Si te parece que entre programas de entrevistas sin filo y declaraciones desnortadas sobre la necesidad del feminismo Bertín Osborne está viviendo un momento de su carrera especialmente singular, no hay más que mirar atrás, al resto de su carrera televisiva, para comprobar que no es así.
Recordemos que (tras debutar como actor en la telenovela mexicana ‘Amor de nadie’) su primer programa fue el dating show ‘Contacto con tacto’, donde el salero jerezano le permitió tirarle los trastos a casi todas las concursantes que, en principio, no iban allí a ligar con Bertín.
Hubo más, muchas más rarezas: el demencial ‘La batalla de las estrellas’, algo así como el ‘¿Qué apostamos?’ de Tele 5, pero con Carmen Russo, Arancha del Sol y Jordi LP como copresentadores. Y también a rebufo de Ramón García, hizo el ‘Grand Prix’ en los canales autonómicos, poniéndose él mismo delante de la famosa vaquilla. Pero nada alcanzó los niveles de delirio galáctico de ‘Scavengers’.
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‘Scavengers’ pertenece a una era de programas-evento aparatosísimos en televisión, donde se quería ser más espectacular que en el cine: abundancia de platós gargantuescos, cromas primitivos, actores zarzueleros invitados, pirotecnia fallera, y todo con previsibles resultados. Quizás el programa de esta ralea más conocido fue el absolutamente desmedido ‘La noche de los castillos’.
‘Scavengers’: Campechanismo del espacio
El programa nació en 1994, con las televisiones privadas aún frescas, y con Antena 3 deseando encontrar un formato que abanderara su programación. Coprodujo este dislate espacial junto a Julian Grant Television y 20th Century Fox, reciclando los medios del programa original británico del mismo nombre y año, presentado por John Leslie. Estética y argumentalmente eran idénticos, ya que estaban rodados hasta en el mismo sitio: los míticos estudios Pinewood de Londres, donde se han gestado innumerables clásicos del cine. Nosotros, además, teníamos a Bertín.
Con efectos especiales (no demasiado lucidos) de Jim Francis (‘Doctor Who’) y Bob Keen (creador de Jabba the Hutt) y un villano de sospechosísimo parecido con Predator, el programa contaba cómo dos equipos de concursantes tenían que entrar en una nave abandonada. Allí se enfrentaban, con la asistencia del comandante Osborne, a criaturas, puzles y pruebas físicas.
Lo memorable de ‘Scavengers’ es que Bertín Osborne no dejaba de ser Bertín Osborne en ningún momento. Presentaba las pruebas repantingado en su sillón de comandante, le tiraba los trastos a las mutantes en bikini y lo trufaba todo de morcillas que convertían el ambiente espacial inspirado en ‘Aliens’ (la intención original era franquiciar la película de James Cameron) en una tasca castiza del espacio exterior.
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El programa no encandiló a las audiencias. Tras tres programas la noche de los sábados, donde fue incapaz de plantar cara a José Luis Moreno en La 1, Antena 3 dejó languidecer a los ‘Scavengers’ en las mañanas del mismo día, completando la emisión de los ocho programas de la primera temporada. Ahora, en los abismos de los basureros espaciales, aún resuenan en el vacío cósmico las carcajadas de Bertín Osborne y su «chacho, este alien parece un pinchito moruno, ¿eh?»