El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó este domingo a Gobiernos occidentales de intentar influir en las elecciones de mayo con el cierre de consulados, entre otras medidas, y advirtió que «pagarán un alto precio» si este tipo de gestos persisten.
La cancillería turca convocó la semana pasada a los embajadores de los países que paralizaron sus consulados en Estambul, en previsión de una escalada de las tensiones derivada de la quema de ejemplares del Corán en protestas.
Erdogan explicó que durante este primer contacto con embajadores de Estados Unidos, Francia y Alemania, entre otros países occidentales, Turquía dio un «ultimátum».
«Tenemos una reunión del Gobierno el lunes y tomaremos las decisiones que sean necesarias», declaró el mandatario, durante un acto en la región de Aydin, en el oeste del país, según la agencia de noticias AFP.
Erdogan, que dijo que se sentía víctima de «campañas despreciables», afirmó que políticos y medios extranjeros trabajaban para influir en los comicios de mayo, en los que aspirará a un nuevo mandato.
Dentro de esta supuesta injerencia, el presidente incluye incidentes como la quema del Corán en Suecia, «que se respalda bajo la excusa de la libertad de expresión».
También afirmó que, en Occidente, hay un interés por crear una falsa sensación de inseguridad de Turquía que puede afectar al sector turístico, clave para la economía del país, de acuerdo con la agencia de noticias local Anatolia.