¿Quién
no
tiene
en
mente
al
mítico
Popeye
recurriendo
a
su
suplemento
de
espinacas
para
plantar
cara
a
Bruto?
Varias
generaciones
hemos
crecido
viendo
sacar
molla
a
este
marinero
de
rudo
aspecto,
pensando
que
las
espinacas,
sus
fieles
aliadas,
estaban
cargadas
de
hierro.
Sin
embargo,
aquella
realidad
se
desmontaba
nutricionalmente
pero,
¡que
no
cunda
el
pánico!
No
son
ricas
en
hierro
pero
sí
en
muchos
otros
minerales
y
vitaminas
como
el
manganeso
o
el
magnesio,
así
como
de
vitamina
A,
C,
E
y,
por
si
fuera
poco,
un
aporte
calórico
muy
bajo,
perfecto
para
guardar
la
figura.
Además,
es
muy
versátil
en
tu
cocina
e
incluso
es
perfecta
para
los
que
creen
que
no
toleran
la
espinaca,
pues
sus
opciones
son
casi
infinitas
como
las
espinacas
a
la
crema,
las
espinacas
con
queso,
las
espinacas
con
huevo
o
en
tortilla
de
espinacas.
Muy
útil
y
versátil,
fiel
a
esa
familia
de
hortalizas
y
verduras
de
hoja
verde
donde
también
encontramos
a
la
lechuga,
a
la
rúcula
o
al
kale,
las
espinacas
tienen
mucho
que
decir
en
nuestra
cocina,
junto
a
otros
elementos
también
de
la
huerta
como
las
acelgas,
el
brócoli,
la
remolacha
o
el
apio.
Descripción
y
características
Llamada
en
botánica
Spinacia
oleracea,
la
espinaca
es
una
planta
herbácea
y
anual
del
género
Spinacia,
cotizada
por
sus
preciadas
hojas
verdes,
que
tienen
forma
ovalada
y
pueden
ofrecer
un
aspecto
rugoso.
Pertenece
la
familia
de
las
Amarantáceas
y
a
la
subfamilia
de
las
Chenopodioideae,
donde
encontramos
otras
plantas
como
la
quinoa
(género
Chenopodium)
o
la
remolacha
(género
Beta).
El
ser
humano
la
cultiva
desde
hace
más
de
dos
milenios,
apareciendo
en
Asia
Central,
en
la
zona
del
actual
Irán,
donde
se
extendería
hacia
el
Lejano
Oriente
(China)
y
hacia
Oriente
Próximo
(Palestina
y
Arabia).
No
sería
hasta
el
siglo
IX,
aproximadamente,
cuando
los
sarracenos
desembarcaron
en
las
costas
italianas
y
Europa
conoció
la
espinaca.
Más
adelante,
ya
en
el
siglo
XII,
se
tiene
constancia
de
su
popularización
en
todo
el
Mediterráneo
árabe,
incluyendo
España,
que
fue
la
puerta
de
entrada
de
la
espinaca,
cuyo
nombre
deriva
del
árabe
isfinaj
y
éste,
a
su
vez,
del
persa
aspanakh.
Así
se
desmonta
el
mito
de
que
espinaca
deriva
del
latín
y
de
los
conceptos
spina,
algo
que
no
haría
justicia
a
tan
sabrosa
verdura.

En
los
huertos
y
cultivos,
la
espinaca
se
caracteriza
por
tener
un
único
tallo
central,
largo
y
carnoso,
con
alturas
que
superan
los
30
centímetros
pero
no
sobrepasan
el
metro.
De
él
brotan
las
hojas,
siempre
de
color
verde
intenso,
de
mayor
tamaño
en
la
parte
inferior
y
más
pequeñas
y
delicadas
en
la
parte
superior.
Aunque
pertenecen
a
la
misma
familia,
hay
diferencias
notables
diferencias
entre
distintas
espinacas,
siendo
las
más
populares
las
espinacas
savoy
(de
hoja
rugosa,
crespa
y
relativamente
duras)
que
las
espinacas
de
hoja
lisa,
que
no
tienen
rugosidades
y
son
más
sutiles
al
paladar.
El
concepto
espinaca
baby
no
es
un
tipo
de
espinaca,
sino
una
recolección
temprana,
aprovechando
así
las
hojas
más
jugosas,
frescas
y
tiernas.
Propiedades
y
beneficios
Como
hoja
verde
que
es,
la
mayor
parte
de
la
espinaca
está
compuesta
de
agua,
teniendo
apenas
23
calorías
por
100g
de
producto
y
siendo
pobre
en
proteínas,
grasas
o
carbohidratos.

