Cuando el parto está próximo surge la duda: optar por una anestesia para no sentir dolor o afrontar el momento del parto con otras técnicas de control del dolor, sin anestesia de por medio.
Entre las analgesias, la reina es la epidural, que permite a la mujer ser consciente del parto pero sin sentir dolor de la cintura para abajo. Por desgracia, esto también tiene sus inconvenientes: ¿qué ocurre si no surge efecto? La posibilidad existe, y es una consecuencia de la lateralización de la anestesia o, lo que es lo mismo, que se duerma un lado de cintura para abajo, pero que el dolor se siga sintiendo en la otra mitad. Preguntamos a un anestesista cuándo puede ocurrir y por qué.
Cuándo puede no hacer efecto la anestesia epidural
Según explica el doctor Jaime Fandiño, anestesista del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima (Vigo), existen diferentes razones por las que puede no funcionar la anestesia epidural: infección en la zona, pacientes con coagulopatias o tratamiento anticoagulante, alergia a anestésicos locales, ciertas enfermedades de la espina bífida…
Además, la epidural, como el resto de las analgesias locoregionales (que producen el bloqueo nervioso de una zona del cuerpo), es una técnica del todo o nada. «Si la técnica es correcta, el catéter está en el lugar adecuado, y si se administra la dosis y concentración correcta de analgesia, siempre tendrá efecto», asegura el doctor. Y añade:
«Hoy en día se utilizan dosis bajas y muy poco concentradas para eliminar el dolor sin ocasionar bloqueo motor (disminución de fuerza) y que la madre puje correctamente en el periodo expulsivo».
Qué es la lateralización de la anestesia
Significa que tras administrar la epidural, uno de los lados puede doler y el otro no. La lateralización de la anestesia se encuentra entre los fallos de la epidural más habituales. Según un estudio sobre las complicaciones de la epidural realizada con más de 400 pacientes:
«En el período periparto se identificaron, con mayor frecuencia, las siguientes complicaciones: analgesia unilateral (16,4%), punción hemática (8,7%), parestesias (8,2%), técnica difícil (5,2%), analgesia ineficaz (2,7%), hipotensión (2,5%) y bloqueo subdural (0,2%)».
Según el anestesista, la lateralización se debe a una introducción excesiva del catéter y,«tiene fácil solución, la mayoría de las veces: retirándolo levemente, sin necesidad de repetir la técnica».
Epidural parcheada
Otro problema que puede plantearse al poner la anestesia es lo que se conoce como ‘epidural parcheada’, que implica, según el doctor, que algún área puede mantener sensibilidad.
«Se debe a las tabicaciones propias del espacio epidural (la zona de la espalda donde se pone la anestesia) que provocan que no llegue el anestésico local, aunque se haya administrado de manera correcta».
Pero también tiene una fácil solución, según el experto:
«Si el área es pequeña y su repercusión también, no suele ser necesario repetir la técnica. Si resulta necesario, se recolocará el catéter epidural valorando siempre riesgo-beneficio».
La mayoría de las veces la anestesia epidural funciona bien y no presenta inconvenientes, pero como vemos también los hay. Por eso, es importante informarse y evacuar todas las dudas que puedan surgir sobre la anestesia epidural antes del momento del parto, así como elaborar un plan de parto con tus preferencias sobre los procedimientos a realizar en el momento del nacimiento.
¿Cuál fue tu experiencia con la epidural? ¿Tuviste alguna complicación? ¿La volverías a pedir?
Fotos | iStock