«Hasta que no ha desaparecido la alerta sanitaria, no habrá un control del 100%. Mientras siga habiendo casos, siempre puede ser que alguna pequeña partida esté descontrolada«, esto decía hoy mismo en El Confidencial Jesús Aguirre, consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía y máximo responsable de la gestión del mayor brote de listeria de España.
Y, a la luz de lo que publica hoy El País, nadie puede quitarle un ápice de razón. Pese a que en un caso como este son los fabricantes y sus distribuidores los responsables de retirar los productos y asegurarse que han sido destruidos, aún hay clientes que tienen carne en sus establecimientos. De hecho, siempre según El País, son esos mismos clientes los que están teniendo que ir personalmente a la sede de Magrudis para devolverlo.
Dudas sobre la gestión de la crisis
Pese a que el subdirector de Protección de la Salud de la Junta había afirmado que existían garantías de que se estaba retirando el producto correctamente y que lo que no se hubiera controlado todavía eran cantidades «muy residuales», las mismas empresas distribuidoras ya habían dicho que todavía no habían retirado todos los lotes de sus productos.
Ahora El País recoge varios casos de clientes que se han visto obligados a llevar los productos contaminados a la sede de la empresa ante la constatación de que nadie pasaba a recogerlos. Recordemos que Magrudis no solo tiene la obligación legal de retirarlos, sino que, según la normativa vigente, deben certificar la destrucción de toda la carne contaminada.
Ya en los últimos días las declaraciones de los responsables de la empresa habían sembrado dudas sobre la capacidad de la misma para gestionar una crisis sanitaria de estas dimensiones. Pero conforme van apareciendo más informaciones, esas dudas se convierten en una profunda preocupación por la falta de trasparencia e información fiable.