Donde
realmente
está
su
importancia
nutricional
en
los
aportes
vitamínicos
y
minerales.
Por
ejemplo,
es
rica
en
vitamina
A
(100g
de
espinaca
cruda
aportan
el
59%
de
la
dosis
diaria),
que
es
necesaria
para
mantener
una
buena
salud
oftálmica
y
para
fortalecer
el
sistema
inmunitario.
También
es
muy
rica
en
vitamina
C
(no
sólo
los
cítricos
pueden
presumir
de
ello)
y
es
que
100g
de
espinaca
tienen
28mg
de
esta
vitamina
(el
34%
de
la
dosis
diaria
recomendada),
necesaria
para
reducir
la
hipertensión
o
para
mejorar
nuestra
piel,
además
de
tener
virtudes
desestresantes.
A
su
vez,
es
rica
en
ciertos
minerales
como
el
magnesio
(100g
de
espinaca
aportan
el
22%
del
magnesio
diario),
que
nos
vendrá
muy
bien
para
mantener
la
musculatura
y
para
reducir
el
cansancio
y
la
fatiga.
También
es
rico
en
manganeso
(43%
de
la
dosis
diaria
recomendada
en
100
g
de
espinaca
cruda),
al
que
necesitamos
para
favorecer
la
producción
de
tejidos
cartilaginosos
o
para
asimilar
la
vitamina
E.
Sin
embargo,
como
abríamos
el
tema,
el
aporte
de
hierro
o
de
calcio
de
la
espinaca
no
son
especialmente
aprovechables,
debido
a
la
presencia
de
ácido
oxálico
(los
denominados
oxalatos)
que
impiden
una
buena
asimilación
de
minerales.
Razón
por
la
que
es
conveniente
consumir
cocinadas,
aunque
sean
ligeramente,
las
espinacas
y
así
no
interfieran
en
la
absorción
de
otros
minerales.
Cómo
preparar
y
cocinar
esta
verdura
Podemos
encontrar
la
espinaca
en
crudo
en
nuestros
mercados
durante
todo
el
año,
aunque
las
de
primavera
son
las
más
tiernas.
Además,
podemos
encontrarla
también
en
congelado
o
en
botes
de
conservas,
que
es
una
buena
opción
pero
hoy
vamos
a
aprovechar
las
espinacas
de
temporada.
Para
decidir
cuál
comprar,
debemos
fijarnos
siempre
en
que
las
hojas
no
estén
magulladas,
arrugadas
o
golpeadas.
Deben
ser
tersas
al
tacto,
ofreciendo
una
ligera
resistencia
y
nunca
dar
sensación
de
chafadas
o
líquidas.
También
debemos
fijarnos
en
la
intensidad
de
la
hoja,
siendo
un
buen
indicador
de
frescura
cuanto
más
verdes
estén.
Si
amarillean,
es
mejor
apostar
por
otro
producto.

