El agotador impacto de la «fatiga del ping»: cómo el exceso de notificaciones está afectando a nuestra productividad

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La
jornada
híbrida,
con
entre
uno
y
cuatro
días
de
trabajo
en
remoto,
se
ha
convertido
en

el
modelo
más
habitual

entre
las
empresas.
Esa
flexibilización
de
la
jornada
ha
obligado
a
los
equipos
a
seguir
utilizando
aplicaciones
de
mensajería
como
Microsoft
Teams,
Slack
para
comunicarse
con
sus
compañeros,
incluso
cuando
estos
están
en
la
misma
oficina.

Sin
embargo,
esta
dependencia
tecnológica
también
está
generando
un
efecto
colateral
inquietante:
la
llamada «fatiga
del
ping
«.
Este
fenómeno
describe
el
agotamiento
mental
que
surge
al
estar

constantemente
interrumpidos

por
un
flujo
interminable
de
notificaciones
y
mensajes
que
pelean
por
tu
atención
y

rompen
por
completo
tu
concentración
.

Siempre
conectados,
pero
poco
productivos

Las
constantes
interrupciones
mientras
intentas
completar
tus
tareas
no
solo

rompen
la
concentración

necesaria,
sino
que
también
afecta
gravemente
la
productividad
ya
que,
volver
a

recuperar
el
nivel
de
concentración

puede
llevarte
hasta
15
minutos,
alargando
el
tiempo
que
necesitas
para
completarla.
Ese
cambio
de
tarea
recurrente
terminará
por
agotarte
y
estresarte
más
de
lo
necesario.

Según

contaba

Hannah
Yardley,
directora
de
personal
de
Achievers
a
WorkLife,
este
problema
está
estrechamente
vinculado
a
la «ansiedad
por
estar
siempre
conectado»,
y
de
ahí
toma
su
nombre,
de
la
señal
de
datos

que
se
envían
los
dispositivos

para
comprobar
si
están
en
línea.

Esta

ansiedad
por
estar
siempre
conectado

se
produce
cuando
los
empleados
sienten
que
necesitan
estar
siempre
activos,
trabajando
sin
descansos
y
siempre
disponibles
para
responder
un
correo
o
las
dudas
que
le
surjan
a
un
empleado
que,
tal
vez,
está
trabajando
desde
otro
continente.

“Es
un
momento
estresante
para
todos
en
el
lugar
de
trabajo.
Los
empleados
necesitan
saber
que
cuentan
con
apoyo
de
la
empresa
y
que
sus
equipos
no
sientan
la
presión
de
estar
constantemente
en
línea”,
aseguraba
Yardley. «Cuando
se
anima
a
los
empleados
a
marcar
límites
entre
el
tiempo
de
trabajo
y
la
vida
personal,
los
resultados
positivos
surgen
de
forma
natural».

Estrategias
para
recuperar
el
control

Frente
a
este
desafío,
surgen
diversas
estrategias
para
mitigar
el

impacto
en
la
productividad

personal
que
provoca
la
fatiga
del
ping.

James
Ware,
asesor
especializado
en
neurociencia
de
la
atención,
recomienda
la
implementación
de «baterías
de
notificaciones».
La
propuesta
de
Ware
consiste
en
programar
bloques
de
tiempo
para
revisar
mensajes
en
intervalos
fijos.

Por
ejemplo,
puedes
configurar
tus
dispositivos
para

activar
el «modo
monje
»
mientras
realizas
las
tareas
más
exigentes,
y

programar
un
bloque
de
tiempo

entre
tareas
para
revisar
los
mensajes
y
correos
que
has
podido
recibir
en
ese
lapso.

Otra
técnica
destacada
es
la «regla
25-5»:
trabajar
25
minutos
totalmente
concentrado
y
sin
interrupciones,
seguidos
de
cinco
minutos
de «descanso»
para
revisar
notificaciones.

«Dividir
la
jornada
de
trabajo
en
bloques
de
concentración
favorece
los
ritmos
naturales
del
cerebro»,
explica
Ware.
El
asesor
coincide
en
su
recomendación
con
Tony
Schwartz,
CEO
de
Energy
Project.
Schwartz
concibe
las
sesiones
de
trabajo
como
una

carrera
de
esprint

en
las
que
aplica
toda
la
energía
en
completar
una
tarea
en
un
breve
lapso
de
tiempo,
para
luego

tomarse
un
descanso
,
en
lugar
de
dedicarle
varias
horas
seguidas
a
la
misma
tarea.

Este
método
no
solo
mejora
la
productividad
al
proporcionar
un
tiempo
de

descanso
al
cerebro

entre
tareas,
sino
que
también
reduce
el
estrés
asociado
a
un
flujo
incesante
de
mensajes.

Tecnología
de
la
concentración

Además
de
hacer
posible
las
interrupciones
constantes,
la
tecnología
también
cuenta
con
herramientas
para
ponerles
coto.

Corina
Leslie,
directora
de
relaciones
públicas
de
la
plataforma
de
verificación
de
correos
ZeroBounce,
aseguraba
a
WorkLife
que
usaba
una
aplicación
en
su
ordenador
para

bloquear
notificaciones
durante
intervalos

de
45
minutos. «Mi
objetivo
diario
es
alcanzar
tres
horas
de

trabajo
profunda
.
Cuando
lo
logro,
noto
una
mejora
significativa
en
mi
productividad»,
comparte
Leslie.

Tanto

Windows
11

como
MacOS
cuentan
con

modos
de
concentración

integrados
en
el
propio
sistema
operativo
que
silencian
cualquier
tipo
de
notificación
durante
un
periodo
de
tiempo
determinado,
por
lo
que
puedes
usar
estas
herramientas
para
evitar
las
distracciones
no
deseadas
que
rompen
tu
concentración
sin
tener
que
silenciar
las
aplicaciones
una
por
una.

En
Xataka
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Productividad
tóxica:
cuando
la
obsesión
extrema
por
la
productividad
arruina
todos
tus
esfuerzos
por
mejorarla

Imagen
|
Unsplash
(Austin
Distel
)