¿Te han dicho que no le des la vitamina D porque se le está cerrando la fontanela?

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Desde hace unos años se recomienda en España suplementar a los bebés con vitamina D, al observarse carencias en muchos niños y niñas a pesar de la recomendación habitual de hacer mucha vida en el exterior. El suplemento no es más que una pequeña dosis de vitamina D que previene la carencia en todos los niños, porque a los que les falta les puede ir muy bien y a los que no les falta no les supone ningún problema.

Ahora bien, hay personas, incluso profesionales, que creen que la vitamina D puede llegar a cerrar prematuramente la fontanela del bebé, y a muchos padres se les recomienda dejar de dar el suplemento ante el temor de que se produzca la soldadura prematura de los huesos del cráneo (craneosinostosis). Y de esto hablamos hoy: ¿Te han dicho que no le des la vitamina D porque se le está cerrando la fontanela?

¿Qué es la fontanela del bebé y cuándo se cierra?

Antes de ir al meollo de la cuestión os cuento brevemente qué es la fontanela del bebé, o mejor dicho, las fontanelas (porque nacen con dos). Las fontanelas son la anterior, que es la que todos conocemos, por ser la más grande y la que más tarda en cerrar, y la posterior, más pequeña y que cierra enseguida.

La anterior, la que está en la parte superior de la cabecita del bebé, se suele cerrar entre los 9 y los 18 meses, aunque es habitual que hasta los 24 meses no se realice ninguna derivación al especialista por este motivo. La posterior se cierra muy pronto, hacia el primer o segundo mes.

La cuestión es que la cabeza de los bebés está formada por seis huesos que se unen los unos a los otros por un tejido llamado sutura, muy resistente, que permite que los huesos vayan creciendo sin soldarse los unos a los otros, pero que deja huecos que se pueden palpar desde fuera, y uno de ellos, el más evidente, es la fontanela.

Se recomienda dar un suplemento de vitamina D a todos los bebés

La vitamina D y los huesos

Pues bien, la vitamina D está ligada con la formación y el crecimiento de los huesos, de manera que los bebés que tienen carencias severas de esta vitamina pueden llegar a sufrir lo que conocemos como raquitismo (los huesos quedan débiles y blandos), e incluso pueden tener problemas en la formación de los dientes, de manera que el riesgo de caries sea mayor.

Sin ir tan lejos, los bebés con una carencia leve pueden tener una formación ósea un poco más lenta que aquellos con niveles más elevados, de manera que se alargue el cierre de las fontanelas. Es por eso que antiguamente muchos pediatras, cuando veían que un niño era ya «mayorcito» (se acercaba a los dos años) y tenía una fontanela muy abierta, daban suplemento de vitamina D.

«Le han visto la fontanela muy cerrada por culpa de la vitamina D»

Vitamina D y fontanelas

Vitamina D y fontanelas

Esto hace pensar que el suplemento cerrará la fontanela en cualquier caso, y que si un bebé de pocos meses la tiene muy cerrada, es por culpa del suplemento.

Entonces le dicen a los padres que no se les ocurra dar al bebé más vitamina D, sin estar claro si la puede necesitar o no. Sin embargo, esto no tiene sentido, porque si fuera cierto la recomendación debería ser: «No le deis más vitamina D, dadle poca leche, pescado y huevos y limitad la exposición del bebé al sol». Y todo eso no lo dice nadie.

El suplemento de vitamina D ayuda a los niños que tienen carencias, a los que tienen déficit, y cuya fontanela se cierra despacio precisamente porque tienen una carencia. Al dar suplemento y restaurar los niveles óptimos, la fontanela se cierra más rápido.

Pero si el niño no tiene carencia de vitamina D el suplemento no hará nada porque equivale, simplemente, a estar un rato más al sol o a aumentar la ingesta de vitamina D con alimentos ricos en ella. Por eso mismo, a los bebés sin carencias no les acelera el cierre de la fontanela y, en consecuencia, no tiene sentido retirarla por este motivo.

Déficit de vitamina D en bebés y niños

¿Y si se le quita igualmente?

Pues ya sabéis, haced vida fuera de casa y que el bebé tenga exposición a la luz del día, cuanta más mejor (pero sin que se vaya a quemar). Ahora viene el verano y es más fácil que no haya carencias, pero también más fácil que se produzcan quemaduras, así que hay que tener cuidado. Cuando llegue el otoño y el invierno, será más fácil que la exposición sea menor y, más fácil que pueda haber una posible carencia.

Teniendo en cuenta que además de afectar a la osificación la vitamina D está relacionada con el desarrollo del lenguaje y con el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y enfermedades respiratorias -como la bronquiolitis-, puede ser interesante asegurarse el tanto con el suplemento, al menos en las épocas en que salimos menos de casa.

Esto no afectará a las fontanelas, que se cerrarán cuando se tengan que cerrar: hace milenios los humanos vivían en el exterior todo el día, también mamaban (leche materna de mujeres con niveles correctos de vitamina D) y los que estaban cerca de los ríos comían mucho pescado (rico en vitamina D)… con semejante cantidad de vitamina D todos los bebés habrían cerrado las fontanelas muy rápido y no se habrían desarrollado correctamente, sin posibilidad de llegar a adultos. Así que de ser cierta la teoría de que a más vitamina D fontanelas más cerradas, nos habríamos extinguido.

Fotos | iStock
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