Debido
a
su
frescura,
la
espinaca
es
una
verdura
muy
perecedera,
que
conviene
consumir
a
la
mayor
brevedad
posible
y
guardar
siempre
en
frío
si
no
se
va
a
tomar
de
forma
inmediata.
En
caso
contrario,
conviene
guardarla
en
la
nevera
envuelta
en
un
papel
film
ligeramente
agujereado.
En
buenas
condiciones,
pueden
durar
hasta
un
par
de
semanas
si
las
hemos
conservado
bien.
Otra
opción
es
apilarlas
en
un
tupper,
alternando
una
capa
de
papel
de
cocina
absorbente
entre
cada
capa
de
hoja
de
espinaca.
Así,
el
papel
se
apoderará
del
agua
que
suelten
las
espinacas
y
no
se
pondrán
mustias
o
ablandarán.
La
otra
opción,
como
te
contamos
hace
unas
semanas,
es
recurrir
a
la
congelación
pero
en
este
caso
perderemos
sus
propiedades
de
temporada.
Una
vez
que
tengamos
claro
cómo
cuidarlas,
es
hora
de
sacarle
el
partido
gastronómico.
Podemos
tomarlas
crudas
en
una
ensalada
o
como
guarnición
pero
lo
más
habitual
es
consumirlas
cocinadas,
ya
sea
salteada
al
wok,
guisada,
hervida,
frita
o,
por
qué
no,
acompañando
a
pastas,
arroces
o
sirviendo
de
relleno
para
nuestras
masas
favoritas.
En
ese
caso,
dependerá
de
la
receta
que
tengamos
en
mente
pero
los
guisos,
los
hervidos
o
los
escaldados
son
las
recetas
que
mejor
le
van
a
la
espinaca
y
donde
más
evitaremos
la
presencia
de
los
oxalatos.
No
obstante,
si
queremos
mantener
su
tersura
y
punto
crujiente
natural,
incluso
en
ensaladas,
la
opción
del
escaldado
es
la
más
recomendable.
Frecuente
en
nuestras
cremas,
tanto
vegetales
como
con
natas
o
bechamel;
en
nuestros
potajes,
como
el
de
vigilia,
o
acompañando
a
carnes
y
pescados,
la
espinaca
es
una
opción
de
comer
verde
muy
saludable
y
sencilla
de
la
que
no
te
arrepentirás.
Recetas
para
sacar
partido
a
la
espinaca
de
temporada
Como
protagonista
o
como
comparsa,
la
espinaca
está
presente
en
nuestros
aperitivos,
en
nuestros
primeros
platos,
en
los
segundos,
como
principal
o
dando
mucho
juego
a
cualquier
tipo
de
hojaldre
y
hoy
te
enseñamos
cómo.
Espinacas
a
la
catalana

En
una
sartén
con
una
cucharada
de
aceite
de
oliva,
salteamos
las
hojas
de
espinacas
hasta
que
pierdan
toda
el
agua.
Tardaremos
unos
15
minutos
en
tenerlas
a
punto,
viendo
como
pierden
más
de
la
mitad
de
su
volumen
en
este
paso.
Reservamos
las
espinacas
y
en
la
misma
sartén,
tostamos
los
piñones.
Cuando
empiecen
a
tomar
color,
añadimos
también
las
pasas
y
el
diente
de
ajo
muy
picado.
Salteamos
un
minuto
y
reincorporamos
las
espinacas
reservadas.
Mezclamos
bien
todos
los
ingredientes
meneando
la
sartén
y
tras
uno
o
dos
minutos
más
para
que
todo
esté
bien
caliente,
pasamos
el
contenido
de
la
sartén
a
una
fuente
y
llevamos
a
la
mesa
inmediatamente.
Más
detalles
en
la
receta
completa.
Receta
completa
|
Espinacas
a
la
catalana
Frittata
de
espinacas,
champiñones
portobello
y
queso
manchego

-
Ingredientes
para
4
personas:
400g
de
champiñones
portobello,
200g
de
espinaca
fresca
baby,
1
puerro,
4
huevos
L,
50ml
de
leche
,
50g
de
queso
manchego,
3
cucharadas
de
aceite
de
oliva
virgen
extra,
2
dientes
de
ajo,
sal
y
pimienta
al
gusto. -
Elaboración:
Precalentamos
el
horno
a
150ºC
con
calor
arriba
y
abajo.
Engrasamos
un
molde
redondo
de
unos
23
cm
de
diámetro
con
unas
gotas
de
aceite,
y
forramos
su
base
con
papel
de
horno.
En
una
sartén
ponemos
el
aceite
a
calentar
y
salteamos
los
ajos
picaditos
así
como
el
puerro
cortado
en
rodajas
finas.
Añadimos
los
champiñones
portobello
picados
en
trozos,
y
los
cocinamos
hasta
que
estén
casi
tiernos.
Añadimos
los
brotes
de
espinacas
y
los
salteamos
con
el
resto
de
hortalizas
durante
cinco
minutos.
En
un
bol
batimos
los
huevos
con
un
pellizco
de
sal,
añadimos
el
queso
manchego
rallado,
la
leche
y
añadimos
las
verduras
salteadas.
Pasamos
la
mezcla
al
molde
y
horneamos
durante
30
minutos
o
hasta
que
se
vea
la
mezcla
cuajada.
Receta
completa
|
Frittata
de
espinacas,
champiñones
portobello
y
queso
manchego
Malfatti
o
dumplings
italianos
de
espinacas
y
queso
ricotta

