El ministro de Sanidad alemán insta a no bajar la guardia: «Distancia, higiene y mascarillas» porque temen una segunda oleada estas vacaciones del COVID-19. En España andamos a la zaga. Aglomeraciones, contagios por reuniones familiares. Tras un año que ha comenzado mal tanto para nuestra salud como para el trabajo ¿Son las vacaciones el objeto de deseo de los españoles?
La pandemia no ha pasado. El virus está presente. Tras pasar de la fase 0 a la 3 a la velocidad de la luz, en nuestro país, debido al turismo porque es lo que mueve España a nivel económico: ¿De veras nos podemos permitir unas vacaciones con ERTEs y con brotes cada día más numerosos?
Con la esperada nueva normalidad también ha llegado el verano, un momento muy esperado por la posibilidad de descansar de algunas obligaciones, viajar, desconectar del estrés, dedicar tiempo al ocio y, en general, disfrutar del buen tiempo, los seres queridos y las escapadas.
Sin embargo, este año esas esperadas vacaciones no se parecen a lo que habíamos planeado. Hemos atravesado circunstancias muy difíciles en las que no hemos podido hacer planes de verano hasta hace pocas semanas. Pero emociones como: el miedo al contagio, la angustia, la impotencia y la frustración derivadas de la situación de encierro prolongado, también empujan a quedarse en casa.
Motivos como la salud, familiares o económicos te obligarán a quedarte en tu ciudad. Estando inmersos en nuestro ambiente habitual, muchas veces nos resulta difícil salir de nuestras rutinas.
Pero aunque no sea fácil debemos tratar de cambiar nuestra rutina habitual, reservar momentos para el ocio y buscar alternativas para aquellas actividades que nos gustaría realizar, pero no podemos por la situación, siempre con las precauciones sanitarias necesarias.
Nuestro bienestar psicológico puede verse afectado si mantenemos un confinamiento cuando ya no sea necesario, provocando que la ansiedad y el miedo ante las salidas se intensifique.