Si bien la hostelería y el turismo han sido dos de los sectores más perjudicados por la pandemia, con las nuevas medidas restrictivas debido a los rebrotes, el cierre de unos 65.000 establecimiento hosteleros es la primera consecuencia real.
Este paréntesis donde la ‘nueva normalidad’ invitaba a volver a las terrazas y bares, sólo ha conllevado una relajación del cumplimiento de las normas básicas de protección y un resultado que ya se esperaba: el declive económico de un sector del que viven muchos trabajadores.
Desde la Confederación Empresarial de Hostelería de España (CEHE) denuncian que “no se puede responsabilizar a un sector y centrar todas las actuaciones sobre el mismo, sin contemplar en ningún momento medidas compensatorias para un sector que supone el 6,2% del PIB y que da empleo a 1,7 millones de personas”.
Si se continúa restringiendo la actividad de este sector: “de aquí a final de año unos 65.000 establecimientos hosteleros cerrarán definitivamente, suponiendo una pérdida de entre 900.000 y 1,1 millones de empleos, sumando los directos e indirectos».
Si durante el confinamiento muchos negocios pasaron por una situación difícil, pero obtuvieron ayudas por cese de ingresos, ahora la situación se complica más para los trabajadores relacionados con el ocio nocturno y la hostelería. ¿Se extenderán las ayudas hasta septiembre como los ERTE?
Desde los sectores de hostelería como de ocio nocturno, dan por perdida la temporada y sólo esperan que se pongan en marcha medidas para poder aguantar en pie hasta el año que viene, no solo sus negocios, si no también los cientos de miles de empleos que dependen de su actividad.
