Reflexiones de la vida diaria: Zapping al borde de un ataque de caspa

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Telam SE

Advertencia a los lectores: Todo lo que usted leerá es verdad. Tal vez haya sido exagerado por motivos humorísticos, pero que pasó, pasó.

Dicen que si uno se va a dormir mirando la tele, la luz y el sonido afectan el funcionamiento de la melatonina, y eso te puede generar problemas de sueño. Sin embargo, estoy seguro de que un gran porcentaje de la humanidad se va a dormir mirando la tele por dos razones, fundamentalmente porque… ¡les gusta mirar la tele! Y la segunda razón es que haya dejado de funcionar el botón de prender y apagar del control remoto y el televisor permanezca prendido las 24 horas del día.

Por alguna de esas causas, que todavía no he podido determinar, la otra noche me fui a dormir, me tiré en la cama y prendí el televisor. ¿Y viste lo que pasa, no? La tele se prende en un canal sorpresa. Que te indica cuál fue el último canal que miraste la última vez que lo encendiste. A veces se prende en un canal de noticias o de deportes y otras, en un canal que no mirás nunca, pero que fue el canal al que llegaste en el último zapping, medio dormido y con el dedo apretando el botón de “channel” del remoto. El re-encendido es una lotería. En mi caso, apareció un canal de películas europeas. Y daban una típica película francesa clase j, de esas en las que sus protagonistas jamás usan corpiño o calzoncillo y tienen la urgente necesidad de sacarse la ropa y acostarse con todos los demás actores y actrices de la película. Como vi que no me iban a invitar a la fiesta, enfilé para los canales de documentales.

Pero en el zapping caí en un canal dedicado a la moda, un canal muy “fashion”. No hay programas en ese canal. Tan solo una eterna sucesión de videoclips de modelos: caminando, vistiéndose, desfilando, haciendo caritas, haciendo mohines, y por momentos, pasan una de terror, es decir, los modelos hablan. ¿A quién va dirigido este canal? ¿A las familias de las y los modelos? ¿A gente que ha perdido parte de su cerebro y no lo volvió a encontrar ni poniendo un aviso clasificado? ¿A los adolescentes, para ratonearlos con un tipo de mujer objeto modelo 1975?

Obvio que cambié y aterricé en un canal de documentales, muy geográfico y nacional. No. No es el canal Geográfico “Nacional y Popular”, pero usted sabe a cuál me refiero. Y me enganché con la explicación de cómo hacer para saber si el detector de humo de tu casa funciona correctamente. Pero claro: yo no tengo detector de humo en mi depto y además, el método que enseñaban era válido si vivías en Minnesota, porque el secreto “es encontrar el sello LPCB que indica la confiabilidad de los sensores aprobados por la US National Comision of Fire Safety”. Por suerte me di cuenta y no “llamé ya!” para comprar un detector de humo que vendían en el infomercial que hace las veces de propaganda.

Como todo ser humano normal, en cuanto vi propaganda, cambié de canal. Y caí en otro canal de documentales, dedicado a los animales del planeta. (Si no sacás de qué canal hablo con esas pistas, hace rato que no ves televisión por cable).

Justo enganché el momento en que unos hermosos elefantes caminaban tomaditos de la trompa, mientras un señor decía que los iban a matar a todos en busca del marfil de sus colmillos, y que no podían hacer nada por ellos. ¿Cómo que no podían hacer nada? ¡Pónganles guardaespaldas! ¡O guardatrompas! Si saben que van a venir los cazadores, espérenlos y tiéndanles una trampa, ¿o nunca vieron una película de la Segunda Guerra? Indignado por la inoperancia cambié de canal, no fuese cosa que me pegaran un tiro a mí también.

En mi huida cometí el error de volver hacia atrás en el zapping y retorné al canal de los clips fashion. Ahora, había una modelo en bikini, tratando de hacer equilibrio sobre unas rocas para posar cerca de una foca. Y había un cartel que decía que estábamos viendo el segmento “sexy”. (Les juro que no invento nada). Y obviamente, la más sexy de las dos era la foca, porque la modelo no hacía pie, temía por su vida, y la foca se le reía en la cara. Pero me indigné más: La lógica no era que la foca apareciera en el canal de moda. ¡Tenía que aparecer en el canal de los animales! (Pero claro: si no pueden hacer nada por salvarla de los cazadores, mejor que la foca se quede con los fashions).

Apreté el botón de channel y caí en otro canal de documentales, uno que dice que “descubre” cosas. (Si usted no lo “descubre”, salga del taper y al menos tome aire). Y ahí casi me da un infarto. Estaban pasando un programa sobre las “súper erupciones”. No. No era un programa sobre gente alérgica que le pica la espalda.

Anunciaban el fin del mundo. Era como si en lugar de que un volcán hiciese erupción, volara el centro de la Tierra. Y todo sucedería en el parque Yellowstone, el mismo del Oso Yogui. Y entonces las cenizas cubrirían a los Estados Unidos y la gente moriría por no poder respirar, y ahí pensé: ¿Qué paradoja, no? Porque tanto luchar contra el faso y los fumadores, y terminar cocinados por la ceniza.

Para colmo, mostraban como volaba todo por el aire y decían que sólo se salvarían los que estuvieran en refugios subterráneos. ¿Eh? ¿Me estás cargando? Si lo que vuela es el subsuelo, ¿de qué te sirve estar en un refugio subterráneo ? Al contrario, ¡estás más cerca de la explosión!

Y yo ya estaba por llamar al 911, a Defensa Civil, a mi compañía de seguros cuando escucho que el locutor, en medio de mi angustia porque venía el fin del mundo, dice: “pero un fenómeno así solo sucede una vez cada 700 mil años.”

Uff… respiré aliviado. Y de los nervios volví, sin querer, al canal de la moda. Y seguían los clips y las y los modelos dale que va, caminando, posando, yendo, viniendo… Y ahí sí que me angustié, mal: me di cuenta de que seguramente había mucha gente mirando eso, y por lo tanto la extinción de la especie humana no está en el centro de la Tierra: está a la vuelta de la esquina, justo donde está la modelo posando con la foca