Si, como es mi caso, la remolacha no es uno de los ingredientes habituales en vuestra cocina os animo a que preparéis esta receta de bizcochitos de remolacha, estoy segura de que os van a conquistar, tanto por su sabor como por su textura.
Mis hijos, como la mayoría de niños, supongo, sienten aprensión ante según qué comidas, por eso no les dije de qué estaban hechos los bizcochitos que les ofrecí para merendar. Sólo cuando me dijeron que eran buenísimos les comuniqué que tenían remolacha. Me gustaría que hubierais visto la expresión de su rostro.
Empezamos precalentando el horno a 160ºC. Batimos los huevos con el azúcar. Trituramos la remolacha y la añadimos a la mezcla anterior junto al aceite de girasol, mezclando bien.
En un bol aparte, tamizamos la harina con la levadura y la sal, y la agregamos a la masa de remolacha, removiendo con una espátula mediante movimientos envolventes, para que no se baje.
Introducimos la masa en moldes individuales antiadherentes o previamente engrasados y enharinados. Horneamos durante unos 25 minutos o hasta que pinchando con un palillo éste salga limpio. Servir espolvoreados de azúcar glasé.
Con qué acompañar los bizcochitos de remolacha
Serví estos bizcochitos de remolacha simplemente espolvoreados con azúcar molido. La receta original, que vi en la revista Telva, aconsejaba acompañarlos con queso azul y nueces, pero no me atreví pues pensé que a los niños no les iba a gustar. La próxima vez los degustaremos así, ya os contaré cómo están.
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