El aumento del nivel del mar no dibuja un escenario optimista en Maldivas. Con el 80% de su territorio levantándose apenas un metro sobre el nivel del océano, la perspectiva de que las aguas hayan ascendido dos metros para finales de XXI traza un futuro plagado de retos. Los maldivos lo saben. Su gobierno lo sabe. Y para adelantarse a un horizonte tan difícil como incierto han movido ficha con una iniciativa pionera: la creación de una amplia ciudad flotante para 20.000 personas.
No se trata de una idea, una declaración de intenciones o un proyecto abstracto y de ejecución dudosa. La bautizada como Maldives Floating City (MFC) está ya en marcha con el objetivo de que los primeros residentes puedan ocupar sus casas en 2024 y esté totalmente terminada en cuestión de un lustro, en 2027. Quienes estén interesados en ocupar alguna de sus casas ya pueden de hecho mostrar su interés. La venta, detalla la web de MFC, arrancará pronto.
La nueva ciudad se situará en una laguna de alrededor de 200 hectáreas situada a escasos diez minutos en barco de Malé, la capital de Maldivas, y además de bloques para viviendas y alojamiento de visitantes incluirá un hospital, escuela, un edificio del gobierno y servicios comerciales. A la hora de trazarla, el estudio encargado de su diseño, Waterstudio, se inspiró en los corales de cerebro. El desarrollo lo asume una joint-venture compuesta por Dutch Docklands y el Gobierno del país.
De refugiados a pioneros climáticos
Para darle forma repartirá alrededor de 5.000 unidades flotantes atravesadas por canales y calles; todo, comenta Koen Olthuis, del estudio Waterstudio, para demostrar que pueden crearse comunidades totalmente funcionales y seguras sobre el agua.
“Los maldivos pasarán de ser refugiados climáticos a innovadores climáticos”, explica Olthuis a la cadena CNN. La nueva ciudad flotante podría ayudar también a aliviar la alta densidad demográfica de la capital, un núcleo urbano de 8,3 kilómetros cuadrados en el que residen algo más de 252.000 personas. Sus precios no serán muy distintos a los registrados en la isla artificial Hulhumalé.
A la hora de diseñar MFC sus creadores han prestado atención tanto a su superficie como a la parte sumergida. Los módulos se fijarán a un gran casco submarino sujeto al fondo del mar con pilotes de acero. El diseño incorpora también estructuras a modo de rompeolas que estimularán el crecimiento de corales, pieza crucial en el diseño y mantenimiento de la ciudad flotante: los arrecifes que rodean la MFC ayudarán a mitigar el impacto de la marea y reforzarán su propia estabilidad.
“Como nación en la primera línea del calentamiento global, Maldivas está perfectamente posicionada para reimaginar cómo sobrevivirá la humanidad —y, de hecho, prosperará— frente al aumento de los mares y la erosión de las costas. Al liderar este esfuerzo, Maldivas no solo sienta las bases para combatir sus propios desafíos. También proporciona un modelo viable para que otras naciones le sigan”, señalan en un comunicado conjunto Dutch Docklands y el Gobierno de Maldivas.
Los responsables de MFC reivindican que la suya será la primera ciudad del mundo que actúe auténticamente como una isla flotante, un «enfoque revolucionario» con el respaldo del gobierno del país. Su calendario está además trazado a corto plazo: los módulos se están construyendo ya en un astillero local para remolcarlos más tarde a la ciudad y el objetivo es que la nueva población flotante acoja a sus primeros residentes en menos de dos años, a comienzos de 2024.
Eso no significa que MFC sea un caso único. En Corea del Sur se impulsa un proyecto con una filosofía similar: OCEANIX Busan, un prototipo de ciudad flotante que busca adaptarse también a la subida del nivel del mar. El proyecto está respaldado por la ONU-Hábitat, la empresa OCEANIX y la Ciudad Metropolitana de Busan y está trazado para recibir unos 12.000 residentes y visitantes, si bien se plantea que pueda seguir expandiéndose para acoger los 100.000 personas.
Imágenes | Maldives Floating City y Waterstudio