Al igual que el otro día cuando hicimos las hamburguesas caseras de salmón con salsa de pepino, comenzamos picando la carne a cuchillo. Primero hacemos unas tiras con las pechugas de pollo y luego las cortamos en perpendicular de forma que quede todo bien pequeño. Aprovechamos para limpiar de grasas y telillas para que sea una carne bien limpia en taquitos.
En un bol mezclamos la carne picada de pollo con el curry y la mostaza, siendo generosos con las especias. Después añadimos un poco de nata líquida y removemos hasta integrar bien todos los ingredientes. Si es necesario añadimos un poquito más de nata, pero evitando que quede la mezcla sea líquida ya que buscamos una masa que sea compacta.
Como estas hamburguesas no se podrían formar a mano sin pringarnos mucho, ponemos un poco de aceite de oliva virgen extra en la sartén o parrilla y sobre ella ponemos el aro redondo de emplatar y dentro de él formamos la hamburguesa añadiendo 4 cucharadas de nuestra masa.
Con el fuego encendido, aplastamos un poco para que tome forma y esperamos un minuto antes de retirar el aro y repetimos la operación para formar todas las hamburguesas. Conviene que sean altas, aproximadamente 1,5 cm para que después se puedan dar la vuelta con facilidad y no se nos rompan.
Tras 3 minutos por una cara, hacemos la otra durante otros 2 minutos y ya estarán listas para emplatar. No conviene ponerles queso fundido ni otros complementos típicos de las hamburguesas tradicionales para que se aprecie el sabor del curry. Con unas rodajas de tomate y unas hojas de lechuga o rúcula será suficiente.