Cannes 2021: ‘Benedetta’, Verhoeven firma un spin-off de la Biblia erótico y con muy mala leche

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Cero sorpresas y al mismo tiempo shock provocado con el estreno en Cannes del último Paul Verhoeven. En esta etapa europea de nuevo en su línea más dura en la búsqueda de la provocación y un cierto morbo, ‘Benedetta‘ consuma otro intento de exorcización de la mente a través de la sensualidad explícita, los cuerpos desnudos y el sexo. Una propuesta que parece haber triunfado de nuevo entre buena parte de la crítica.

Benedetta es una novicia teresiana que se ha criado en un convento de disciplina férrea y negación del placer y el disfrute. La obsesión extática de alcanzar la comunión con Jesucristo se inculca asociada al dolor y el sufrimiento. Nos situamos en una comunidad de religiosas encerradas al inicio de la gran plaga de peste bubónica en Italia, donde la influencia del poder se trafica con jugosos tributos, pero también con sexo.

Benedetta Carlini ya decía tener el don de comunicarse con el Altísimo desde niña, nos queda claro desde una secuencia inicial en la que consigue frenar el ataque de unos asaltacaminos por intercesión de la Virgen y que sienta el tono de lo que nos queda por ver: un relato tan delirante y surrealista como las visiones de la monja.

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Con su madurez, Benedetta (Virginie Efira) llega al convento una nueva y poco ortodoxa interna (Daphne Patakia), una joven campesina en huida de la violencia de su propio padre y cuya única devoción es la profesada a su propio bienestar. Y con esta aparición, también la tentación. Posiblemente la encarnación misma del diablo como detonante de todos los males de la humanidad a consecuencia del pecado.

La llamada de Verhoeven

En un clima absolutamente provocador y sarcástico, incluso quizá de comedia involuntaria, asistimos a los pasajes del encuentro carnal de la mística con el mismísimo Jesucristo, de una forma que recuerda, salvando mucho las distancias, al delirio de ‘La Llamada‘ de los Javis, por el absurdo de la representación del fervor amoroso en metáfora de la fe ciega.

Unas alucinaciones que no son sino la canalización en el sueño del fervor lascivo reprimido en la vigilia, provocado por la tentación de su recién llegada compañera de celda. Doble lectura entre el pecado de la carne y el sacrificio como recompensa que funciona como medida de control, manipulación y posesión del poder y que apunta a Iglesia y sociedad y no deja títere con cabeza.

Benedetta

Benedetta

Una idea que conecta con la destrucción de Sodoma y Gomorra y desencadena en un tramo intenso y excesivo donde placer perverso acaba transformándose en sadismo y tortura y que refiere a los primeros trabajos de Verhoeven allá por los años 70, tales como ‘Delicias turcas‘ (1973).

‘Benedetta’ es la excesiva y demencial obra de un cineasta sin pudor

Desfilan sin tapujos los cuerpos vibrantes y libres, tras la superación del conflicto moral, exonerada ya el alma de vergüenza y culpa. Con la mirada limpia de todo prejuicio, Verhoeven filma cuerpos desnudos en éxtasis de placer con la liberación acostumbra: como quien lleva toda una vida consagrado a la observación del disfrute carnal.

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Absolutamente excesiva y demencial, como de costumbre, llegando incluso a ser absurdísima por momentos, ‘Benedetta’ consagra la marca Verhoeven en su blasfemia. Con su característica ironía brutal y directa, construye una versión alternativa a la lectura oficial de la Biblia en un spin-off envenenado y perverso, una fantasía erótica con muy mala leche.

Una narrativa que desfila en la delgada línea entre el genio y el ridículo, sostenida principalmente por la libertad creativa de un cineasta sin pudor, para finalmente encontrar su redención en su signo de autor.

Verhoeven con las actrices de Benedetta

Verhoeven con las actrices de Benedetta