En
la
robótica
avanzada
son
Boston
Dynamics
o
Tesla
quienes
acaparan
los
titulares,
pero
una
empresa
china
está
siguiendo
un
camino
alternativo
para
acabar
siendo
la
próxima
grande
del
sector
robótico:
Unitree.
Fundada
en
2016
en
Hangzhou,
en
la
costa
este
china,
sigue
una
estrategia
que
recuerda
mucho
a
la
de
Xiaomi
en
sus
inicios:
intentar
ofrecer
la
mejor
tecnología
posible
a
precios
de
derribo.
Así
conquistó
Xiaomi
a
países
como
España
y
así
intenta
Unitree
hacerse
un
hueco
en
la
robótica
mundial.
Claro
que
los
precios
de
este
tipo
de
robots
nada
tienen
que
ver
con
los
de
un
Redmi.
Propuesta
de
valor
La
diferencia
de
precio
es
grande.
Uno
de
los
robots
más
famosos
de
Boston
Dynamics,
Spot,
cuesta
unos
75.000
dólares.
El
Go2
de
Unitree,
relativamente
similar,
se
vende
por
1.600
en
su
modalidad
más
barata.
Esta
estrategia
le
ha
permitido
dominar
el
mercado
de
robots
cuadrúpedos,
donde
ya
tiene
un
40%
de
cuota
de
mercado
según
el
Instituto
Gaogong.
Lo
más
importante
no
es
tanto
el
precio
como
lo
que
implica:
un
cambio
de
paradigma
en
la
forma
de
vender
robótica
avanzada.
Otros
fabricantes
enfocan
sus
robots
como
productos
premium
para
empresas
o
para
ejércitos.
Unitree
los
entiende
como
tecnología
de
uso
masivo.
O
casi.
Tras
los
robots
cuadrúpedos,
el
gran
reto
está
en
los
bípedos.
Los
humanoides.
Y
ahí
Unitree
tiene
su
modelo
G1,
que
vende
por
16.000
dólares.
Mucho
dinero,
pero
bastante
menos
de
lo
que
se
espera
que
cueste
el
Optimus
de
Tesla.

Imagen:
Unitree.
Sus
especificaciones:
-
Altura
de
1,32
metros
(aproximadamente
como
un
niño
de
nueve
años). -
Peso
de
35
kilos. -
Velocidad
de
carrera
de
2
metros
por
segundo
(7,2
kilómetros
por
hora,
equivalente
a
un
trote
muy
lento). -
LiDAR
3D. -
Cámara
de
profundidad
Intel
RealSense
(solo
este
componente
ya
vale
1.300
dólares
en
el
mercado
libre). -
Control
por
voz
avanzado.
Más
allá
de
especificaciones,
el
G1
es
un
ejemplo
del
enfoque
pragmático
de
Unitree:
no
busca
demos
espectaculares
de
su
robótica
humanoide,
sino
la
capacidad
de
producirlos
en
masa.
No
es
casual
que
Unitree
haya
salido
de
Hanghzou.
De
allí
han
salido
muchas
otras
tecnológicas
y
es
de
hecho
la
sede
de
Alibaba.
Es
el
lugar
donde
confluyen
capital,
talento
y
fabricación.
Hangzhou
es
uno
de
los
vértices
de
lo
que
podríamos
llamar
el
triángulo
tecnológico
chino,
junto
a
Shenzhen
y
Shanghai.
Y
dentro
de
Hanghzou,
Unitree
es
uno
de
los
llamados «seis
pequeños
dragones«:
las
seis
startups
que
están
despuntando
en
IA
y
robótica.
Por
supuesto,
otro
de
los
dragoncitos
es
DeepSeek.

Para
entender
la
importancia
estratégica
de
Unitree:
fue
una
de
las
18
empresas
elegidas
por
Xi
Jinping
para
el
simposio
tecnológico
de
hace
unos
días
junto
a
la
propia
DeepSeek,
Huawei,
BYD,
Tencent,
Xiaomi,
CATL…
Una
señal
de
poderío
y
de
fe.
El
enigma
del
fundador
El
fundador
de
Unitree
es
Wang
Xingxing,
alguien
que
rompe
varios
estereotipos:
-
Estudió
en
la
Universidad
de
Ciencia
y
Tecnología
de
Zhejiang,
una
institución
respetable
pero
no
de
primer
nivel.
