El nombre de Julia Ducournau era desconocido para la práctica totalidad de cinéfilos hace apenas unos años, pero eso empezó a cambiar con el estreno de ‘Crudo’, una feroz ópera prima en la que demostró que tenía mucho que aportar al cine de terror y que ahora acaba de aterrizar en el catálogo de Netflix en España.
Insólita
La propia Ducournau se encarga tanto de escribir como de dirigir una película que en su capa más superficial podría definirse como un insólito acercamiento al canibalismo en el cine. Y es que aquí se evita el exceso por el exceso para vincular un tema tan complicado con la propia maduración como persona de su protagonista, interpretada de forma muy convincente por Garance Marillier.
Ese vínculo que se establece entre el consumo de carne humana y las represiones que sufre su personaje principal sorprende de entrada pero es que luego se explora a fondo, tanto por sus relaciones familiares -todo lo relacionado con su hermana resulta fascinante- como por la atmósfera enrarecida y cada vez más enfermiza que Ducournau logra imprimir al relato. Ahí encuentra ‘Crudo’ otro de sus grandes puntos fuertes para convertirse en un acercamiento único al género.
Eso sí, ‘Crudo’ no está tan interesada en mantener en tensión al espectador como en en proponer una historia que gira al mismo en la celebración de lo diferente y en la liberación de su protagonista en diferentes niveles. Todo ello ilustrado con salvaje contundencia cuando la ocasión lo requiere, pero con Ducournau dejando claro que siempre todo bajo control, incluso cuando el interés se resiente ligeramente en ciertos momentos. Afortunadamente, el bajón nunca es tan pronunciado como en ‘Titane’, a mi juicio muy inferior a la que ahora nos ocupa, y rápidamente se endereza el rumbo, contando además con un final plenamente satisfactorio para todo lo visto anteriormente.
La clave está en si conectas o no con la apuesta estilística de Ducournau, porque si al de 15-20 minutos no has entrado en lo que propone, no te molestes en seguir. No hay nada de malo en ello, pero por mi parte siempre agradeceré que haya títulos con voz propia. Unas veces me encantará y otras querré salir huyendo, pero al menos se atreven a ser diferentes, cosa que aquí tiene especial relevancia con el mensaje que transmite.
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