La actriz y bailarina María Ucedo, fundadora del mítico grupo El Descueve en 1990, protagoniza «El rayo», obra que se estrenará este viernes a las 21 en el Portón de Sánchez. Según describió la intérprete, atraviesa toda su vida y «es más bien un homenaje y también una celebración a un amor no dicho».
Se trata de un monólogo, un biodrama en el que Ucedo cuenta, desde sus palabras, su cuerpo y su memoria, y en un espacio despojado, la historia de su propia madre, de un secreto oculto por ella durante 50 años que hace muy poco reveló a su hija (Ucedo) ya adulta.
«‘El rayo’ surgió como una necesidad personal de querer compartir el relato que se va desplegando durante la obra. Una historia que básicamente atraviesa toda mi vida, desde que estaba en la panza de mi mamá -contó la coreógrafa, performer y docente a Télam-. Es la cuna de lo que soy, es la obra más íntima de mi carrera, por eso toma otra dimensión y no tiene la expectativa de convertirse en un show o un espectáculo».
Como una suerte de poema íntimo en el que dos historias, dos pasados se iluminan a la vez, la pieza cuenta con todo el despliegue de recursos interpretativos y lenguaje corporal de Ucedo y la colaboración dramatúrgica y dirección de Valeria Correa (grupo Piel de Lava) y asistencia de dirección de Andrea Fernández.
«El rayo», que se podrá ver los viernes de marzo y abril a las 21 en la sala porteña ubicada en Sánchez de Bustamante 1034, incluirá proyecciones audiovisuales y la música original de Martín Pavlovsky.
Entonces, este unipersonal plantea dos historias, la de una mujer que revela a su hija un viejo secreto guardado, y la de esa hija que, con esa información intenta reacomodar las piezas del rompecabezas familiar, y entender cómo esa historia oculta estaba a la vista de todos, sin que nadie fuera capaz de ver.
María Ucedo, egresada de la escuela de danzas de Margarita Bali y Susana Tambuti, estrenó con figuras como Guillermo Angelelli, Nora Moseinco y Claudio Tolcachir.
Estudió dramaturgia con Mauricio Kartún y escritura con Hebe Uhart y fue fundadora de El Descueve en los 90, emblemático y premiado grupo de la escena de la danza y teatro independiente porteño con el que creó e interpretó obras como «Todos contentos», «Hermosura» y «Patito feo», que tuvieron gran impacto en la escena local y en festivales internacionales, de Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
Además, a lo largo de su carrera se desempeñó en películas como «El otro», «Rodney», «Música en espera», «Juan y Eva» y «The Two Popes», bajo la dirección de Fernando Meirelles; actualmente trabaja en cine y teatro, en la investigación del lenguaje corporal y creación de sus propias obras; y da clases de entrenamiento físico y Ashtanga Yoga.
Télam: ¿Cómo definirías la propuesta? ¿A qué género responde? ¿Podemos decir que la obra está relacionada con un tipo de teatro documental?
María Ucedo: Me resulta difícil definir «El rayo’, pero podría decir que es un unipersonal de danza teatro, una pieza que se inscribe en un teatro de tipo documental, y/o biodrama.
Ya en tu rol de bailarina ¿de qué modo incorporás el cuerpo en la propuesta?
El cuerpo está presente desde siempre, es parte de la obra desde el inicio. Nunca parto de un pensamiento forzado de incorporar el cuerpo, todo lo contrario: el cuerpo es mi lenguaje natural. El trabajo se va desarrollando luego durante los ensayos, en ese transitar sobre los textos, escuchando qué piden, qué es lo que está demás, intentado lograr la síntesis de una idea y/o emoción en una imagen. Yo estoy muy acostumbrada a trabajar desde el cuerpo, siempre fue así para mí por mi formación como bailarina y coreógrafa.
¿Cómo fue el proceso de reconstrucción de tu propia memoria de los hechos e historia familiar?
La pulsión de este trabajo parte de una revelación que hace mi madre a sus 82 años. Lo que sucede luego es la resignificación de un pasado que se vuelve presente; que cambia el ángulo de la mirada y comprende acciones de la propia historia personal. El pasado es una pregunta muy grande y algo de todo esto creo que es, en definitiva, la obra misma.
¿Necesitaste de una mirada ajena o fue un proceso absolutamente personal?
Absolutamente necesité trabajar con alguien de la dramaturgia y tener una mirada desde afuera. Por eso la invité a Valeria Correa a trabajar juntas. Ella fue clave para encontrar la estructura de la obra y también a la hora de llevar todos esos textos a escena. Al ser un trabajo tan íntimo y personal necesité de esa mirada externa, más despegada de la historia que protagonizo.
¿Qué te gustaría que recibiese el público al ver la obra?
Creo que la fuerza o el tesoro de «El rayo» es la historia de amor. En lo personal, me interesaba contar cómo mi madre fue protagonista de esa historia de amor y cómo pudo ir contándomela, esa es su particularidad. Mi madre es sin duda la protagonista de la obra. Creo que «El rayo» va a generar un rebote amoroso al compartirla con el público, por tratarse de una historia en la que conviven la emoción y el humor.