-
Ingredientes
para
4
personas:
500g
de
espinaca
fresca,
300g
de
ricotta
o
requesón,
1
huevo,
60g
de
queso
parmesano,
pimienta
negra
molida,
sal,
120g
de
harina
de
trigo,
200g
de
salsa
de
tomate
casera
y
orégano
fresco. -
Elaboración:
Lavamos
y
escurrimos
las
espinacas
a
conciencia,
las
colocamos
en
una
cacerola
sin
nada
de
agua
ni
aceite.
Tapamos
y
cocemos
en
su
propio
vapor
durante
ocho
minutos,
a
fuego
bajo.
Escurrimos
todo
el
agua
que
hayan
podido
absorber
y
picamos
muy
finamente
a
cuchillo.
Mezclamos
el
queso
ricotta
con
el
huevo,
añadimos
las
espinacas
picadas
y
el
parmesano
rallado.
Condimentamos
con
sal,
pimienta
negra
molida
y
nuez
moscada
molida
al
gusto.
Removemos
bien
antes
de
añadir
la
harina
y
mezclar
hasta
obtener
una
masa
homogénea.
Una
vez
esté
todo
bien
integrado
ya
tendremos
nuestra
masa
preparada.
Con
las
manos
enharinadas
tomamos
pequeñas
porciones
de
la
masa
y
hacemos
bolitas.
No
importa
que
no
queden
regulares.
Calentamos
abundante
agua
con
sal
en
una
cacerola
y
cocemos
los
malfatti
en
tantas
de
ocho
o
diez,
para
que
no
se
peguen,
durante
unos
cinco
minutos.
Retiramos
con
una
espumadera
y
continuamos
cociendo
el
resto.
Calentamos
la
salsa
de
tomate
casera
y
cubrimos
con
ella
la
base
de
cuatro
platos.
Colocamos
encima
unos
seis
u
ocho
malfatti
por
cabeza
,
espolvoreamos
con
queso
parmesano
rallado
y
acompañamos
de
un
poco
de
orégano
fresco.
Receta
completa
|
Malfatti
de
espinacas
y
queso
ricotta
con
salsa
de
tomate
Espaguetis
con
salsa
cremosa
de
espinacas
al
curry

-
Ingredientes
para
2
personas:
200g
de
espaguetis,
1
cebolla
pequeña,
1
diente
de
ajo,
150g
de
espinaca
fresca,
10g
de
harina
de
trigo,
125
de
yogur
natural,
3
cucharaditas
de
curry
molido,
aceite
de
oliva
virgen
extra,
sal
y
pimienta
negra
molida. -
Elaboración:
Cocemos
los
espaguetis
en
una
olla
con
abundante
agua
salada
siguiendo
las
instrucciones
del
paquete.
Escurrimos,
guardando
el
líquido
de
la
cocción,
y
reservamos
los
espaguetis
engrasando
con
una
pizca
de
aceite
de
oliva
virgen
extra
para
que
no
se
peguen.
Pelamos
y
picamos
el
diente
de
ajo
y
la
cebolla.
Calentamos
un
poco
de
aceite
en
una
sartén
y
pochamos
durante
cinco
minutos.
Agregamos
las
espinacas
y
cocemos
un
par
de
minutos
más
antes
de
incorporar,
la
harina,
el
curry
y
salpimentar.
Removemos
antes
de
añadir
100
ml
del
agua
de
cocción
de
la
pasta.
Ajustamos
el
punto
de
espesor
de
la
salsa
añadiendo
más
agua
hasta
que
esté
a
nuestro
gusto.
Por
último
añadimos
el
yogur
natural
y
los
espaguetis.
Removemos
para
que
se
impregnen
bien
de
la
salsa
y
servimos
inmediatamente.
Receta
completa
|
Espaguetis
con
salsa
cremosa
de
espinacas
al
curry
Spanakopita
o
pastel
griego
de
espinacas,
pasas
y
queso
feta