Muchos
fundadores
de
su
generación
sí
estudiaron
en
centros
de
élite
o
en
el
extranjero. -
Nunca
fue
un
estudiante
brillante…
ni
muchísimo
menos. -
El
propio
Xingxing
admitió
que
no
pudo
entrar
en
la
Universidad
de
Zhejiang
(más
prestigiosa)
por
no
tener
el
suficiente
nivel
de
inglés.
Tras
pasar
un
par
de
meses
en
DJI,
el
gigante
de
los
drones,
se
animó
a
lanzar
su
propia
empresa.
Y
según
dijo
en
una
entrevista,
los
inicios
fueron
duros: «Durante
los
tres
primeros
años
hubo
momentos
en
que
no
podíamos
ni
pagar
los
sueldos».
Nuevamente,
un
comienzo
modesto
que
contrasta
con
el
patrón
habitual
de
las
startups
chinas
de
alto
perfil,
que
suelen
arrancar
con
grandes
rondas
de
financiación
y
equipos
directivos
procedente
de
grandes
tecnológicas.
Es
el
caso
de
Xpeng,
NIO
o
Bytedance.
Wang,
en
cambio,
empezó
prácticamente
desde
cero,
durmiendo
durante
un
mes
en
el
sofá
de
un
amigo.
Su
visión
también
era
atípicamente
modesta
para
un
fundador
tecnológico
chino.
En
lugar
de
destilar
ambición
desmedida
con
cierta
grandilocuencia,
fijó
un
objetivo
simple:
conseguir
que
cualquiera
pudiera
tener
un
robot
en
casa.
De
momento
no
le
está
yendo
mal
con
esa
idea.
Los
retos
para
crecer
Pese
a
su
buen
recorrido
hasta
el
día
de
hoy,
queda
mucho
por
resolver
de
cara
al
futuro.
Empezando
por
la
autonomía.
Sus
robots
humanoides
tienen
para
unas
dos
horas
de
uso,
insuficiente
para
un
uso
prolongado.
Y
la
garantía
es
de
solo
ocho
meses,
algo
que
puede
disuadir
a
más
de
un
comprador
ante
productos
varios
miles
de
dólares.
Cómo
ofrecer
un
servicio
técnico
adecuado
cuando
algo
vaya
mal
a
un
cliente
de
cualquier
parte
del
mundo
es
otra
incógnita.
Y
desde
luego,
está
por
ver
si
estos
robots
pueden
hacer
tareas
domésticas
de
verdad,
de
forma
completa,
sin
requerir
ayuda
o
remate
humano,
en
entornos
tan
distintos
como
el
hogar
de
cada
consumidor.
Muy
distinto
a
hacerlo
en
una
demo
en
un
entorno
controlado.
La
pregunta
del
millón
es
si
el
modelo
de
negocio
de
Unitree
será
sostenible
a
largo
plazo.
Los
precios
se
mantienen
bajos
gracias
a
la
integración
vertical
y
a
su
cercanía
física
con
la
cadena
de
suministro
china,
pero
la
robótica
avanzada
en
2025
es
un
demandante
insaciable
de
inversión
en
I+D.
Y
hacerlo
con
márgenes
ajustados
complica
la
ecuación.
Incógnitas
futuras
al
margen,
Unitree
representa
bien
a
una
nueva
generación
de
tecnológicas
chinas:
las
que
compiten
en
todo
el
mundo
con
precios
ajustados
y
un
enfoque
muy
pragmático,
más
centrado
en
asumir
tareas
tediosas
que
en
hacernos
arquear
las
cejas
con
trucos
de
magia.
Ahora
bien,
su
éxito
–o
su
fracaso–
puede
acabar
determinando
si
la
robótica
avanzada
acaba
convirtiéndose
en
una
tecnología
para
las
masas…
o
si
se
queda
en
un
producto
de
nicho
premium.
De
momento,
Unitree
ha
demostrado
que
sí
existe
un
cierto
mercado
para
la
robótica
avanzada
cuando
se
ofrece
a
precios
mundanos.
Ahora
tendrá
que
demostrar
que
puede
mantener
el
pedal
del
acelerador
pisado.
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destacada
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Unitree,
Xataka