Dos marcas de lujo se negaron a prestar sus autos para una famosa película ochentera, un error garrafal con el que dejaron ir muchas ventas

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A
veces,
una
escena
inolvidable
no
depende
solo
de
los
protagonistas
humanos,
sino
también
de
lo
que
conducen,
y
en
el
cine,
hay
muchas
malas
decisiones
que
han
trascendido
más
allá
de
la
pantalla,
como
cuando
en ‘Mujer
bonita’

Richard
Gere
hace
una
entrada
triunfal

al
mundo
de
Julia
Roberts
en
un
flamante
deportivo
por
las
calles
de
Los
Ángeles.

Sin
embargo,
lo
que
pocos
saben
es
que
ese
auto
no
fue
la
primera
opción
de
los
productores,
ni
siquiera
la
segunda.
Antes
del
famoso
auto
que
aparece
en
pantalla,
hubo
dos
marcas
legendarias
que
rechazaron
la
oportunidad
de
aparecer
en
la
película:

Ferrari
y
Porsche.

¿La
razón?
La
trama.
A
ambas
marcas
les
preocupaba
que
su
imagen
de
lujo
y
sofisticación
se
asociara
con
una
película
cuyo
personaje
femenino
principal

se
dedicaba
al
trabajo
sexual
.
Ambas
marcas
no
querían
que
sus
autos,
símbolos
de
estatus,
se
vieran
envueltos
en
lo
que
consideraban
un
contexto
inapropiado,
así
que
rechazaron
la
solicitud
de
la
producción,
dejando
a
los
realizadores
en
busca
de
una
alternativa.

Los
productores
y
guionistas,
que
vieron
en
la
trama
de
la
película
la
oportunidad
de
realizar
la
colocación
de
un
producto,

contactaron
primero
a
Ferrari
,
sin
embargo,
el
fabricante
de
automóviles
pidió
ver
el
guion
completo
antes
de
dar
el ‘si’.

Que
nunca
llegó,
por
cierto,
porque
al
conocer
la
trama,
se
indignaron
de
que «alguien
sugiriera
colocar
a
una
dama
de
mala
reputación
en
uno
de
sus
autos
en
la
pantalla».

Ferrari
se
negó
a
prestar
coches
a
la
producción
y
fue
aún
más
lejos:
la
compañía
comunicó
a
los
concesionarios

que
nadie
podía
vender
un
coche
para
la
película
,
incluso
si
los
productores
ofrecían
pagar
el
precio
completo,
por
lo
que
la

scuderia

hizo
lo
impensable:
puso
a
una
película

en
la
lista
negra


de
clientes
que
no
pueden
tener
sus
autos
.

Y
Porsche
les
dijo
lo
mismo

Parece
que
Porsche
no
tiene
la
mejor
relación
con
Hollywood
cuando
se
trata
de
sus
autos
en
pantalla:
al
igual
que
Ferrrari,

Porsche
rechazó
la
oportunidad
,
quizá
por
la
mala
experiencia
que
tuvieron
con «Risky
Business»
de
1983,
donde
Tom
Cruise,
interpretando
a
Joel
Brickman,

utiliza
un
Porsche
928

para
huir
de
un
proxeneta
después
de
un
encuentro
con
una
prostituta.
Esta
representación,
por
supuesto,
dejó
a
la
marca
con
un
sabor
agridulce.

Lous Pretty WOman

Lous Pretty WOman

Desesperados,
los
productores
comenzaron
a
barajar
opciones
de
autos
americanos,
sin
embargo,
un
asistente
de
producción
llamado

Sandy
Isaac

sugirió: «¿Quizás
un
Lotus
Espirit
funcione?».
El
productor
nunca
había
oído
hablar
del
coche.
Así
que
Isaac
especificó: «James
Bond

conducía
uno».

Esa
oportunidad
la
aprovechó
Lotus,
una
firma
británica
de
automóviles
deportivos
mucho
menos
conocida
que
sus
pares
italianos
y
alemanes:
para
la
película
cedieron
uno
de
sus
modelos
más
recientes,
el

Lotus
Esprit
SE
,
que
terminó
siendo
un
éxito
en
ventas
para
la
compañía.

En
la
cinta,
el
Lotus
juega
un
papel
importante:
Vivian

lo
identifica
al
instante
y
 exclama
: «¡Caramba,
este
coche
tiene
que
tomar
las
curvas
como
un
rayo»,
a
lo
que
Edward
responde: «¡Te
voy
a
demostrar
lo
que
este
coche
puede
hacer!».
Una
oportunidad
única
que
Ferrari
y
Porsche
dejaron
ir,
y
que
para
Lotus
representó
la
multiplicación
de
sus
ventas,
ya
que
pasó
de
fabricar
172
autos
para
Estados
Unidos,
a
323
unidades
en
tan
sólo
un
año.

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