-
Ingredientes
para
6
personas:
12
láminas
de
masa
filo,
2
dientes
de
ajo,
100ml
de
aceite
de
oliva
virgen
extra,
900g
de
espinaca
fresca,
200g
de
queso
feta,
50g
de
uvas
pasas
sultanas,
1
huevo,
sal,
pimienta
negra
molida,
30ml
aceite
de
oliva
virgen
extra
y
tomillo
seco
para
espolvorear. -
Elaboración:
En
una
cacerola
amplia
con
un
poco
de
aceite
de
oliva
virgen
extra,
dorar
los
dientes
de
ajo
picados.
Añadimos
las
espinacas,
salpimentamos
al
gusto
y
rehogamos
un
par
de
minutos.
Escurrimos
bien
las
espinacas
y
atemperamos.
Batimos
el
huevo
en
un
recipiente
hondo
junto
con
el
queso
feta
desmenuzado
y
las
uvas
pasas.
Añadimos
las
espinacas
escurridas
y
mezclamos.
Pincelamos
una
lámina
de
masa
con
aceite
de
oliva.
Colocamos
otra
lámina
encima
y
engrasamos
de
nuevo.
Podemos
usar
una
tercera
lámina,
pero
esto
es
opcional.
Colocamos
una
parte
del
relleno
de
espinacas
sobre
el
extremo
más
largo
de
la
masa
filo
y
envolvemos
en
forma
de
cilindro.
Colocamos
en
el
centro
de
un
molde
redondo,
enrollado
sobre
sí
mismo.
Preparamos
más
cilindros
de
masa
filo
y
enrollamos
alrededor
hasta
cubrir
toda
la
superficie
del
molde,
formando
una
espiral.
Pincelamos
con
aceite
de
oliva
y
cocemos
en
el
horno,
precalentado
a
180º
C,
durante
20-25
minutos
o
hasta
que
esté
bien
dorado.
Espolvoreamos
con
tomillo
seco
a
la
hora
de
servir.
Receta
completa
|
Spanakopita
de
espinacas,
pasas
y
queso
feta
Crema
de
espinacas
y
roquefort
con
bechamel

-
Ingredientes
para
4
personas:
500g
de
espinaca
fresca,
1
litro
de
leche,
60q
de
queso
roquefort,
60g
de
harina
de
trigo,
50g
de
mantequilla
y
25g
de
queso
parmesano. -
Elaboración:
Cocemos
las
espinacas
durante
5
minutos.
Después
escurrimos
las
bien
y
las
dejamos
sobre
un
colador
para
que
suelten
toda
el
agua.
Podemos
acelerar
el
proceso
apretándolas
contra
el
colador
hasta
que
estén
bien
secas.
Cortamos
en
trocitos
muy
pequeños
las
espinacas
mientras
calentamos
una
sartén
con
la
mantequilla.
Rehogamos
las
espinacas
un
par
de
minutos
hasta
que
toman
un
color
brillante
y
añadimos
la
harina,
removiendo
para
que
se
reparta
por
todas
las
hojas.
Vamos
incorporando
la
leche
que
sea
necesaria,
(normalmente
sobrará
con
un
litro)
en
pequeñas
cantidades
hasta
que
tengamos
una
salsa
bechamel
a
la
manera
tradicional,
aunque
nos
quedará
de
color
verde.
Hasta
ahora
no
hemos
añadido
sal
ni
en
la
cocción
de
las
espinacas
ni
en
la
elaboración
de
la
bechamel.
Cuando
la
crema
de
espinacas
tiene
el
punto
de
espesor
que
nos
guste,
—
algo
más
ligera
que
una
pasta
de
croquetas
–
añadimos
el
queso
roquefort
o
el
queso
que
hayamos
elegido
y
dejamos
que
se
funda
mientras
removemos.
Es
ahora
el
momento
de
probar
de
sal
y
rectificar
si
fuera
necesario,
en
función
de
la
potencia
del
queso
elegido.
Apagamos
el
fuego
y
servimos
en
cuencos
o
fuentes
individuales
de
barro,
espolvoreamos
con
un
poquito
de
queso
rallado
para
gratinar
o
rematar
con
el
soplete
de
cocina
dando
un
aspecto
más
apetecible
a
cada
ración.
Receta
completa
|
Crema
de
espinacas
y
roquefort
con
bechamel
Potaje
de
garbanzos

