Al
pensar
en
dulces
y
postres
de
carnaval
es
inevitable
visualizar
las
innumerables
frutas
de
sartén
que
se
disfrutan
estos
días
en
muchas
regiones,
también
fuera
de
nuestro
país.
No
tenemos
nada
en
contra
de
delicias
como
las
orejas
gallegas
o
las
teresitas
asturianas,
pero
tampoco
hemos
podido
evitar
dejarnos
seducir
por
otra
especialidad
de
estas
fiestas,
la
coca
de
manteca
que,
por
una
vez,
no
requiere
fritura
ni
sartén.
Claro
que
tampoco
es
un
dulce
ligero,
faltaría
más.
Estamos
en
carnavales
y
hay
que
dejarse
llevar
un
poco
por
el
exceso
dando
buena
cuenta
además
de
productos
que
luego
estarán
vetados
durante
la
Cuaresma,
en
este
caso
la
manteca
de
cerdo.
Esta
humilde
pero
exquisita
coca
es
típica
del
municipio
alicantino
de
Novelda,
la
tradición
manda
comerla
el
mismo
Martes
de
Carnaval
-el ‘martes
graso’-
y,
para
qué
engañarnos,
ha
triunfado.
Revisando
varias
recetas
hemos
comprobado
que
todas
se
basan
en
la
misma
fórmula,
pues
es
tremendamente
simple.
En
la
que
más
nos
hemos
guiado
Mayte
usa
un
poco
más
de
levadura,
pero
creemos
que
con
10-15
g
de
levadura
fresca
es
más
que
suficiente
para
esta
cantidad
de
harina,
y
ya
sabemos
que
las
masas
de
pan
salen
y
aguantan
mejor
con
algo
más
de
paciencia
en
los
levados.
Calentar
el
agua
hasta
dejarla
tibia
y
desmigar
la
levadura
dentro,
mezclando
para
disolverla.
Combinar
con
la
harina
y
mezclar
bien
hasta
incorporar.
Añadir
100
g
de
manteca
en
trozos,
mezclar
un
poco,
echar
la
sal
y
amasar
hasta
que
quede
una
masa
homogénea
y
elástica.
Al
principio
cuesta
que
quede
incorporada
y
estará
algo
pegajosa;
con
una
amasadora
es
mucho
más
fácil.
Si
se
hace
difícil
a
mano,
tapar
con
film
y
dejar
reposar
20-30
minutos,
añadiendo
entonces
la
sal,
antes
de
seguir
amasando.
Formar
una
bola,
poner
en
un
recipiente
ligeramente
engrasado,
tapar
y
dejar
levar
hasta
que
doble
o
más
su
tamaño,
entre
90
minutos
y
2
horas,
según
la
temperatura.
Deshinchar
la
masa
y
reamasar
formando
otra
bola
tensa.
Engrasar
con
manteca
o
aceite
una
llanda,
una
bandeja
de
horno
de
las
que
vienen
con
el
electrodoméstico,
y
poner
la
masa
en
el
centro,
estirar
con
las
manos
hasta
ocupar
prácticamente
toda
la
superficie,
pues
debe
quedar
fina.
Dejar
reposar
30
minutos.
Con
los
dedos,
hacer
huecos
presionando
suavemente
por
toda
la
superficie
y
colocar
pegotitos
de
los
80
g
de
manteca
restante,
pellizcando
la
masa
para
taparlos.
Tampoco
tiene
que
quedar
perfecto.
Dejar
reposar
unos
20-30
minutos
mientras
se
precalienta
el
horno
a
200
ºC
con
calor
arriba
y
abajo.
Repartir
generosamente
el
azúcar
por
toda
la
superficie,
añadiendo
canela
al
gusto
(se
puede
echar
también
al
final
la
cocción)
y
hornear
a
media
altura
bajando
la
temperatura
a
190
ºC.
Cocer
unos
25-35
minutos,
vigilando
que
no
se
queme
cuando
ya
lleve
20
minutos,
pues
depende
del
horno.
Si
pasada
media
hora
aún
estuviera
pálida
por
arriba,
subir
al
nivel
superior
del
horno.
Con
qué
acompañar
la
coca
de
manteca
Ya
fría,
con
los
bordes
y
la
cobertura
más
crujientes,
o
aún
tibia,
la
coca
de
manteca
no
necesita
más
que
una
bebida
simple
para
acompañar
en
el
desayuno
o
la
merienda.
Clásicos
como
el
café,
un
vaso
de
leche
o
bebida
vegetal
o,
si
ya
vamos
de
perdidos
al
río,
chocolate
a
la
taza
serán
buenas
opciones.
Y
los
adultos
la
disfrutarán
con
algún
vino
o
licor
dulce
en
la
sobremesa,
o
un
buen
café
de
olla
con
anís.
Se
puede
recalentar
un
poco
en
el
microondas
si
se
queda
algo
seca
con
el
paso
de
los
días
y
así
dejar
que
la
manteca
vuelva
a
derretirse
un
poco
en
la
masa.
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