiquen explícitamente que no se lo pueden decir a mamá y papá (y no se trata de una fiesta sorpresa, por ejemplo).
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Atención con los secretos «peligrosos»

Si sospechas que alguien ha lastimado a tu hijo o que ha habido algún tipo de abuso, trata de hablar con él de la manera más calmada posible, explicándole siempre que entre vosotros no hay secretos y que te puede contar cualquier cosa que le suceda.

Explícale que no importa si le han dicho que si cuenta algo lo lastimaran a él u os pasará algo malo a vosotros o a un ser querido, ya que nada de eso va a ocurrir, y no tiene nada de lo que preocuparse.

Adicionalmente, te recomendamos solicitar la ayuda de un profesional, un psicólogo o terapeuta infantil, si sientes que lo necesitáis, que te pueda ayudar a conocer si algo malo ha sucedido y en caso de ser así, que pueda orientarte en relación a qué pasos seguir.

“En cada niño se debería poner un cartel que dijera: Tratar con cuidado, contiene sueños.”

-Mirko Badiale-

Fotos | Portada (freepik), Imagen 2 (freepik), Imagen 3 (freepik)

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