Si pensabas que en materia de competiciones que tienen que ver con coches estaba todo escrito es porque no conoces el “Car-Jitsu”: una tendencia con cada vez más adeptos que, como su propio nombre indica, combina el complicado arte del Jiu-Jitsu con el espacio reducido que ofrece un coche.
El objetivo de esta peculiar disciplina de lucha es dominar al oponente en combates cortos y con todo lo que haya a mano: volante, mandos, cinturones de seguridad… «casi todo vale». Pero, ¿por qué? Pues por loco que parezca, hay un motivo.
Qué es el Car-Jitsu y con qué objetivo se crea
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La mecánica del Car-Jitsu es relativamente sencilla: cada uno de los dos oponentes toma asiento (uno en el sitio del conductor y el otro en el del copiloto), ambos con los cinturones puestos. Una vez que el árbitro da la orden, estos se los quitan y se lanzan el uno a por el otro. Cada combate tiene dos rondas, y cada una dura unos tres minutos.
El luchador que ha comenzado en el sitio del conductor disputará la segunda ronda en el asiento del copiloto y viceversa. El ganador será aquél que más puntos obtenga, bien por sumisión con técnicas como “el cinturón de seguridad inverso” o por ganar una posición ventajosa.
El curioso Car-Jitsu ‘se inspira’ en el Jiu-Jitsu de origen japonés (también conocido como «el arte suave«, aunque de suave tenga más bien poco) que, a su vez tiene algunos derivados modernos de entre los que destaca el jiu-jitsu brasileño o BJJ (desarrollado en base a la lucha en el suelo del judo o ne-waza), en auge por los torneos de las artes marciales mixtas, o MMA.
Para quienes no estén familiarizados con este deporte y sus derivados más actuales, en la mayoría de los casos además de fuerza se necesita mucha agilidad y una técnica muy trabajada para ganar un combate.
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En esencia, en el Jiu-Jitsu los oponentes utilizan todo el espacio disponible en el tatami para aplicar diferentes llaves para dominar así al contrario, o lograr una sumisión que les dé puntos para hacerse con la victoria. Sin embargo, en el Car-Jitsu el espacio reducido que ofrece un coche hace que la lucha sea mucho más difícil.
No queda claro si esta disciplina se acabará dividiendo en categorías en función del tipo de coche en cuestión, pero a lo anterior habría que sumar la dificultar añadida que supondría practicar Car-Jitsu en un urbanita como el archi famoso Renault Twingo frente a cualquier SUV, por ejemplo.
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Independientemente, y con combates incluso «de 2 contra 2», el Car-Jitsu parece una de las cosas más divertidas que se pueden hacer en un coche, aunque también es de las más extrañas. Pero, ¿de dónde sale esta ocurrencia?
Del mismo lugar que ha visto nacer a algunos stunts extremos, fuente inagotable de vídeos de conductores temerarios recogidos en dashcams y, sobre todo, cuna de algunas de las creaciones más locas sobre ruedas: Rusia.
Concretamente, esta curiosa idea surge a finales de 2020, en plena pandemia, y el responsable es Vik Mikheev: un maestro de las artes marciales que, además de ser cinturón negro de judo y jiu-jitsu brasileño, es luchador de MMA y tiene un doctorado en matemáticas.
El polivalente Mikheev pensó entonces que el Car-Jitsu podría ser una forma de darle popularidad al deporte, y de paso, “permitía que los luchadores pudieran seguir entrenando a pesar de las restricciones de movilidad”.
Pero además es defensor de que entrenar Jiu-Jitsu en un coche también puede tener otras aplicaciones, como por ejemplo, aprender a defenderse de un asaltante que pretenda un secuestro o un robo del vehículo.
Aunque Mikheev y otros entusiastas del Car-Jitsu ya han organizado varios torneos de este peculiar ‘deporte’, aún no ha despegado como para convertirse en una disciplina popular.
De momento, tanto el canal de Miheev en YouTube como otros dedicados a esta afición crecen cada vez más, y atraen a numerosos adeptos en redes sociales como TikTok e Instagram.