Hay
muchas
cosas
en
Google
Maps
y
a
veces
nos
puede
costar
encontrar
lo
que
más
nos
interesa.
Tras
pasarme
media
vida
resaltando
lugares
interesantes
en
Google
Maps
con
estrellas
y
corazones,
acabó
siendo
eviente
que
esta
no
es
siempre
la
mejor
solución.
De
hecho,
en
mi
último
viaje
me
reencontré
con
un
viejo
amigo,
las
etiquetas.
Las
etiquetas
de
Google
Maps
llevan
ahí
años
pero
se
encuentran
escondidas
en
el
menú
contextual,
por
lo
que
muchas
personas
-como
hacía
yo-
terminan
abusando
de
guardar
listas
cuando
es
más
práctico
usar
las
etiquetas.
Si
todo
es
importante…
Cada
vez
que
me
encuentro
con
un
lugar
interesante,
lo
guardo
en
Google
Maps,
intentando
seguir
una
lógica
que
a
la
semana
se
me
olvida.
A
veces
lo
marco
con
una
estrella,
a
veces
es
el
corazón
y
no
faltan
tampoco
las
banderillas
verdes
del «quiero
ir».
Es
fácil
saber
cómo
el
proceso
no
es
demasiado
escalable,
pues
a
lo
largo
del
tiempo
el
mapa
se
va
llenando
de
iconos
hasta
tal
punto
que
los
guardados
no
te
dejan
ver
el
mapa,
casi
literal.
Siguen
teniendo
su
utilidad
para
denotar
los «puntos
calientes»
o
que
puedas
ver
qué
tienes
a
tu
alrededor,
pero
en
otras
ocasiones
estos
lugares
guardados
no
sirven
para
mucho.
Por
ejemplo,
cuando
estamos
de
viaje
lo
normal
es
tener
que
hacer
A
lo
largo
del
tiempo
hay
más
marcas
que
mapa
y
es
imposible
distinguir
nada.,
que
a
lo
mejor
tiene
un
nombre
indescifrable.
Si
lo
guardas
con
una
estrella,
tiene
más
probabilidades
de
que
aparezca
cuando
lo
busques
(si
te
acuerdas
al
menos
de
parte
de
su
nombre)
y
lo
puedes
encontrar
en
los
elementos
de
una
lista,
pero
esto
no
es
muy
práctico
si
tienes
cientos
de
lugares
guardados.
Guardarlo
ayuda
un
poco,
pero
no
demasiado.
No
quiere
decir
esto
ni
mucho
menos
que
crear
listas
sea
algo
inútil,
tanto
en
viajes
como
en
el
día
a
día.
Puedes
crearte
una
lista
de
restaurantes
interesantes,
de
lugares
de
interés
o
de
cualquier
otra
cosa,
que
podrás
consultar
durante
el
viaje
para
que
no
se
queden «perdidos».
Las
listas
te
ayudarán
a
resaltar
varios
sitios
concretos,
pero
no
te
ayudarán
si
quieres
encontrar
uno
exacto.
Por
ejemplo,
pongamos
que
en
tu
viaje
vas
a
usar
extensivamente
una
parada
de
autobús
o
que
te
va
mejor
andar
a
un
paso
subterráneo
concreto
para
acceder
al
metro
en
lugar
de
al
que
normalmente
te
envía
una
ruta
en
Google
Maps.
Podrías
guardarlo
con
una
estrella,
pero
a
la
hora
de
buscarlo
para
hacer
una
ruta
es
posible
que
no
tenga
nombre
salvo
el
número
de
la
calle,
sus
coordenadas
o
su
código
Plus.
Para
lugares
únicos,
es
mejor
etiquetar
En
los
casos
anteriores
es
mucho
mejor
guardar
una
etiqueta,
que
es
algo
así
como
renombrar
un
sitio
sólo
para
tus
ojos.
O
ponerle
un
alias,
pues
a
la
hora
de
la
verdad
te
va
a
figurar
en
Google
Maps
con
su
nombre
real,
a
pesar
de
poder
encontrarlo
a
través
del
que
tú
elijas.
Etiquetar
un
lugar
en
Google
Maps
es
muy
fácil
y
la
única
dificultad
es
encontrar
el
botón
para
hacerlo,
pues
últimamente
se
encuentra
relegado
al
menú
contextual
…
Más
y
Añadir
una
etiqueta.
Puedes
entonces
escribir
el
nombre
personalizado
que
quieras.
De
este
modo,
tu
hotel
de
nombre
indescifrable
puede
llamarse «El
Hotel»
y
la
entrada
al
metro
con
ascensor
en
lugar
de
dos
pisos
de
escaleras
podría
llamarse «el
metro».
Te
aparece
resaltado
en
el
mapa
con
el
icono
de
la
señal
azul
y
tu
nombre
personalizado,
aunque
la
mayor
ventaja
es
que
puedes
usar
estos
nombres
personalizados
en
búsquedas.
Así,
cada
vez
que
quieras
hacer
una
ruta
de
vuelta
al
hotel,
solo
necesitarías
buscar «El
Hotel»
(y
asegurarte
de
que
tocas
en
el
resultado
etiquetado
y
no
en
algún
hotel
que
tenga
ese
nombre).
Puedes
usar
esta
misma
técnica
para
resaltar
cualquier
lugar
interesante
que
hayas
encontrado
en
tu
viaje
y
que
tengas
pensado
volver
a
visitar
más
adelante,
como «tienda
de
chocolates»
o «ropa
barata
aqui».
Ya
conocía
las
etiquetas
de
Google
Maps
y
durante
los
años
las
había
usado
algo,
pero
poco,
pero
en
mi
último
viaje
me
ahorraron
mucho
tiempo
al
crear
rutas.
Para
el
próximo
tengo
claro
que
tendrán
un
especial
protagonismo,
sin
quitarle
mérito
tampoco
a
los
guardados
en
listas
personalizadas,
donde
puedes
incluir
una
nota
de
texto.
Tampoco
es
cuestión
de
abusar
de
las
etiquetas,
pues
sigues
necesitando
recordarte
de
cómo
has
llamado
a
estos
lugares,
pero
lo
cierto
es
que
son
una
tremendamente
útiles
considerando
lo
oculto
que
está
el
modo
de
crearlas.
Esperemos
que,
tras
esconderlo,
Google
no
decida
eliminarlo
en
un
futuro
pues «pocas
personas
las
usaban».
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