Una buena salsa tártara casera es un manjar difícilmente igualable por sus homólogas industriales, por muy buenas que sean las marcas. Es súper fácil de preparar y muy rápida. Una mayonesa casera, huevo, verduras y encurtidos picados, maña con el cuchillo y ¡salsa tártara lista en menos que canta un gallo!
Las reglas de la cocina tradicional siempre la ligan a platos de pescado y marisco. No vamos a negar que es buena compañera, pero la salsa tártara tiene vida y posibilidades más allá. Su cremosidad y el punto de sabor tan inconfundible que le aportan los encurtidos alegra por igual otros ingredientes como huevos, verduras, aves y carnes blancas, preparadas a la plancha, a la parrilla, al vapor o al horno.
Partimos de una mayonesa casera, cuya receta podéis encontrar aquí, pero si os encontráis más cómodos usando una mayonesa industrial, os recomendamos que compréis una de calidad para que la salsa tártara os quede de campeonato.
Si no tenemos el huevo cocido, lo hervimos en un cacito con abundante agua con sal y un chorrito de vinagre. Después de 10-12 minutos retiramos el huevo y lo refrescamos en agua helada para cortar la cocción y que se enfríe rápidamente. Pelamos y listo para usar.
Picamos las alcaparras, los pepinillos y la cebolla. Rallamos el huevo cocido o, si lo preferimos, lo picamos también. Incorporamos estos ingredientes a la mayonesa junto con la mostaza y removemos bien hasta incorporar.
Por último añadimos un poco de cebollino picado (o perejil). Podemos remover la salsa hasta incorporar o dejar el cebollino picado en la superficie decorando el recipiente en que la sirvamos.
Salmón gravlax o a la escandinava
Las mejores recetas saludables para hacer con una buena salsa tártara
La salsa tártara combina estupendamente bien con platos fríos y calientes, especialmente aquellos cocinados de manera sencilla y saludable que, por sí solos, pueden resultar un poco sosos. Su sabor pronunciado tiene la capacidad de alegrar carnes, verduras, pescados, huevos y mucho más. Y para muestra nuestras 27 recetas saludables preferidas para acompañar con una buena salsa tártara.
Cualquier pescado cocinado al vapor, a la plancha o a la parrilla agradecerá un poco de salsa tártara a su vera. Como el salmón al horno a baja temperatura, el rodaballo a la plancha y la sepia o los calamares a la plancha. En estos dos últimos casos, la salsa tártara es buena sustituta del clásico alioli.
Los platos de pollo y pavo a la plancha, al vapor o asados al horno o en olla a presión pueden adquirir una nueva dimensión si los servimos con salsa tártara. Nos encanta lo bien que casa con los filetes de pollo empanados y crujientes al horno, el redondo de pavo en olla a presión, las pechugas de pollo con limón y hierbas aromáticas y los medallones de solomillo de cerdo con habitas.
Tres cuartos de lo mismo ocurre entre la salsa tártara y ciertas verduras, especialmente la patata. Forman un matrimonio perfecto. La ensalada de patata y yogur griego se puede tunear cambiando el yogur por la tártara o, simplemente añadiendo un poco de esta última al yogur. Aunque unas sencillas y básicas patatas asadas mejoran de forma inimaginable si se sirven con tártara.
Espárragos blancos al vapor
Deliciosa con brócoli al vapor, espárragos blancos al vapor o la ensalada de patatas con semillas, especias y yogur, prescindiendo de algunas de las especias para que no entren en conflicto con nuestra salsa. Y, por supuesto, con una parrillada de verduras. Si no habéis probado nunca este tándem, ya estáis tardando.
La salsa tártara se puede usar también para aliñar ensaladas de pollo básicas, sin muchos elementos. Y queda perfecta con cogollos de lechuga con salmón al vapor si la usamos para sustituir la salsa azul de la receta original. Otras dos buenas recetas en que emplear la salsa tártara son los huevos poché con gulas y gambas y la ensalada de espárragos verdes con huevo poché.
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