-
Ingredientes
para
2-3
personas:
200
g
de
garbanzos
seco,
2
cebolletas,
3
dientes
de
ajo,
1
cucharadita
de
pimentón
dulce,
1g
de
pimentón
picante
(opcional),
1
hoja
de
laurel,
3
tomates
en
conserva
natural
(o
2
naturales,
rallados
sin
piel),
10
ml
de
vinagre
de
Jerez,
caldo
de
verduras
(o
de
pollo,
o
agua),
2
patatas
pequeñas,
1
manojo
de
espinaca
fresca,
pimienta
negra
molida,
sal.
Para
la
picada:
1
rebanada
de
pan
de
hogaza,
un
puñadito
de
almendras
y
unas
hojas
de
perejil
fresco. -
Elaboración:
Lo
primero
es
dejar
los
garbanzos
a
remojo
en
abundante
agua
fría
la
noche
antes,
preferiblemente
unas
8-12
horas,
o
algunas
más.
Picar
la
cebolleta
y
dos
dientes
de
ajo.
Poner
a
pochar
la
primera
con
un
poco
de
sal
en
una
cazuela
con
algo
de
aceite
de
oliva.
Añadir
el
ajo,
remover
un
poco
y
dejar
sofreír
unos
minutos,
vigilando
que
no
se
queme.
Agregar
el
pimentón
dulce
y
una
pizca
picante,
removiendo
bien
rápidamente.
Añadir
el
tomate,
el
laurel
y
una
pizquita
de
sal.
Incorporar
los
garbanzos
escurridos,
un
poco
de
vinagre
y
remover
bien
durante
dos
minutos.
Cubrir
con
agua
o
caldo
frío,
llevar
a
ebullición,
tapar,
bajar
el
fuego
y
dejar
cocer
lentamente
durante
60-90
minutos.
Cuando
lleve
una
hora,
más
o
menos,
añadir
unas
patatas
lavadas,
peladas
y
cascadas.
Si
las
dejamos
más
tiempo
o
en
piezas
más
pequeñas
casi
se
fundirán
con
el
guiso,
dando
más
espesor.
Al
gusto.
Salpimentar
ligeramente
y
comprobar
el
nivel
de
líquido.
Debe
quedar
espeso,
no
en
plan
sopa.
Dependiendo
del
tipo
de
garbanzo
y
del
agua
tardarán
unos
30-60
minutos
más.
Cocer
mientras
los
huevos
dejándolos
al
punto,
enfriar
y
pelar.
Hacia
el
final,
preparar
una
picada.
Freír
con
un
poco
de
aceite
una
rebanada
de
pan
del
día
anterior
con
un
puñado
de
almendras
y
el
ajo
restante.
Majar
en
el
mortero
para
hacer
una
pasta,
añadiendo
perejil
fresco
si
tenemos.
Incorporar
al
guiso
y
echar
también
las
espinacas
al
gusto.
En
cuanto
se
cuecen
reducen
mucho
su
tamaño.
Servir
con
los
huevos
pelados,
en
cuartos
o
picados.
Receta
completa
|
Potaje
de
garbanzos
Tortilla
de
espinacas

-
Ingredientes
para
2
personas:
3
huevos,
75
g
de
brotes
de
espinacas
baby,
1
pizca
de
ajo
en
polvo,
sal,
pimienta
negra
molida,
mantequilla
y
aceite
de
oliva
virgen
extra. -
Elaboración:
Saltear
las
espinacas
a
fuego
muy
fuerte
durante
dos
minutos
con
sal
y
pimienta
con
una
pizca
de
aceite
de
oliva.
Reservamos
en
un
colador
para
que
suelten
el
agua
mientras
batimos
los
huevos.
Luego
añadimos
a
los
huevos
el
ajo
en
polvo,
la
sal,
la
pimienta
y
las
espinacas
muy
bien
escurridas.
En
la
misma
sartén
que
hemos
hecho
las
espinacas
cuajamos
la
tortilla
con
mantequilla
hasta
el
punto
deseado.
Receta
completa
|
Tortilla
de
espinacas
Crema
de
espinacas

-
Ingredientes
para
2
personas:
300
de
espinaca
fresca,
1
cebolla,
1
diente
de
ajo,
250
ml
de
nata
para
cocina,
aceite
de
oliv
asuave,
sal
y
pimienta
negra
molida. -
Elaboración:
Picar
el
ajo
y
la
cebolla
en
brunoise
y
los
sofreímos
a
fuego
medio
en
una
cucharada
de
aceite
de
oliva.
Cuando
la
cebolla
esté
transparente,
añadimos
las
espinacas
y
salteamos
a
fuego
fuerte
durante
tres
minutos.
Luego
bajamos
el
fuego
a
potencia
media,
añadimos
la
nata
y
dejamos
cocinar
diez
minutos
más.
Fuera
de
fuego
con
una
batidora
o
en
un
robot
de
cocina
trituramos
hasta
dejar
textura
de
crema
ligera
y
corregimos
el
punto
de
sal
y
pimienta.
Receta
completa
|
Crema
de
espinacas
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